Capítulo 6
1682palabras
2023-02-01 14:41
El lunes, todo el personal de la Oficina de Asuntos Civiles fue a trabajar.
Bo Yanxi y Nan Qi llevaron todos sus documentos, se tomaron las fotografías, pronunciaron sus votos y, aturdidos por tantos trámites, recibieron sus certificados de matrimonio con la ayuda del personal.
Apenas salieron uno detrás del otro de la Oficina de Asuntos Civiles, Nan Qi escuchó la voz de Bo Yanxi como un zumbido: "¿Necesitas algo en especial? Bueno, en realidad debo darte un obsequio porque acabamos de casarnos".

A su entender, él debía darle un regalo de compromiso, al celebrarse el casamiento.
Asimismo, debía hablar con los padres de ella para pedirles su bendición.
Sin embargo, sus padres adoptivos habían fallecido en un accidente de tránsito el año anterior, y sus progenitores biológicos nunca la había tratado como una verdadera hija. Incluso recientemente, éstos querían obligarla a casarse con el hijo discapacitado de la distinguida familia Chi.
Por ello, no quería hablar con los señores Nan porque pensaban que no valía la pena.
Nan Qi negó con la cabeza y dijo: "No necesito nada en este momento".
"¿No sabías que se deben dar obsequios cuando se realiza un casamiento? ¿Qué te gustaría de regalo: bienes, ropa, joyas o bolsos de marcas exclusivas?", preguntó él.

"No me hace falta nada", afirmó. Para ella, ése era un matrimonio por conveniencia y por ende, no quería aprovecharse de su esposo.
A Bo Yanxi le empezó a doler la cabeza otra vez.
Definitivamente, ella era una chica inmadura que no sabía nada de la vida.
Él dejó escapar un suspiro, y luego miró detenidamente sus muñecas y le preguntó: "¿Te gustan las pulseras? ¿Quieres que te regale unas?"

