Capítulo 42
1549palabras
2023-01-17 00:01
Pasados tres días...
Observando su reflejo en el espejo, Amanda estaba desbordante de alegría. Había tenido un día excelente. Era todo lo que había esperado desde hace mucho tiempo. Carson había aceptado comprometerse y Amanda rápidamente había convencido a su papá de que fijaran una fecha cercana. Al ser el alcalde era un sujeto poderoso, así que Carson no podía negarse.  
Amanda ya había hecho que despidieran a Elissa de la compañía, ahora deseaba sacarla de A city para poder vivir tranquila al lado de Carson. Se había imaginado todo, primero comprometerse para luego unirse en matrimonio; ella había pensado en eso desde el día que conoció a Carson. Por fin sus sueños se estaban cumpliendo. 

En ese instante, Kimberly ingresó a su dormitorio, con una amplia sonrisa en la cara al observar a su hija tan feliz. "¿Por qué aún no te has terminado de arreglar? Debemos ir a comprar algunas cosas, Amanda. Todavía nos quedan muchas cosas por resolver". 
"De todas formas tenía que arreglarme, madre. Una cosa, ¿sabes algo de Hera?". 
Kimberly se sentó en un costado de la cama, luego miró a Amanda y expresó: "Sí. Vendrá con Carson a la hora acordada". 
"No es algo tan importante. Ella no ayuda en nada. Ella no sabe sobre moda", dijo Amanda burlándose de su futura suegra y soltando una risita infantil. 
"Estoy feliz porque al fin se realizará el compromiso. ¿Qué ha pasado con Elissa?", interrogó Kimberly. Amanda le había contado todos los detalles a su madre de cómo ella y Georgina sacarían a Elissa de la compañía. Kimberly estaba un poco orgullosa de la manera de actuar de su hija, pero aún no sabía todo lo que había pasado. Ocurría cualquier error y la verdad saldría a la luz. 
"No lo sé. Quizás está lavando los platos en su diminuto apartamento, lamentándose porque fue despedida". Sin embargo, Kimberly no creía que las cosas pasaran de esa forma. Elissa ya no era la mujer inocente de hace tres años. Ella había madurado, y no se quedaría tranquila sufriendo. Elissa buscaría la verdad hasta debajo de la tierra. "Además, le dije al sujeto que se marchara de esta ciudad de inmediato porque sabía que Carson pronto se enteraría de todo y ese hombre para salvar su vida me delataría. Le di una gran suma de dinero que lo mantendrá callado", añadió, maquillándose el rostro. 

Aunque su hija le había dicho que no tenía por qué angustiarse, Kimberly no pudo dejar de sentirse intranquila. Carson era muy astuto y haría todo lo que estuviera a su alcance para encontrar a Henry. Eso la preocupaba, pero no quería decirlo en ese momento porque ese día se haría el compromiso de Amanda. 
...
En la casa del alcalde...
Con mucho fastidio, Carson se bajó del carro con su mamá y admiró la residencia que tenía en frente. La mansión del alcalde era inmensa, con un tamaño que ocupaba más de 1000 metros cuadrados. Estaba rodeada por un gran jardín donde habían sembrados varios tipos de flores, además de árboles. También tenía un pequeño estanque del otro lado del patio y un cobertizo para reunirse y descansar. 

