Capítulo 22
1801palabras
2023-02-07 11:01
"Yo...", Zhao Wen quiso volver a maldecirla, pero Nan Qi le ganó de mano e hizo que se pusiera de rodillas.
"Señorita Zhao, si está dispuesta a hacer una apuesta, también debería estar preparada para admitir la derrota. Por favor, cumpla su promesa", Nan Qi la interrumpió mirándola desde arriba.
La situación era bastante brutal y las mejores amigas de Zhao Wen comenzaron a intervenir.

"Nan Qi, ya es suficiente. ¿Por qué es tan importante ser el mejor promedio del examen de ingreso a la universidad?", dijo una de ellas.
"Engañaste a Wen para que apostara cuando ya sabías que estabas entre los veinte primeros", agregó otra.
"Qi, todo esto es culpa mía, no debería haberte invitado a mi banquete de celebración. Por favor, déjela en paz", suplicó Shengxia que también reaccionó mientras daba un paso hacia adelante con lágrimas en los ojos.
"¿Qué pasa? ¿No sabe perder? No interrumpamos a la estúpida y bruta Zhao Wen mientras cumple con los términos de la apuesta. Quedamos en que se abofeteaba a sí misma en la cara cien veces si perdía y, luego de eso, quedaba todo en el pasado", Nan Qi desafió a las muchachas ricas que habían intercedido.
"No lo haré. Si tienes las agallas, hazlo tú misma, no te tengo miedo...". 
Zhao Wen se sentía cada vez más humillada y recibió una bofetada antes de que pudiera terminar de hablar.

"Por lo general, no hago nada por nadie, pero como me lo pediste con tanto convencimiento, te voy a ayudar". 
Nan Qi chasqueó los labios y volvió a golpearla con la mano bien abierta, la mejilla de Zhao Wen se tornó morada al instante. 
La muchacha se largó a llorar, nunca nadie la había golpeado antes en público, la última vez que había recibido una cachetada había sido de sus padres cuando era niña.
"Qué vergüenza que faltes a tu palabra. En fin, te superé; así que olvídalo, te perdono". Nan Qi había quedado satisfecha con la huella de la palma de la mano en el rostro de su enemiga y decidió retirarse como si nada hubiera pasado.

