Capítulo 67
995palabras
2023-01-17 09:30
Cuando Elissa fue a informarle a Benjamin sobre su trabajo, lo notó tenso, pues su frente estaba arrugada y estaba tan enfrascado en sus pensamientos que ni siquiera la notó entrar. "Disculpe, señor", dijo entonces la chica.
Al escucharla, Benjamin parpadeó y regresó a la realidad, así que enseguida encendió su portatil y preguntó: "Oh, vaya, ¿qué tal? ¿qué me estabas diciendo?".
Elissa le entregó el pendrive con su presentación y le dijo: "El trabajo ya está hecho. Si puede revisarlo e informarme si hay algún defecto, lo corregiré antes de mañana”.
"Sí, claro. Te lo haré saber en una hora”, respondió él mientras miraba la pantalla de la portatil con los ojos entrecerrados.
Elissa intentó contenerse para no hacer preguntas indebidas, pero no pudo evitar entrometerce y decir: "¿Está todo bien, señor?".
Entonces, Benjamin la miró, y ella notó que algo lo estaba molestando, pero el hombre no sabía si contarle o no. Después de pensarlo un instante, le dijo con una sonrisa tensa: “Son solo algunos asuntos personales, nada grave”. Elissa se dio cuenta de inmediato que estaba mintiendo, pero no quiso presionarlo más, por lo que simplemente se retiró, cerrando la puerta a sus espaldas.
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Casa de los Raymond:
Brittany y Georgina llegaron a las seis y cuarto a la casa de los Raymond. Diane venía bajando las escaleras en dirección a la sala de estar cuando notó la presencia de las otras mujeres, y con una radiante sonrisa, fue a saludarlas: "¡Brittany, Gina!".
"Es tan bueno verlas a ambas", dijo Diane con una sonrisa que sacaba a relucir sus hoyuelos.
“Ay, Diane, me siento un poco sedienta; voy a buscar agua”, dijo Brittany, guiñando un ojo juguetonamente y yendo a la cocina para servirse agua.
A continuación, apareció también Harold, el cual las saludó cortesmente. Las dos familias se conocían desde que Gina y Benjamin eran niños, y como el papá de la chica las había dejado cuando ella solo tenía siete años, Harold había sido muy apegado a ella para asegurarse de que nunca se sintiera sola o que no tenía padre. Por esa misma razón, él insistía tanto en que su hijo se casara con ella.
No obstante, ahora que conocía la verdadera identidad de Elissa, no como la hija del alcalde sino como la hija de Rune, quería que su hijo se casara con ella en lugar de Georgina, pues ya se había encariñado con la joven. Además, Rune fue su primer amor y todavía sentía una debilidad por ella. En efecto, amaba a Diane, pero el primer amor siempre ocuparía un lugar especial en su corazón.
"¿Cómo va todo, Gina?", preguntó Harold, sentándose en el sofá gris frente a ella, ante lo cual la chica sonrió y le dio su respuestas usual.
"¿Dónde está Ben?", preguntó de pronto ella, mirando hacia las escaleras y la puerta de entrada, buscándolo.
"Llegará en breve de la empresa", dijo Diane antes de llamar a la empleada para que les trajera bocadillos y refrescos. Mientras charlaban, Benjamin apareció, y los ojos de Georgina brillaron al verlo. El hombre venía cansado del trabajo, pero de todas maneras intentó mostrarse jovial, por lo que, caminando hacia ellos, saludó a su madre con un beso en la mejilla, luego a Brittany, y finalmente se sentó al lado de su papá. El cuerpo del muchacho estaba completamente tensionado, y aunque su padre lo notó, prefirió no decirle nada.
“Ben, ¿deberíamos darles las buenas noticias?”, chilló Brittany, tratando de crear un aura de misterio, lo cual molestó a Benjamin.
Tras esa declaración, Georgina se sonrojó y el joven se puso más tenso de lo que ya estaba. "¿Qué buenas noticias?", preguntó finalmente Diane.
“Mamá, Gina… Gina está...”, balbuceó Benjamin.
“¡Mi Gina está embarazada!”, gritó Brittany, ayudándolo a completar su idea. De inmediato, los padres del joven abrieron los ojos de par en par y una ráfaga de preguntas comenzó a cruzárseles por la mente.
"¿Embarazada?".
"¡Sí, Sí! Y Benjamin va a ser padre. ¿No es maravilloso?".
“¿Cu-cuándo sucedió esto? ¡Hijo! ¿Por qué no nos habías contado sobre esto?", lo regañó su madre.
"Yo también me acabo de enterar esta mañana", respondió él con rigidez.
“Diane, ¡deberíamos prepararnos paronto para la boda”, sugirió Britanny, y Dianne miró a Benjamin, el cual evitaba las miradas de todos, y no supo que decir, pues su hijo claramente no estaba feliz con la noticia.
"Por supuesto que lo haremos. Gina, querida, ¿te sientes bien?", dijo entonces Diane.
“Sí, tía. Estoy bien".
En un santiamén, la conversación comenzó a girar en torno al tema del embarazo y el matrimonio, lo que molestó muchísimo a Benjamin, tanto así que terminó poniendose de pie y, tras pedir permiso, se fue directamente a su cuarto en el segundo piso. Harold se dio cuenta de que algo no andaba bien con su hijo, así que también subio a ver cómo estaba.
“Benjamin, ¿cómo sucedió esto? Yo creí que te gustaba Elissa", le preguntó su padre, cerrando la puerta de la habitación.
“Ella si me gusta, papá. Pero esto... no sé cómo pasó. De verdad no tengo idea. Gina dice que pasó durante mi estadía en B City, pero yo no recuerdo nada”, dijo entre gruñidos.
"¿Estás insinuando que ella está mintiendo?", preguntó su padre.
"No lo sé, pero ella no mentiría acerca de eso".
Harold también pensaba que Georgina no sería capaz de mentir sobre un tema tan serio, así que le dijo: "¿Sabes lo que eso significa, verdad? Como eres el padre de la criatura, tendrás que casarte con ella”.
Benjamin no respondió, sino que apoyó los codos en sus muslos y se cubrió el rostro con las manos, por lo que Harold no dijo nada más y simplemente salió de la habitación.
Benjamin no estaba completamente seguro de que Georgina estuviera embarazada, así que primero necesitaba verificar si realmente iba a tener un bebé o no. Pero si resultaba que ella estaba mintiendo, él no tenía idea de qué iba a hacer.