Al parecer, a ella no le gustaban mucho los accesorios porque sólo llevaba puesto un brazalete.
Bo Yanxi no sabía de qué material era, pero la pulsera se veía vieja y barata, porque estaba mal acabada y tenía muchos rayones.
Nan Qi se bajó la manga lentamente para ocultar el brazalete, mientras decía: "No, en realidad no me gusta usar joyas".
Él se quedó mudo durante un buen rato, y luego reparó en el vestido que llevaba puesto y le propuso: "Te voy a llevar al centro comercial para que te compres algo de ropa, y así podrás pensar con calma qué otra cosa necesitas". 
El armario de Nan Qi estaba lleno de ropa usada que le había dado su hermana Nan Shengxia, pero ella decidió dejarla allá cuando se fue de la casa.
De hecho, ella ya había empezado a oler un poco mal porque llevada dos días usando el mismo atuendo.
En realidad, necesitaba comprar ropa y debía actuar de manera racional. Por ello aceptó de buena gana la propuesta de su esposo: "Está bien".
Con esa respuesta, el estado depresivo de Bo Yanxi mejoró un poco. Inmediatamente agarró el móvil e hizo una llamada: "Infórmenle al centro comercial que desalojen el área de ropa para damas y que envíen dos vendedoras".
"¡Eh...!", exclamó Nan Qi ahogándose con su propia saliva, y protestó: "¿Voy a ir de compras o a una gira real? ¿Acaso no puedo ir sola a comprar mi ropa?"
¿Había alguna necesidad de mandar a despejar toda la zona de ropa para damas del centro comercial?
¿Cómo una persona normal como él podía hacer algo tan aparatoso?
Pero dado que Nan Qi expresó su opinión al respecto, él no quiso obligarla y la llevó directamente al centro comercial.
Dicho complejo de tiendas pertenecía al Bo Group, y por ello él conocía la distribución de cada piso.
Al salir del estacionamiento, Bo Yanxi la llevó directamente al último piso, donde estaban las tiendas de marcas exclusivas.
Después de dar una vuelta por el piso, Nan Qi se percató de que sólo había marcas internacionales, y que sencillamente debían ser las tiendas de artículos de lujo más grandes de Yu City.
Ella estaba un poco desconcertada y no sabía qué hacer ni qué decir.
¿Acaso ella no podría ir a un lugar donde pudiera comprar ropa más sencilla?
De hecho, ella prefería prendas de vestir que no fuesen muy llamativas.
Bo Yanxi incluso pensó que la chica estaba tan deslumbrada que no sabía qué elegir. Por eso, al ver por casualidad una prenda de su agrado, él la llevó directamente a esa tienda.
"Bienvenido ...", dijo la vendedora sonriente, adelantándose a recibirlos.
"¿Qué te parece este modelo?", le preguntó Bo Yanxi a Nan Qi, mientras le indicaba a la vendedora que no necesitaba su ayuda. Acto seguido, agarró él mismo el vestido.
Nan Qi miró el traje holgado que él le estaba mostrando y, al percatarse de que era el típico modelo para una mujer talla G, torció ligeramente los labios y le dijo: "Yo soy talla P".
Bo Yanxi no sabía mucho de esas cosas e inocentemente colocó el vestido frente a su silueta y le dijo: "¿Te gusta? Podrías seguir usándolo, incluso cuando tengas la barriga más grande".
Ella se quedó perpleja. No entendía cómo era posible que él no supiera diferenciar un vestido EG de uno para mujeres embarazadas.
"Entonces... ¿Y este?", le mostró él otra prenda, al ver que ella aún no estaba decidida.
Nan Qi casi se encegueció con el color tan llamativo del vestido, y sin poder soportar una más, respiró profundo y le dijo: "Sr. Bo no se preocupe, puedo ocuparme yo misma de estas pequeñeces como, por ejemplo, comprar algo de ropa. De verdad, puede irse tranquilo a su oficina".
Bo Yanxi frunció el ceño, al percatarse finalmente de que su esposa estaba menospreciando su ayuda.
Mientras otras mujeres se quejaban de que apenas veían a sus maridos, a ella parecía incomodarle el hecho de que él la hubiese acompañado al centro comercial.
En ese instante, sonó su teléfono. Al otro lado de la línea, se escuchó la voz un poco alterada de Tang Yan: "Sr. Bo, los expertos del Reino de St. Dhia llegaron antes de lo previsto..."
Bo Yanxi pensaba tomarse el día libre para ir de compras con su esposa.
Sin embargo, apenas escuchó las palabras de Tang Yan, su ceño se fue frunciendo lentamente.
Nan Qi escuchó a lo lejos lo que estaban hablando y de inmediato le dijo a su esposo: "Sr. Bo, váyase tranquilo a atender sus negocios que yo me ocupo de esto".
"¿Puedes arreglártelas tú sola?", le preguntó él un poco preocupado.
Como Nan Qi ya estaba cansada de escuchar su agobiante tono de voz, tuvo que utilizar un as que tenía bajo la manga: "El médico me dijo que debía mantenerme contenta y feliz. La gente aún no sabe que yo soy su esposa, y nadie le haría daño a una persona común y corriente como yo. Por eso, creo que es mucho más peligroso que me vean con usted".
Bo Yanxi quedó convencido con su explicación.
Luego miró a los dos guardaespaldas que los seguían a diez metros de distancia, haciéndose pasar por personas comunes, y finalmente aceptó irse.
"El médico dijo que no puedes cargar peso, así que pídele al encargado de la tienda que envíe todo a la casa. El ama de llaves y el chofer vendrán por ti dentro de una hora aproximadamente", dijo él antes de marcharse.
Ella estaba impactada.
¿Cómo era posible que tuviese más libertad como agente especial que como una mujer rica?
Justo cuando Nan Qi estaba hablando con Bo Yanxi, Nan Shengxia y unas amigas salieron del ascensor.
Una de las chicas dijo con cara de envidia evidente: "Qué suerte tienes, Shengxia, porque además puedes comprarte toda la ropa exclusiva que te plazca".
Nan Shengxia no pudo evitar reírse mientras decía con modestia: "No la compré por casualidad, sino porque pronto comenzaré la universidad. Mi mamá quiere que conozca más el mundo para que no sea co... como Qi".
"¿Y qué pasó con tu hermana?", preguntó la amiga. "¿Acaso se enfadó nuevamente contigo?"
"¿Acaso se enfadó nuevamente contigo?"
Nan Shengxia no sabía qué decir y sólo suspiró suavemente y contestó: "Ella...".
Pero de pronto, la interrumpieron cuando iba a continuar la frase.
Una de las amigas señaló a una chica a lo lejos y exclamó: "¡Shengxia!, ¿esa no es tu hermana adoptiva? ¿Qué estará haciendo en lugar como éste? ¿Acaso tu mamá también le dio una tarjeta a ella?"
Una ráfaga de rabia brilló en los ojos de Nan Shengxia y de pronto recordó algo y respondió: "A mi hermana le gusta jugar y no tiene ningún tipo de límite... Hace unos días, hubo un problema con ella, y decidió irse de la casa".
¿Desenfrenada pudiera ser la palabra? Ésa fue la manera elegante que encontró para decir que su hermana era promiscua. 
Sus amigas quedaron impactadas al escucharla hablar así de su propia hermana.
Una de las chicas que tenía vista de águila vio a Qi parada muy cerca de un caballero, y de inmediato especuló maliciosamente: "Entonces, ¿de dónde sacó dinero para venir aquí? ¿Será amante de un anciano?"
Parecía que la chica también quería demostrar que lo que decía era cierto.
Un segundo después, vieron que el hombre que estaba frente a ella le estaba entregando una tarjeta bancaria.
Aunque no podían ver claramente su cara porque estaba de espaldas, ellas afirmaron que un hombre decente no le entregaría una tarjeta a una mujer sin ningún motivo.
Zhao Wen, la mejor amiga de Nan Shengxia, dijo en tono de burla: "Tu hermana adoptiva siempre te ha intimidado. Por eso, ahora que al fin tienes la oportunidad de desquitarte, deberíamos aprovechar la ocasión y agarrarla con las manos en la masa".
Nan Shengxia no podía enfrentar esa situación y dijo: "Eso no está bien porque después de todo, ella aún es estudiante y sería muy incómodo para nosotras, agarrarla en plena acción".
"Ella es quien está haciendo el ridículo. ¿Cómo es posible que una estudiante sea la amante de un viejo como ese?", afirmó una de las amigas de Shengxia.
"Pero me gustaría saber quién es ese viejo grasiento y ciego que quiere estar con alguien como Qi".
Sus amigas la convencieron y al instante se dirigieron rápidamente hacia donde estaban ellos.