Capítulo 8
1593palabras
2023-02-01 15:12
Innumerables pétalos de rosas rojas empezaron a caer del cielo.
La señora Zhang había colocado a un grupo de sirvientes cerca de la puerta para que esparcieran los pétalos con sumo cuidado. Todo gritaron sonrientes al unísono: "¡Felicitaciones, Sra. Bo!"
Nan Qi inconscientemente extendió la mano para tocar el brazalete de plata que llevaba en la muñeca.

El Sr. Cao también dio un paso al frente y añadió sonriente: "Felicidades Sra. Bo!"
El corazón de Nan Qi se apaciguó y ella dijo sonriente con toda sinceridad: "Gracias a todos por su ardua labor".
La señora Zhang agitó de inmediato la mano y la ayudó a entrar al salón: "No fue nada. Ésa es nuestra obligación. Pero, usted debe estar cansada, ¿verdad? Mejor vamos a su habitación para que descanse un poco".
La nueva señora Bo siempre estaba sonriente y de buen humor. Era muy educada y nada quisquillosa.
Después de haberla tratado varios días sin ningún problema, la señora Zhang le tenía un enorme cariño a la anfitriona de la casa.
Llevaron a Nan Qi arriba, y ésta se percató de que las escaleras de caracol también estaban llenas de faroles.

El segundo piso no era la excepción, porque también había luces rojas colgando por todas partes.
El tercer piso no tenía tantas, pero al abrir la puerta del dormitorio, Nan Qi se quedó asombrada, porque era un verdadero desastre.
Todo había desaparecido. No había alfombra, cortina de baño, ropa de cama ni las prendas que estaban en el sofá.
Ni siquiera estaban las cortinas de la ventana.

