Capítulo 70
1283palabras
2023-01-17 09:30
"Mamá, ¿dónde se encuentra papi? ¿Por qué no ha llegado?", preguntó Lia cuando Elissa ingresó en la casa.
"¿Él no no ha venido?", interrogó ella. Seguramente, aún está trabajando, nena. No te angusties, él te visitará en otra ocasión", dijo Elissa intentando calmar a su hija.
"¿Se marchará lejos? ¿Nuevamente irá de viaje de pesca?", interrogó Lia frunciendo los labios y con una expresión triste en el rostro.
"No. él no hará eso. Solo tiene mucho trabajo, querida".
"Entonces, ¡hazle una llamada!", demandó la niña. Elissa no quería hacerla, a pesar de que también deseaba saber cómo estaba Carson. Ella rechazó su petición, diciendo que no debía interrumpirlo, pero a Lia no le importaba eso.
Mientras bajaban a la sala de estar, Elissa le hizo una seña a su hermano para que calmara a Lia, pero él hizo un gesto de resignación y expresó: "Ella me ha preguntado durante todo el día por Carson, me tiene harto. Creo que deberías llamarlo, es la única forma como Lia se tranquilizará".
"¡Mami, te lo suplico! ¡Por favor, llámalo!".
"De acuerdo, lo haré". Finalmente aceptó su petición. Tomando su teléfono móvil de su cartera, buscó su número y aguardó a que él contestara. Entonces, cuando sonó el tercer repique, Elissa estuvo a punto de finalizar la llamada, pero Carson finalmente atendió.
"Hola, Eli", expresó con un tono agitado. Lo primero que le pasó por la mente fue preguntarle si se encontraba bien porque se escuchaba estresado.
"Ey, Carson. No te presentaste hoy en la casa, así que Lia desea saber la razón de tu ausencia", interrogó Elissa tensa. En ese momento, vio a su hija, quien la observaba con sus enormes ojos resplandecientes y una sonrisa llena de ilusión.
"Disculpa, Eli. Pero aún estoy trabajando y no puedo retirarme de aquí. Las cosas no están bien".
"Um... ¿La situación empeoró?", interrogó, angustiada.
"Sí. El precio de las acciones ha caído muy rápido y desde que nuestro diseñador huyó, nos falta quien haga su trabajo. Aceptamos la propuesta de un cliente de África pero no la terminó. Y ahora sucedió esto...".
Elissa no comentó nada, no sabía qué responder ante eso. Luego de una pausa, él exhaló y le expresó: "¿Puedes pasarme a Lia?". Elissa hizo lo que le pidió y Lia con sus pequeñas manos tomó el teléfono móvil y se lo colocó sobre la oreja.
Ellos conversaron por unos minutos y después Carson cortó la llamada. Lia se puso muy contenta luego de que habló con él. Finalmente, se fue a ver televisión más calmada.
"¿Qué fue lo que te contó?", interrogó Jonathan, al darse cuenta que Elissa estaba angustiada.
"Tiene problemas en la compañía. En esta ocasión, parece que es grave".
Elissa pensó que no debía angustiarse mucho por Carson, pero se le hizo imposible no hacerle caso. Él estaba metido en su mente.
Unas horas después, cuando intentó dormirse, no fue capaz de hacerlo. Elissa tenía muchas ganas de verlo. Entonces, luego de dar vueltas en la cama por más de diez minutos, decidió levantarse para ir a donde él estaba. Se quitó la pijama y se colocó una ropa informal, se recogió todo el cabello y salió despacio de la casa sin avisarle a su hermano.
Pasados treinta minutos...
Elissa se bajó del vehículo y observó el enorme edificio que estaba frente a ella. La brisa de la noche era fría por lo que ella se alegró de estar usando un abrigo. Ella se dio cuenta que el vigilante se estaba quedando dormido, por lo que se aprovechó de esto para entrar cautelosamente por la puerta.
Esta era la primera vez que visitaba la compañía tan tarde. No había personal en el área de recepción, debido a que casi era medianoche. Entonces, ingresó en el ascensor y presionó el número del piso de la oficina de Carson.