Zhao Wen quedó tirada en el piso llorando, se cubría la cara con las manos invadida por la humillación y la cólera; sus mejores amigas y varios ricachones la rodearon de inmediato para consolarla.
Algunos invitados pensaron que Nan Qi había sido demasiado agresiva, pero la mayoría sabía lo que estaba pasando: Zhao Wen y sus secuaces se la habían buscado, pensaron que el puntaje de Nan Qi sería muy bajo, por lo que habían intentado intimidarla.
"Vaya, vaya... El impresionante banquete de la familia Nan resultó bochornoso. Sepan disculpar, por favor...".
En ese preciso momento, el mesero entró con un pastel de seis pisos, justo a tiempo para poner paños fríos a la atmósfera incómoda que se había generado. Estaba cubierto con crema batida, flores y una leyenda que decía: "Felicitaciones a la señorita Nan Shengxia por sus logros". 
Dos camareros empujaron el pastel hacia la homenajeada y se inclinaron con respeto. "Felicidades, señorita Nan. Que lo disfrute".
Nan Shengxia, que ya estaba fuera de sus cabales, se sentía cada vez más avergonzada, tanto que deseaba poder encontrar un agujero donde esconderse.
Con el máximo puntaje en el examen de ingreso a la universidad presente en su fiesta, ese pastel y los invitados a su alrededor conformaban una broma de mal gusto. 
Una cosa era anunciar en público que era adoptada, pero si a eso se le sumaba que había pasado el examen a duras penas y que aun así la premiaban con un vestido caro y una tiara, la celebración le quedaba grande. 
La hija biológica de los Nan era la mejor estudiante y, así y todo, sus parientes la despreciaban, nadie había sido capaz de defenderla, por lo que no era de extrañar que quisiera cortar los lazos con su familia tras semejante decepción.
"Lo siento, permiso...", se disculpó Shengxia que ya no pudo soportar la situación y salió corriendo con lágrimas en los ojos. 
Nan Qingfeng reflexionó por un momento y se apresuró a seguirla, no tenía intenciones de consolar a su hermana favorita, sino que quería alcanzar a Nan Qi, a quien detuvo en el vestíbulo del hotel a la altura de la puerta.
"Qi, lo que pasó fue mi culpa, no debí haberte obligado a hacer lo que no querías. No te metas en líos, acompáñame", le pidió su hermano agitado después de correr tras ella.
Nan Qi no tenía una opinión formada sobre su hermano mayor, pero se detuvo, lo miró a los ojos con seriedad e intentó hacerlo razonar. "¿Por qué crees que debería regresar? Aunque se peguen las partes rotas, las grietas quedan". 
"Shengxia formó parte de la familia durante más de diez años, creo que es natural que nos preocupemos por ella, pero... Son trivialidades, son cosas que suceden en todas las familias".
¿Se preocupaban por ella? 
Entonces, él no consideraba a Nan Qi un miembro de la familia en absoluto.
"¿Alguna vez me preguntaste qué calificaciones tenía? ¿Te preocupaste por el puntaje del examen de ingreso a la universidad? ¿Alguien se interesó por saber cómo estaba después de quedar embarazada?", cuestionó Nan Qi con sarcasmo y hubo un lapso de silencio, Qingfeng se quedó sin palabras.
Los Nan pensaban que eran las calificaciones habituales de una muchacha que asistía a un curso convencional, nada sobresaliente a lo que valiera la pena prestarle atención. Y en cuanto al embarazo, Shengxia había dado a entender que Qi no tenía novio, y todos dedujeron lo peor.
"Cuando fuimos al Hotel Champs Elysees a comer, todos estaban abocados a llevar a Shengxia al hospital. Me regañaron y me dejaron en el estacionamiento con el pretexto de que 'debía reflexionar sobre mis actos'. ¿En algún momento pensaron que algo podría pasarme?". No logró contener el resentimiento.
"Con respecto a eso, nosotros...". A Qi no le interesaba escuchar sus explicaciones, solo expresar lo que pensaba.
"La mañana del examen de ingreso, Shengxia no encontraba su lápiz, así que la señora Nan me obligó a darle el mío y le pidió al conductor que la llevara cuanto antes a la universidad para que rindiera a tiempo. Después de dejarla en el edificio, me dio dinero y me dijo que fuera por mis propios medios a comprar algo con que escribir", le contó a su hermano.
En esa oportunidad, Qi estaba indignada y le preguntó por qué tenía esa actitud para con ella; la respuesta que recibió estuvo llena de desprecio: "Porque Shengxia tiene buenas calificaciones y es el orgullo de la familia, pero tú...". 
Esa contestación la hizo reflexionar sobre si su madre la trataría con mayor respeto si obtenía las mejores calificaciones en el examen. 
Pero estaba enfocada en su educación, de manera que dejó el resentimiento y la ira que sentía afuera del aula y se enfocó en lo que le interesaba. 
Logró pasar las dos primeras materias con excelentes resultados; sin embargo jamás imaginó que eso significaría estar tan cerca del mejor promedio ni que el nivel mediocre de los estudiantes de la Provincia S le jugaría a su favor para obtener resultados tan satisfactorios.
La expresión de Qingfeng se tornó sombría y permaneció en silencio tras escuchar a Qi. 
Recordó una situación que había presenciado la noche anterior al examen. Necesitaba hablar con Shengxia, por lo cual se dirigió al dormitorio de la muchacha y, cuando entró, la vio romper un lápiz, envolverlo con papel higiénico y tirarlo a la basura. 
En ese momento, no le llamó demasiado la atención, pero tras el relato de Qi, la situación de la que había sido testigo le resultaba bastante insidiosa.
"Hay muchos incidentes como el que te conté. No me interesa demostrar quién tiene la razón, y soy muy consciente de que no importa cuánto lo intente, no podré integrarme a tu familia. Dadas las condiciones, lo mejor es que cada cual siga su camino". Qi ya no quería darle más vueltas al tema, así que caminó hacia la salida.
"¿Qué vas a hacer con el bebé que llevas en tu vientre? Solo tienes veinte años". Su hermano entró en razón y la detuvo una vez más.
"Sí, tengo veinte años, así que no hay nada de malo en que me case y tenga hijos, ¿verdad?". Eso era todo lo que tenía para decir, de modo que salió del hotel con determinación; Qingfeng se quedó atónito.
Todos en la familia pensaron que Qi vivía una vida de excesos gracias a las vagas conclusiones de Shengxia; en consecuencia, querían que se deshiciera del niño y se casara con uno de los miembros de la familia Chi. 
Pero nadie, ni siquiera él, había caído en la cuenta de que ella tenía la edad suficiente para casarse, tampoco se habían tomado la molestia de preguntarle sobre la situación por la que atravesaba. 
Qi era su hermana menor y la única hija biológica de sus padres. ¿Por qué estaban tan distanciados? ¿Acaso los equivocados eran ellos?
En el vestidor, las mejores amigas de Shengxia se acercaron a ella y a Wen para consolarlas. 
"Shengxia, no importa que seas adoptada, seguimos siendo amigas íntimas. ¿Y qué si Qi es el mejor promedio del ingreso a la universidad? No deja de ser paleta por eso".
"Wen, no te pongas triste, esa p*rra estaba conspirando contra ti...".
Después de lavarse la cara con agua fría, Shengxia pudo pensar con mayor claridad. 
"Te equivocas, no estoy enojada con mi hermana, estoy preocupada... Sus calificaciones siempre han sido las de la media y, en este examen, sacó el doble de puntaje que en la simulación de examen. ¿Cómo puede ser posible?", explicó en un tono triste con una taza de té en la mano.
"Quieres decir que...". Todas sus amigas quedaron boquiabiertas.
Wen, que con una bolsa de hielo sobre la cara intentaba bajar la hinchazón después de los golpes en la mejilla y en el ojo, sintió un hálito de esperanza cuando escuchó a su amiga. "Está penado hacer trampa en el examen de ingreso a la universidad".
"Eso no es lo que quise decir. Solo creo que sus calificaciones son imposibles de obtener", Shengxia argumentó rápidamente.
"Nadie tiene esas notas, pero no tenemos ninguna evidencia de que haya hecho trampa". Wen parecía estar bastante desanimada. 
"Me preocupa que lo sucedido esta noche atraiga la atención de los departamentos pertinentes. Si descubren que mi hermana se copió, no se lo perdonarán jamás. Por favor, prométanme que mantendrán todo esto en secreto." Shengxia parecía tan asustada que palideció.
Sin embargo, a Wen se le iluminó el rostro, como si una idea la hubiese inspirado. 
En efecto, si se enteraban las autoridades, sin duda, algún representante se presentaría para investigar. Esa maldita había conspirado contra ella y ahora tenía la oportunidad de devolverle el sufrimiento.