Capítulo 30
1687palabras
2023-02-09 09:43
Cuando Bo Yuqian miró hacia arriba y vio las palabras "Oficina del presidente", se quedó duro y sin palabras. Entretanto, Nan Qi levantó la mano para llamar a la puerta. 
.
"Sr. Bo, estoy aquí para traerle su almuerzo", anunció ella. 

Después de recibir una respuesta de Yanxi, miró con calma al impostor y le preguntó: "Si le digo al Sr. Bo lo que acabas de hacer, ¿crees que te lo dejará pasar?".
"P*rra, solo espera", la maldijo el mentiroso, tan pronto como comprendió que ella lo había engañado, y salió a las corridas.
A pesar de que el desdichado se entregaba con facilidad a la lujuria, le tenía miedo a Bo Yanxi. 
Si su jefe se enterara de que él acosaba a una empleada en su nombre, de seguro lo mataría.
Qi entró en la oficina y encontró a Yanxi todavía leyendo documentos. 
Él lucía una camisa blanca bien ajustada y una corbata en perfecta combinación; su expresión se mantenía seria; incluso, con el ceño fruncido, irradiaba moderación. Se veía bastante guapo mientras trabajaba duro.

Después de mirarlo con aprecio, ella puso la lonchera sobre la mesa y la abrió. Yanxi se tomó un tiempo para echar un vistazo; luego, con aire despreocupado, ordenó:
"Aparta las zanahorias y el apio".
Ella recogió los palillos a regañadientes, pues le había pedido en especial a la señora Zhang que salteara las zanahorias y el apio con camarones frescos; así preparadas, esas hortalizas resultaban dulces, pero él no sabía cómo apreciarlo en absoluto. 
Después de que ella terminó de apartarlas y cuando él completó la lectura de los documentos, Yanxi se acercó a almorzar.