Cuando ella llegó a su destino, atravesó el pasillo e ingresó en la zona de trabajo donde habían pocas personas realizando actividades. Elissa estaba un poco inquieta porque había ido a ese lugar sin avisar. ¿Y si a Carson no le agradaba que ella hubiese ido a su oficina solo porque estaba angustiada por él?
Los trabajadores estaban tan concentrados en su trabajo que parecía que no se daban cuenta de su presencia. Entonces, Elissa caminó hacia donde estaba la oficina del director general y dobló a la derecha. En ese instante, se encontró a Lin, quien estaba disfrutando de una taza de café. Se asombró cuando vio a Elissa. "¡Ey, señorita Elissa! ¿qué hace en este lugar?", interrogó sonriendo.
"Hola Lin. Bueno, vine...". Le daba un poco de vergüenza decirle que había ido para allá a ver a Carson. "Carson me contó que está en aprietos, así que estoy aquí para...".
En el rostro de Lin apareció una amplia sonrisa. "Venir a verlo es muy lindo de su parte, señorita Elissa. ¡Al jefe le agradará mucho que esté aquí!". Elissa le sonrió nerviosa y luego caminó a su oficina. Llamó a la puerta dos veces, aguardando que él contestara.
"¡Entre!", exclamó él con un grito. Entonces, Elissa giró la empuñadura de la puerta e ingresó. Carson no levantó la mirada. Él estaba concentrado escribiendo en su laptop con los ojos entreabiertos. Tenía muchos documentos desordenados encima del escritorio. "¿Qué sucede, Lin?", interrogó.
"Hola, soy yo". Él levantó la mirada de inmediato para comprobar que ella realmente estaba allí. Entonces, la expresión de su rostro se relajó y se puso de pie.
"¡Ey, Eli!", se aproximó a ella, y luego se le paró al frente. "¿Por qué viniste aquí?".
"Te sentí raro cuando te llamé, así que me preocupé por tu bienestar", explicó, mirando hacia un lado. Se emocionó al saber que ella lo había ido a ver y que deseaba saber cómo estaba. Antes de que ella pudiera decir algo más, él la abrazó con fuerza. Sus acciones la asombraron.
Ella se quejó al principio, pero después aceptó sus actos. "Muchas gracias, Eli", susurró y ella se dio cuenta de lo exhausto que estaba. ¿Cuántas horas llevas trabajando?
Entonces, ella se apartó para mirarlo a la cara. No se había afeitado y su rostro se veía cansado. "¿Cenaste?".
"No he tenido tiempo".
"Si continúas trabajando sin comer, dañarás tu salud, Carson. Te lo he dicho demasiadas veces, pero tú no me haces caso", dijo Elissa regañándolo mientras cruzaba sus brazos frente a su pecho. En el rostro de Carson apareció una pequeña sonrisa.
"Bueno, ¿puedes mostrarme el diseño?".
Él hizo un gesto de aceptación con la cabeza. Se acercó al escritorio y tomó el papel. "Es este".
Elissa inspeccionó los diseños con esmero. "¿Tú lo hiciste?", interrogó con un tono divertido. Ella conocía el trabajo de Carson y aunque él no era un profesional en el área, era mucho más talentoso que otros que eran titulados.
"Sí, fui yo. Porque nadie en la compañía sabe hacer diseños", explicó haciendo un gesto de indiferencia.
"Buen trabajo, pero si le cambias esto de aquí...", indicó, luego agarró un lápiz y comenzó a dibujar, "y le haces esto acá...", dijo. "Quedaría mejor". Elissa se entretuvo ayudándolo con el trabajo, tanto así que ni siquiera se percató que habían pasado treinta minutos.
El resultado fue magnifico. "Eli, tus ideas son maravillosas. Me has ayudado mucho".
"¡Qué bien! Entonces, ahora me marcharé".
"Espera, Eli", Carson la atajó. "Yo sé que lo que te hice te lastimó mucho, y me encantaría poder enmendar todo. Estoy intentando conseguir que me perdones, ¿aún podemos arreglar las cosas?".
En ese momento ella no podía pensar con claridad. Con esas mismas palabras Bejamin le había confesado su amor en la mañana. "Debes darme tiempo para pensar en eso, Carson", dijo Elissa mientras se marchaba.