Capítulo 45
1517palabras
2023-04-20 06:17
—Por dentro siempre he sabido que pude haber hecho muchas cosas por ella —confesó Harry.
El joven ya se veía mucho más tranquilo, se encontraba sentado, viendo fijamente las olas morir en la playa.
—Yo… pude haberle informado a mi padre, él habría hecho algo —siguió Harry—. Él era una persona que tenía mucho peso en el colegio, así que pudo haber amenazado a la directora para que parara todo y dejara que Leanor se transfiriera a otro colegio. Leanor… ella lo único que quería era tener paz. Pero no pudo tenerlo… ese colegio la consumió por completo y la cambió tanto… Además, tenía a ese novio que influyó tanto en su vida, fue quien le dijo que debía tomar venganza.

—¿Cuál novio?
—No sé bien quién era, nunca me habían hablado de él antes, hasta que me enteré que era responsable de todo, Leanor lo llamaba en su diario como Dulces Locos —explicó Harry—. Era un chico de mala muerte, un traficante de drogas, no sé cómo ella terminó estando con alguien como él. Fue el responsable de colocar los explosivos en el salón y llevar al colegio la comida envenenada que repartió. —Las lágrimas corrieron silenciosamente por sus mejillas—. Cuando lo arrestaron y le preguntaron el por qué decidió ayudarla, solamente dijo “la venganza era el postre que Leanor necesitaba probar”.
—Entonces, técnicamente Leanor no fue quien los asesinó —dijo Eva—. Ella simplemente se suicidó y su novio se encargó de asesinar a todos.
—Ella le suministró toda la información que él necesitaba —confesó Harry—. Le dijo dónde encontrarlos, compró la comida y se la entregó para que él le echara el veneno. Le dio el listado de todas las personas que debía entregarle esa comida y qué decir. Leanor lo planeó todo.
—Oh… entones sí es responsable.
—Yo no soportaba saber que él la hubiera ayudado en su venganza, por eso, cuando supe que lo habían arrestado, fui a visitarlo a la cárcel. —Harry dejó salir un suspiro tembloroso—. Cuando lo tuve en frente, le pregunté el por qué la ayudó. Él sonrió y mientras me miraba fijamente, me dijo “Leanor necesitaba hacer que pagaran”. Me explicó que él la convenció de asesinarlos, que ella únicamente debía decirles quiénes eran y cómo quería que murieran. Leanor pidió que los envenenaran, pero él se le ocurrió también poner explosivos, porque estaba seguro que el veneno no los mataría a todos y necesitaba asegurarse que hubieran muchos muertos. Aunque en sus planes no estaba que ella tomaría parte del veneno para que suicidara. Dijo que ella era una debilucha que no soportó las muertes de todos y por eso se suicidó.

Harry se detuvo al momento en que su voz se quebró.
—Yo sabía que Leanor no era tan malvada —sollozó Harry—. Sabía que ella no era capaz de hacer algo tan macabro, por eso, cuando se dio cuenta que todo se salió de control, decidió acabar con su vida.
Los ojos de Eva se llenaron de lágrimas al escuchar aquella triste historia. A su mente llegaba el recuerdo del momento en que intentó quitarse la vida lanzándose en el pozo del río.
—Leanor no soportó tanto dolor…. —dijo Harry entre un gruñido—. Y yo no hice nada para ayudarlo. La vi sufrir, la veía de lejos estar tan sola y sufrir, pero no hice nada. Pensaba “ella es muy inteligente, sabrá salir de esto”, estaba tan confiado…

