Capítulo 4
2069palabras
2023-01-11 02:11
A veces los peores secretos son reales.
Mi mayor defecto siempre había sido ser demasiado curiosa.Y como todo,tenía graves y negativas consecuencias que ahora estaba experimentando de la peor manera.
Quedarme sola frente a la puerta de mi casa me puso a temblar,y cómo no,a ser víctima del miedo y la paranoia.Saber que Hunter se iba,aunque fuera a solo dos casas,me hacía sentir vulnerable y como un blanco fijo y expuesto.No podía atreverme a pedirle que me acompañará porque era malhumorado y odioso y claramente mi presencia le molestaba,así que debía reunir el valor para hacer,lo que tenía que hacer,sin su compañía:
Intentar decirle todo a mis padres.
Entré a la casa cerrando la puerta con cuidado.Por alguna razón pensaba que no debía hacer demasiado ruido,como si tuviera miedo de que por eso alguien me encontrará.Mamá ya tenía que estar ahí porque siempre llegaba a las cuatro de su trabajo como administradora general de las principales panificadoras de Riverdale.
La sola idea de decirle que tenía que mudarme,me hizo considerar si realmente debía hacerlo,porque,es decir,¿Qué tan fácil sería confesarle a tus padres que debes huir porque habías descubierto que tu vecino era un asesino y que pertenecía a todo un mundo de homicidas?
Ya podía descartar la posibilidad de que fuera una broma por parte de Hunter,porque yo misma había visto al tipo de la gabardina blanca asesinar a otro tipo.
Pero no era esa parte en sí,la que me costaba creer.En la soledad y seguridad de mi sala de estar pude admitirme a mí misma que lo único tan difícil de tragar en la confesión de Hunter era eso de que nacían para hacer daño y que por esa razón sentían la necesidad de matar.Si lo analizaba muchísimo más,y vaya queme gustaba analizar todo,estábamos hablando de algo relacionado con la mismísima naturaleza.
Y esos eran de mis temas favoritos.Así que,si aplicaba mis conocimientos adquiridos en libros,investigaciones clandestinas los sábados por la noche,series de televisión como CSI,e historias contadas por Jules,entendía que todo era cierto,y que tenía que salvar mi vida,porque si no lo hacía,morir destripada sería mi destino cuando descubrieran que era normal.
«Normal»,repetí.Resultaba extraño que serlo estuviera mal,cuando para la repugnante sociedad común eso era lo único que estaba bien.
—¿Mamá?—grité desde la sala de estar.
Cómo de costumbre intenté descolgarme el bolso de los hombros para dejarlo sobre la mesa,pero recordé que lo había perdido en el bosque junto a mi celular.Miré el lugar con una extraña sensación vacía por no hacer lo que ya tengo acostumbrado a hacer,y sentí cierto pesar.
Oh,el sofá,el tranquilo sofá en la tranquila sala de estar ¿Por qué mi mente no podía estar en calma como el lugar?
—¡Estoy en la cocina con tu padre,nena!
La voz de mamá hizo que se me formara un nudo en la garganta.Ella no tenía ni idea ¿Y que pasaría cuando la tuviera? ¿Lo creería? No.Ella tal vez armaría un escándalo,más que eso,haría que el núcleo de la tierra explotará, porque así es mi madre,así de guerrera,impulsiva y valiente.
Avancé hacia la cocina y la vi cortando algunos vegetales.Le gustaba hacer comida sana,lo cual era muy irónico considerando que siempre estaba rodeada de postres y comida rápida,pero aún así a mí me encantaba comerla.Lo cierto era que mamá era una entusiasta de la vida sana,por lo tanto,se mantenía delgada,pero sus ojos verdes,iguales a los míos,ya comenzaban a envejecerse.
—¿Te ha ido bien? ¿Qué tal el instituto?—me preguntó junto a papá.
Su amplia sonrisa y su tono animado me dieron la sensación de calma.
—Sí,todo ha estado de lo mejor—mentí—Es raro que papá esté aquí en la cocina.
—Sí,es sospechoso.Hoy llegó más temprano de lo común,y se ofreció a ayudarme ¿Cierto cariño?
—Sí,cierto—mi papá le respondió,mi papá es muy callado,no suele hablar tanto.
—Genial,entonces en la cena quisiera hablarles de algo—avisé,y en cuanto lo hice comprendí mi error.
Mamá frunció el ceño y lentamente dejo el cuchillo a un lado.Al ver el reflejo de la hoja me asustó,pero me esforcé por no demostrarlo.