Si no hubiese visto a una persona limpiando la habitación, ella habría pensado que se trataba de un robo.
El ama de llaves apareció de pronto al escuchar el revuelo. Apenas llegó, se carcajeó con tantas ganas que se fue hacia adelante y dijo: "Disculpe señora, pero toda la ropa y lencería de la casa fue enviada a desinfectar a una empresa especializada, y el proceso va a demorar una semana".
Nan Qi no entendió muy bien lo que quería decir.
¿Acaso él quería que ella durmiera en el suelo durante una semana?
"Lo siento, pero usted y el Sr. Bo tendrán que dormir en la misma habitación durante los próximos días. Espero que no le importe, ¿verdad?", afirmó el Sr. Cao sonriente con total sinceridad.
Ella se quedó aún más sorprendida. ¿Cómo era posible que un ama de llaves cometiera semejante error?
Seguro lo había hecho a propósito.
Nan Qi suspiró y miró sonriente al Sr. Cao, y luego dijo: "En realidad me importa demasiado. De hecho, si no soluciona ese problema hoy mismo, me iré a dormir a la habitación de servicio".
Esta vez, fue el Sr. Cao quien se quedó atónito, pero argumentó rápidamente, sintiéndose un poco culpable: "No es que me esté negando a resolverle ese problema, pero la empresa encargada de la limpieza no es muy eficiente que se diga".
"Ése es tu problema, no el mío", respondió ella con frialdad.
Nan Qi seguía sonriendo, pero el Sr. Cao se veía asustado. En el fondo, él aún no estaba dispuesto a ceder y afirmó: "Si ése es su deseo, voy a llamar a la empresa para preguntarles si pueden terminar antes. De igual manera, voy a tratar de redecorar su habitación hoy mismo, pero esta tarde, tendrá que tomar la siesta en el dormitorio del Sr. Bo", agregó él.
Como ella ya tenía un plan B, no dijo nada más y siguió al Sr. Cao hasta la habitación principal.
Tan pronto entró, ella se puso de mal humor.
La habitación de Bo Yanxi estaba decorada en gris y blanco, y todos los muebles lucían impecables. Las puertas eran grandes y había unas ventanas francesas resplandecientes.
Todos los artículos estaban impecablemente colocados, e incluso había dos bambúes hidropónicos del mismo tamaño y con una dirección de crecimiento casi idéntica.
Ahora entendía por qué la habitación estaba decorada de esa manera. El Sr. Bo tenía un trastorno obsesivo compulsivo.
Nan Qi sentía una enorme pesadez en la cabeza.
El plan original era tomar una siesta, pero no tuvo el valor de hacerlo al ver las sábanas sin una arruga, el edredón doblado a la perfección y las almohadas igual de mullidas.
Al final, decidió sentarse en el balcón con su móvil, y pasarse la tarde jugando.
A las 10 de la noche, su habitación estuvo lista.
Cuando Nan Qi se disponía a ir al baño a ducharse, tras tomarse su respectivo vaso de leche nocturno, alguien llamó a la puerta.
Ella pensó que era la señora Zhang de nuevo, pero al abrir se encontró con Bo Yanxi impecablemente trajeado y con un ramo de flores en las manos.
El aroma de esas rosas rojas brillantes era abrumador, y el enorme ramo estaba decorado de una manera romántica y espectacular.
Parecía un poco...
Eh, ¿acaso él iba a proponerme matrimonio?
¿Qué... qué estaba pasando?
"Uh, Sr. Bo, ¿qué sucede?", preguntó sorprendida y cautelosa Nan Qi.
Bo Yanxi frunció sus delgados labios que parecían una línea y tras un largo silencio, le entregó el ramo de rosas y le dijo: "Son para ti".
Luego, colocó en sus manos el ramo que emanaba la intensa fragancia de las rosas.
Nan Qi seguía muy confundida y no entendía lo que él iba a hacer. Por ello sólo balbució con torpeza: "Muchas gracias".
Bo Yanxi no dijo nada más. Sólo permaneció parado en la puerta, apretando los labios. Después la miró y dijo con seriedad: "Lo siento. No debí dejarte sola el primer día de casados".
"¿Eh?" Nan Qi seguía sin entender una sola palabra.
¿Él había ido a disculparse con ella?
"Surgió algo en la oficina y no pude resolverlo sino hasta ahora", explicó Bo Yanxi nuevamente.
"Bueno, no importa porque ésas son cosas del negocio. Es normal que tengas algo urgente que resolver y que trabajes horas extras", le dijo ella aún sin entender, y por ello se limitó a aceptar sus excusas.
Bo Yanxi volvió a quedarse callado, sin que nadie pudiera adivinar sus pensamientos, al bajar la mirada.
El ambiente se tornó un poco incómodo.
Nan Qi tosió para romper el silencio y dijo: "Sr. Bo, ¿tiene algo más que hacer hoy? Si no es así, me gustaría irme a dormir", añadió ella.
Bo Yanxi dijo finalmente: "Nosotros estamos casados y ya somos una pareja legítima".
Nan Qi respondió: "Sí, yo sé".
"¿Por qué no te mudas al dormitorio principal entonces?", preguntó él.
"¡Eh!", exclamó ella sorprendida con su propuesta.
"Eres la anfitriona de la casa y deberías dormir en la alcoba principal", explicó Bo Yanxi.
La cabeza de Nan Qi parecía un torbellino. Estaba totalmente desconcertada e incluso empezó a tartamudear y preguntó: "Sr. Bo, ¿entonces, esto no es un matrimonio de fachada?"
Bo Yanxi le dijo que no entendía qué quería decir con un matrimonio de apariencias.
Nan Qi asintió con fuerza y le contestó: "La única razón por la que me casé con usted fue para que nuestro hijo tuviese un certificado de nacimiento legítimo. ¿Acaso no era eso lo que usted también quería?
Esta unión sólo sería temporal. 
En ese momento, Nan Qi no estaba enamorada de nadie, y sólo había accedido a esa situación para que su hijo fuese un niño legítimo.
Sin embargo, no tenía intenciones de atarse a Bo Yanxi.
Un silencio incómodo invadió el ambiente.
De repente, la expresión de la cara de Bo Yanxi cambió y su mirada se tornó aterradoramente sombría.
En ese instante, ella se puso tan nerviosa, que sintió que se le había paralizado el corazón. Acto seguido, dio un paso atrás sigilosamente y le preguntó: "¿Sr. Bo, dije algo malo?"
Bo Yanxi no respondió y el ambiente se tornó insoportable.
Tras un largo silencio, él la miró con frialdad y antes de voltear para irse, le dijo: "Está bien, como quieras".
M*ldit* chica, ¿de verdad ella creía que el matrimonio era cosa de juego?
Desde el momento en que decidió casarse con ella, él se había hecho a la idea de que estaría a su lado por el resto de sus días.
Aunque se habían casado a causa del embarazo, ya estaban unidos en matrimonio y esa responsabilidad sería hasta el final de sus días.
Definitivamente...
Esa chica no entendía en lo absoluto la situación en la que estaba.
¿Pero qué había hecho él? ¿Por qué se había casado con una mujer tan inmadura?
Nan Qi, quien estaba detrás, seguía inmóvil y sin entender lo que estaba sucediendo.
¿Por qué Bo Yanxi se había comportado de una manera tan extraña?
Nan Qi tuvo el leve presentimiento de que algo andaba mal, pero no le dio mucha importancia. Entonces, regresó a su habitación con el ramo en las manos para darse una ducha.
Después de secarse el cabello y meterse a la cama, ella decidió poner la alarma antes de acostarse.
Pero cuando agarró su móvil, se percató con tristeza de que estaba descargado.
Lo más trágico de todo era que el cargador se había quedado en el dormitorio de Bo Yanxi.
¿Cómo una chica con semejante adicción al internet pudo olvidar el cargador del teléfono?
Después de dudar un instante, Nan Qi se armó de valor y fue a tocar la puerta de Bo Yanxi: "Sr. Bo, ¿puedo pasar?"
Al rato, él abrió, la miró mientras colocaba la mano en el marco de la puerta, y le preguntó: "Qué pasó?"
Ya se había quitado el saco y la corbata, y se había desabrochado tres botones de su camisa blanca.
Por ello, se podía apreciar gran parte de sus increíbles pectorales.