Aunque él se movía en forma suave, lo hacía muy rápido. Una vez que se comió todos los camarones, recogió las zanahorias y el apio que ella había quitado y también se los comió. 
Como esos movimientos sorprendieron a Qi, ella preguntó:
"¿Te gustan las zanahorias y el apio o no?".
"Cuando era chico, vomitaba tan pronto como comía apio, pero no debemos desperdiciar la comida", contestó él, sin cambiar su expresión, mientras terminaba con los platos en la bandeja.
Ella chasqueó la lengua. Ese hábito... se asemejaba bastante al de la mayoría de los agentes especiales. 
Como cuando realizaban misiones se encontraban en entornos complejos y siempre cambiantes, los instructores no les permitían tener demasiados hábitos personales.
Ella recordó a un compañero de clase, en la base de entrenamiento, a quien no le gustaba el cilantro; el instructor le preparó comidas con cilantro todos los días hasta que se acostumbró. Dado que el Sr. Bo había crecido en una familia rica, ella no esperaba que él hubiera recibido enseñanzas tan estrictas de su familia.
Yanxi acabó con toda la comida. Después de limpiar la vajilla, él sirvió un vaso de agua tibia para ella y se sentó en el sofá a su lado.
"¿Sientes alguna molestia?", preguntó él.
"Estoy bien. No hay reacción por el momento", sacudió la cabeza ella y tocó su vientre en forma inconsciente. Entonces, él levantó la muñeca y miró la hora en su reloj; se puso de pie y recogió su chaqueta para cubrirla. 
"Toma una siesta primero, y luego volveremos más tarde", indicó. En ese momento, como el sol estaba muy brillante, le preocupaba que ella se quemara con la radiación solar. 
Sin embargo, ella frunció los labios y se negó en voz baja.
"Tengo algo que hacer por la tarde".
"¿Quieres encontrar un nuevo trabajo?", preguntó él, con el ceño fruncido. 
"No. Hablemos de eso después de completar los formularios de solicitud de la universidad", se apresuró a contestar ella, sacudiendo la cabeza.
"¿Vas a ir a la universidad mientras estás embarazada?", preguntó él, con el ceño aún más fruncido. Ella volvió a negar con la cabeza y aclaró:
"Planeo tomarme un año sabático de la facultad y dar a luz al niño primero".
De hecho, ella ya había completado sus estudios universitarios una vez antes; esta vez, quería asistir a la universidad solo para tener una identidad legal ordinaria. 
Además, como el niño en su vientre podría ser el único hijo que tendría en su vida, nada le parecía más importante que él.
Yanxi respiró aliviado, Sabía lo terca que ella podía ser. Si insistía en ir a la universidad durante su embarazo, él no podría detenerla. Pese a su juventud, ella conocía sus prioridades. 
De buen humor, él extendió la mano y le frotó la cabeza. 
"Buena niña", comentó, aliviado. 
Otra vez, él hacía eso; por alguna razón, ella se sintió como un gato al que acariciaban; lo consideraba una persona seria y anticuada. 
¿Por qué le gustaba hacerle eso a ella? Le resultaba extraño. 
Él la cubrió con su chaqueta e interrumpió sus pensamientos. "Hace demasiado calor ahora. Vete más tarde", sugirió. 
"Bien, de acuerdo". Qi miró la hora y en verdad se acostó. El sofá de la oficina era muy suave y espacioso, y la temperatura de la habitación era tan agradable que enseguida se quedó dormida. 
Cuando se despertó, ya era pasada la una de la tarde; rápido devolvió el abrigo, empacó la vajilla y la sostuvo en sus manos. 
"Sr. Bo, tengo una cita con alguien a las 2 p. m.", anunció ella.
"Yo te llevaré allí", ofreció él, cerrando el documento en su mano y poniéndose de pie al mismo tiempo. 
No obstante, ella agitó su mano y caminó hacia la salida. 
"Puedo bajar sola. El Sr. Cao me espera en la recepción. No pasará nada", replicó ella. Se había presentado en la recepción como sirvienta de la familia Bo. Si la gente veía al Sr. Bo llevarla en persona, ¿la seguirían considerando una persona común?
......
......
Al salir de la oficina de Yanxi, ella vio a Yuqian parado en el pasillo con un enorme ramo de rosas de inexplicable origen. Exudando romanticismo, él sostuvo las flores frente a ella y la abordó con una sonrisa frívola.
"Entonces, ¿eres la sirvienta de la familia Bo? En realidad, te pidió que le trajeras la comida. Parece que le gustas mucho", consideró él. Por respuesta, ella tomó las rosas y las metió en el bote de basura a un costado; además, con una sonrisa, le comentó:
"Mi abuela vivió más de noventa años".
"¿Por qué?", preguntó él, ante su fingida sonrisa.
"Porque ella nunca metió la nariz en los asuntos ajenos. En pocas palabras, entrometerse en los asuntos de otras personas puede conducir a una vida más corta". Sin embargo, él no se enfadó con la advertencia; por el contrario, con una sonrisa continuó:
"Interesante. ¿Sigues siendo estudiante? ¿De qué facultad eres?".
"Es fácil perder la vida si te entrometes en los asuntos de otras personas", insistió ella con lo que acababa de decir y pasó junto a él, con la lonchera en la mano.
"¿Cuánto quieres? Dime un precio", le espetó él, en voz alta, y de repente extendió la mano para agarrarla del brazo.
"¿Qué precio?". Nan Qi se sacudió la mano. Él la miró despreciativo y con desdén expresó:
"Con tu apariencia, ¿por qué eliges trabajar como sirvienta? Es una pena que Bo Yanxi no sea un mujeriego. No importa si te trata bien, no puedes conseguir nada de él. ¿Por qué no vienes conmigo?".
"Incluso si tuviera que acostarme con alguien a cambio de beneficios, no me acostaría contigo. ¿Acaso no conoces tus propias habilidades?", contestó ella, sin enojarse. Solo sonrió y caminó con rapidez hacia el ascensor.
En honor a la verdad, ya fuera el anciano de la familia, el veterano de la empresa o incluso su propio padre, todos pensaban que Bo Yuqian no era tan bueno como Bo Yanxi. De todos modos, ¿cómo se atrevía una simple doncella a decirle esas cosas?
Cuanto más lo pensaba Yuqian, más se enojaba; como no había nadie en el pasillo, él se envalentonó y se apresuró a cubrirle la boca a Qi. 
En el acto, sus femeninos ojos relampaguearon; sin perder la inocente sonrisa de su rostro, ella lo tomó del brazo y lo arrojó al suelo; luego, levantó el pie y pisó su pecho, con la punta del zapato justo contra la parte vital de su garganta.
"Te dije que no eres digno. Tanto en términos de coeficiente intelectual o fuerza física o cualquier otro aspecto, ¿cómo puedes compararte con el Sr. Bo?", lo reprendió ella, todavía sonriente. Él, aturdido por la caída, se enojó y comenzó a gritar:
"P*rra, ¿cómo te atreves a derribarme? Lo creas o no, ¡te mataré!".
"¡Ja, ja...!", se rio ella; pisó su pecho y se agachó. "Vamos, mátame", lo desafió.
"Tú...". Justo cuando él estaba a punto de maldecir, recibió un golpe en la cara. 
"P*rra...". 
¡Zas! 
Otra bofetada en la cara interrumpió sus palabras. 
Como si nada, ella lo abofeteó dos veces más y con seriedad le recomendó:
"Por favor, sé civilizado y no digas palabrotas".
"P*rra, tarde o temprano te mataré...", amenazó él. Había sido golpeado tan fuerte que se sentía mareado; igual, todavía se mantenía obstinado. 
Qi levantó un poco las cejas y se arremangó como para darle una buena paliza, pero la puerta del ascensor se abrió de improviso. Algunos empleados salieron entretenidos en sus charlas; no obstante, en cuanto vieron tal escena, todos quedaron atónitos. 
Yuqian parecía haber visto a su salvador y se puso a gritar como un loco.
"Esta p*rra está loca. Me golpeó sin razón. Llamen a la policía por mí", clamaba.
Como estaba frente a todos, no era bueno para ella seguir golpeándolo; así que, con pesar, ella se puso de pie, pateó la cintura del acosador y entró en el ascensor.
"Recuerdo que hay cámaras por todas partes en este edificio. Si quieren llamar a la policía, no duden en hacerlo", insinuó ella. 
Varios empleados se miraron y se apresuraron a esconderse lejos.
El Sr. Yuqian no tenía poder real en absoluto, y a menudo hostigaba a las empleadas de la empresa. En esa oportunidad, de más estaba hacer notar que una mujer dura le había enseñado una lección. ¿Cómo se atrevería a llamar a la policía? Incluso, si no se sintiera avergonzado, ellos todavía se sentirían avergonzados por él.