—¿Pasa algo? ¿Es el instituto? ¿Te han hecho bullying? ¡Oh! ¡Dios! he visto esos programas.Bella,cariño,chiquita,te amamos vales demasiado ¡Ni por un segundo pienses suicidarte! Piensa en la realidad,siempre en la realidad,lo había llegado a pensar «No le puede pasar nada a mi Bella,ella es muy tranquila y alegre y ha cambiado» —expuso con tanta rapidez que no me permitió decir algo—.No creas que porque tienes diecisiete años no puedo intervenir ¡Denunciaré al instituto! ¡Nadie te puede hacer bullying! ¡Dime ya,exactamente que está sucediendo!
—¡Papá,Mamá!—les interrumpí tan pronto como tuve oportunidad—.No se trata de eso,y ya por favor,dejen de ver esos programas.
Mi madre,cuyo nombre es Elizabeth,se llevó una mano al pecho y suspiró con un alivio que pareció casi exagerado.
—Ah,eso me tranquiliza—dijo,y como si no hubiera pasado nada,procedió a continuar cortando los vegetales, papá solo observaba y hacia lo mismo que ella—Entonces ¿Qué quieres decirnos? mejor solo ya,no puedo esperar a la cena.
Y así era.Durante las cenas y algunos almuerzos, papá escuchaba poco de lo que hablábamos.Siempre cuando llegaba del trabajo,llegaba hambriento y engullía dos platos porque uno le parecía comida ligera,no era suficiente la comida ligera de mamá.Pero papá junto a su falta de atención y su violento apetito no eran el problema.Acababa de darme cuenta de algo.
No podía decir absolutamente nada del secreto de Hunter.
¿Decirle eso a la mujer que acababa de decir que demandaría a alguien si me hacía algo malo? ¿Contarle algo,que no ha presenciado,y que le sonaría como historia originaria de un demente? ¿Decirle que,si no nos mudamos inmediatamente un grupo de asesinos con espíritu de demonios vendrán a acuchillarnos el rostro? una vaga idea que no parecía muy diferente a un recuerdo,resonó en mi cabeza:«No hables,no lo digas,no lo cuentes,no seas mensa».Y no lo haría,por supuesto que no,porque ella no me creería ni una palabra y la situación terminaría muy mal para mí.Siempre suele terminar mal para mí,es como en Spiderman,cuando Spiderman gana,Peter Parker pierde,por eso sabía muy bien que no podía decir lo que pasaba por mi cabeza.
Yo sabía que algo igual de peligroso que conocer el mundo de Hunter,era contarles de ese mismo mundo a mis padres.
Di un pequeño salto cuando el teléfono e la cocina comenzó a sonar.Todavía estaba nerviosa.Mamá se limpio las manos con el delantal blanco de la cocina paso a tenderlo,y quedé rígida.
—¿Sí? ¿Quién? ¡Ah! ¡Hola! Qué extrañó que hayas llamado.Sí,sí, está justo aquí,dame un momento,Bella,es para tí.
¿Qué extraño que llamara? ¿Quién? por un instante el nombre de Hunter se cruzó por mi cabeza,pero,¿Por qué Hunter llamaría a mi casa? ¿Y como tendría el número? ¿Quizás le diría todo a mis padres? no lo haría,lo asesinarían a él igual.Mi corazón comenzó a latir con más fuerza.Todo pareció más silencioso a mí al rededor.Avancé hasta el muro que estaba junto al refrigerador,allí en donde colgaba el teléfono,y con las manos temblorosas me lo llevé a la oreja.
—¿Sí?—pronuncié y tragué saliva.
—¡Eso tilín! ¿Quién va a la fiesta de Johnson? Te llamé y te envié millones de mensajes y nunca me contestaste.
—Me quedé sin batería,lo siento—mentí y miré de reojo para asegurarme de que mamá no estuviera pendiente de la conversación.
—¡Pues pon ese aparato a cargar! Necesito enviarte las fotos de mis opciones de outfits para la fiesta de esta noche.Aún no he podido decidirme.
—La fiesta...acerca de eso,no iré.
—¡¿Qué?!—chilló ella—¡¿Por qué?! ¡¿Es por lo que dijo Jules de esa estúpida apuesta?! Vamos,si fuera por ella,el mundo sería algo estilo la iglesia católica.
—No,no es por lo de la apuesta,es que estoy algo cansada—volví a mentir.
—Bella,es nuestro último año en el instituto,quedamos en que disfrutaríamos e iríamos a cada evento y cada fiesta.¡Prometimos disfrutar! No te puedes quedar en casa.
—Lo sé,lo sé.De verdad lo siento,estoy exhausta.
—Bien,¿Exhausta? nada mejor para eso que unos tragos para relajarte.Solo vamos un par de horas y luego volvemos ¿Sí? ¡Anda! ¡Di que sí! por favor,No te conviertas en Jules.
Por un mínimo instante quise soltarlo todo a través del teléfono,pero recordé que mi madre estaba cerca y no quería que escuchara.