—No puedo decirte que no eres responsable en parte de todo lo que sucedió —dijo Eva con los ojos llenos de lágrimas—. Porque sí, pudiste haber hecho mucho en esos últimos días, con todo lo que me cuentas, pudo impedirse varias cosas, pero… ya no puedes viajar al pasado para impedirlo. Ahora tienes el presente y muchas oportunidades de cambiar tu vida para bien y ayudar a las personas que más lo necesitan.
Harry la observó con dolor, sus ojos estaban inyectados de sangre, con el pecho adolorido por tanta tristeza.
—¿Qué podría hacer? —preguntó Harry.
—No repetir la misma historia de Leanor —respondió Eva—. No dejarte arrastrar por el dolor y la desesperación, seguir con tu vida, vivir… Ayuda a quienes veas que lo necesitan, acompáñalos cuando notes que más lo necesitan y… así impedirás que la historia de Leanor se repita. —Eva lo tomó de las manos—. Por ejemplo, lo que haces para ayudarme a superar mi pasado es sumamente valioso. Hiciste que enviara esas cartas y me deshiciera de todos esos recuerdos que tanto me atormentaban y no imaginas lo mucho que lo agradezco.
—Todo este tiempo he estado viviendo mi vida, intentando no arrepentirme de mis acciones después de ese día —confesó Harry—. Pero, algo muy dentro de mí me dice que soy un farsante, que vivo en una mentira… Y realmente no sé… en días como hoy creo que sí es cierto, que intento convencerme de que no hice nada malo. Pero sí, tuve mucho que ver, porque pude hacer mucho más, yo siempre me excusé de que era demasiado joven, que Leanor no quería que la ayudara. Pero… cuando estuve en frente de ese hombre que la arrastró a cometer esa masacre… me di cuenta que yo pude ser él, pude haber influenciado de esa misma forma en Leanor y convencerla de hacer otras cosas, que el final no fuera ese. Y por poco lo logré, en esos últimos días, después que casi la violan, estuve muy pendiente de Leanor, acompañándola más que antes, por eso creamos el plan de escaparnos juntos. Si tan solo hubiera hecho todo eso mucho antes, ella no habría conocido a ese hombre y aceptado todas sus retorcidas ideas. Ahora Leanor estaría vida, estudiando en Estados Unidos, seguramente la carrera de Ingeniería Aeroespacial que tanto le apasionaba. Yo la visitaría en las vacaciones, saldríamos a bailar y pasarla tan bien como solíamos hacer siempre. —Observó a Eva con una sonrisa melancólica—. Ustedes se habrían llevado muy bien, tienen muchas cosas en común. De hecho, cuando te conocí, me recordaste mucho a Leanor, es como si su espíritu estuviera en ti. Eres igual de inteligente, con un carácter bastante parecido y tienes todo un calendario de rutina como ella. A veces me da miedo que te pase lo mismo, que las personas te envidien tanto y decidan destruirte como le pasó a ella.
—Pero si eso pasa, te tengo a ti —dijo Eva, apretando con más fuerza las manos de Harry para que reaccionara y saliera de sus pensamientos negativos—. Como te dije antes, en el pasado me habría encantado tener un amigo como tú, alguien que me acompañara y me protegiera, que me escuche y consuele. Si las personas comienzan a ponerse en mi contra o debo pasar por un momento sumamente difícil donde la depresión me amenace, estaré tranquila porque ahora te tengo a mi lado, siendo un gran amigo; y sé que no permitirías que nadie me lastimase, ¿verdad?
—La persona que intente hacerte daño deberá pensarlo dos veces antes de hacerlo —confesó Harry.
Eva sonrió satisfecha.
—Bien, en ese aspecto entonces podemos estar tranquilos porque nada malo va a suceder —soltó Eva—. La historia no se va a repetir, es un pasado doloroso, pero es eso, un pasado. Ahora estamos en el presente y podemos cambiar muchas cosas de nuestra vida para mejorarla. Mírame —Eva enarcó las cejas con suficiencias, desplegando una sonrisa orgullosa—, por fin me deshice de mi caja de recuerdos, ahora tengo todo ese espacio para colocar cosas muy bonitas.
—¿Y él no te ha llamado? —preguntó Harry con curiosidad.
—No, claro que no, pero hoy debe estar llegándole el paquete —informó Eva entre una risita nerviosa—. He pensado tanto en qué podría suceder si él me llamara. ¿Crees que tenga el coraje para hacerlo?
—Si es un hombre con honor, no solo te llamará, sino que vendrá hasta aquí para hablar contigo sobre las cartas.
Eva soltó una risita nerviosa y se acomodó sobre el mantel.
—Ay, eso me da tantos nervios —soltó—. Imagínate, Davison viéndome fijamente a la cara después de leer tantas cartas. He pensado mucho en su cara cuando abra la caja y vea tantas cartas. Creo que hay como unas treinta.
—Cielos, la verdad es que son muchas cartas, aparte de eso, está tu diario y esas rosas disecadas. Podría considerarte una loca.
—Por esa misma razón escribí la nota que coloqué encima de la caja violeta, para ponerlo en contexto y no piense que decidí enviarle toda una caja de escritos para perturbarlo. No quiero que piense que soy una loca.
—¿Y qué importa que piense que eres una loca? No deberías preocuparte por eso… es lo menos que debería mortificarte. Mejor piensa que enviaste las cartas y ya quedó enterrado en el pasado.
—Sí, puede que él nunca me escriba y mucho menos viaje para verme. No me ha escrito en meses, así que, seguramente me dejó en el pasado.
Harry tomó la botella de vino y revisó que se encontraba vacía.
—Bueno, tengo hambre, vamos a desayunar —sugirió.
—Vale, porque salí corriendo de mi casa y no alcancé a comer nada —aceptó Eva.