—No seré una segunda Jules...se trata de...es porque...—mis cuerdas vocales no expulsaron las demás palabras porque no sabía exactamente qué palabras usar,así que,como medida alterna,comencé a toser,y a hablar en un tono de voz aún más bajo—Me estoy enfermando y tengo algo de fiebre.¿Crees que no quiero ir? pero en realidad mamá no me dejara salir así.Está muy alterada y sabes cómo se pone.
—¡Ah sí! se muy bien como es la señora Elizabeth cuando te enfermas.De acuerdo,ya lo checo.Te dejare en paz esta noche,pero no quiero oír esa excusa de nuevo.Mejórate,y si cambias de opinión me envías un mensaje.
Ella colgó,yo encaje el teléfono en su sitio y antes de que mamá pudiera hacerme cualquier pregunta salí de la cocina cortando en el aire todos oportunidad de que me sujetará d en brazo o algo así.
Me detuve en la sala de estar,allí solté una exhalación.Sentía que tenía mucho por dentro,que tenía hasta miedo de asomarme por la ventana,presenciar de nuevo un asesinato y conocer a una manada de asesinos,no eran ese tipo de noticias fáciles de procesar.Inmediatamente se me revolvió el estómago al considerar que callar significaba complicidad.
Ahí lo comprendí:era cómplice en uno de los peores crímenes,matar una vida humana.
Casi hiperventilé.De hecho,lo único que me impidió entrar en un ataque de ansias,fueron los toques de la puerta.
Alguien se encontraba afuera,alguien que no quiso tocar el timbre,sino golpear,alguien diferente.
Sentí el mismo cosquilleo de nervios en todos mis cuerpos con la llamada de Georgia minutos atrás.Avacé hacia la puerta y dudé.Miles de escenas horribles pasaron por mi mente.Sin embargo puse mi mano sobre la manilla.
No había nadie afuera,pero en el suelo,justo en frente de mí,estaba mi bolso.
Me incliné para recogerlo,cerré la puerta rápidamente y después corrí escaleras arriba,con rumbo a mí habitación.Cuando entré quise pasar el seguro,pensé en sellar la ventana con cemento pero no había tiempo,pensé hasta en cerrar toda la casa y convertirla en una especie de búnker,pero sería muy inútil,tan inútil,tan inútil como permitir que el miedo se apoderada de mí.Quizás no podía evitar tener miedo,pero al menos podía intentar ver desde otro punto de vista la situación sin tener tanto pánico.
Hice un pequeño resumen:Todo estaba mal,espantosamente muy mal.
Pero ¿No sabía yo,más que cualquier otra persona,que siempre se podía salir de los malos y espantosos momentos? El problema solo se trataba de una mala situación.Ese era un gran lío,pero no un gran,si no un grandísimo lío,uno que implicaba muerte y más muerte,y tal vez la única culpable de que iniciará era yo.Yo y mi peligrosa curiosidad.
Observé el bolso en mis manos por varios minutos,tenía algunos restos de tierra y pasto,supe que la única persona que pudo haberlo dejado ahí era Hunter.Supe también,inmediatamente,que entregármelo era una forma de hacer entender que los peores secretos pueden ser reales y que ahora yo era parte de ese oscuro secreto.
Esa noche ni siquiera cené,y justo cuando coloqué la cabeza sobre la almohada,lloré en silencio porque no podía sacarme de la mente la imagen de aquel atroz y ruin asesinato.
[...]
A la mañana siguiente la alarma me hizo saltar de la cama.
A pesar de que había logrado quedarme dormida,me sentía muy cansada,como si no hubiera cerrado los ojos en toda la noche.Me miré en el espejo de mi baño,quería pensar que sería un día normal o que al menos podía serlo si me lo proponía,que esas sombras bajo mis párpados,bajo mis ojos,si yo quería podía dejar el nerviosismo a un lado,si me esforzaba podía lograrlo.Por lo tanto procedí a bañarme y luego vestirme,baje a desayunar,sola como de costumbre,ya que mamá y papá siempre se iban a trabajar temprano.
Antes de salir con dirección al instituto,me detuve por un momento para examinar la acera,que se extendía al frente de la casa.No había nadie,estaba completamente despejado,espere unos minutos por si me encontraba a Hunter en el camino,pero eso nunca pasó,así que emprendí la caminata,una temerosa caminata durante casi todo el rato,miraba a los lados,y sostenía mi bolso con fuerza,el bolso que colgaba en mis hombros.
Un instante pensé que me estaba alejando de la seguridad de mi casa—no podía garantizar que lo fuera todo—que en cualquier instante podía aparecer el asesino de la gabardina blanca con sus turbios ojos grises capaces de infundir temor,admití en toda esta paranoia ¿Tenía buenas razones para estarlo?