Hera lucía espectacular junto a él, había pasado todo el día sonriendo. Ella se encontraba muy contenta, al igual que Amanda y Kimberly, su mamá se había puesto muy feliz cuando se enteró que Carson había aceptado comprometerse. Al fin había llegado el momento en que dejaría de avergonzarse frente a sus amigos porque a su hijo le habían sido infiel. Observó a Carson, quien como de costumbre se veía muy guapo con su traje formal. Entonces, él la vio a los ojos e hizo un gesto de aceptación sin sonreír, Carson y Hera ingresaron a la casa. 
"¡Increíble!", resopló Hera cuando entró. El lugar estaba espléndidamente decorado con mucha iluminación, flores naturales y globos. A Carson no le importaba nada de eso, así que chequeó su reloj como si estuviera apurado por irse. Solo pensaba en lo que había hecho Henry y en la expresión de enfado de Elissa. No descansaría hasta que encontrara a Henry y descubriera porque había actuado de esa forma. 
"¡Ey, Hera!", exclamó Kimberly, abriendo sus brazos para abrazarla. Ellas se saludaron cariñosamente y cuando Kimberly se acercó para saludar a Carson, él actuó de manera reacia. Eso hizo enfadar a Kimberly, pero intentó disimularlo. "Luces muy apuesto, Carson", lo elogió, y luego sonrió con falsedad. 
Con una sonrisa rígida, le dio las gracias y también le dijo un cumplido. "¿Debería comenzar a decirte yerno desde hoy?", preguntó ella bromeando. Las dos mujeres se rieron, pero Carson no contestó nada. "¿Debería hacerlo?", ella volvió a preguntar, mientras lo veía con una sonrisa en los labios. 
"Por supuesto que puedes hacerlo", se obligó a responder y antes de que ella formulara otra pregunta, soltó una excusa. "Debo hacer una llamada, le pido que me disculpe". 
"Estoy muy contenta, Kimberly. Ahora seremos de la misma familia", dijo Hera. 
"Todos estamos muy felices". 
En ese instante, el alcalde salió del piso de arriba, descendiendo por la gran escalera que dividía el salón en dos partes. Él llegó y saludó a Hera amablemente. Esa era la primera vez que ella se encontraba personalmente con él. Antes de esa ocasión, ella solo lo veía en la televisión. Al observarlo bien, le pareció bastante viejo y su pequeño rostro un tanto intimidante. Entonces, notó que Amanda no se parecía a su papá. Amanda tenía el mismo cabello y tono de piel de su madre, no había nada en ella que fuera de su padre. En ese momento, Hera se reprendió y apartó esos pensamientos y decidió enfocarse en la celebración. "¿Cómo se encuentra su salud, señor alcalde?". 
"Todo bien, Sra. Waverly. Muchas gracias por preocuparse", contestó sonriente. "¿Y Carson dónde está?", interrogó, buscándolo. No habían muchos invitados, solo estaban presentes algunos amigos de Kimberly, y los pocos compañeros del alcalde todavía no habían llegado. 
"Tenía que hacer una llamada importante, regresará en poco tiempo". 
Como ella había dicho, luego de unos minutos, Carson volvió. El alcalde le estrechó la mano y se saludaron. Carson estaba actuando un poco indiferente con el alcalde, porque lo había visto compartiendo con Elissa en una cena que se había celebrado el mes pasado. No fue capaz de enfrentarlo, porque eso lo metería en un problema. 
El acto de compromiso estaba por comenzar. Todos los invitados estaban presentes, Amanda y Carson estaban de pie frente al foco de luz. Amanda lucía bella con el traje de satén rosa intenso. Ella se veía adorable. 
"Estás muy guapo, Carson", expresó Amanda, y se sonrojó cuando él le lanzó una mirada. Ella pensó que él la felicitaría, pero Carson no dijo nada. Su indiferencia hizo que se molestara un poco, pero intentó no arruinar la noche. 
Carson recordó lo nervioso que estaba cuando le pidió a Elissa que se casara con él. En aquel entonces, Hera no quería que ellos estuvieran juntos, así que por esa razón no pudo darle la ceremonia de compromiso que ella se merecía. Pero Elissa, se las arregló para disimular que no le molestaba lo que pensara su suegra. Era muy alegre, y jamás se quejó de lo que vivía. 
"Carson". Hera repitió su nombre tres veces, hasta que finalmente él reaccionó. Entonces, regresó a la realidad y miró a su mamá, quien le entregó el anillo de diamantes tiffany. Su cuerpo se puso rígido porque no había marcha atrás. Su mano estaba tensa cuando tomó el anillo, y él miró la joya fijamente por un instante, parecía que no sabía qué debía hacer con ese pequeño objeto. 
Amanda le dijo que extendiera su mano hacia adelante para poder colocarle el anillo en su dedo anular. Entonces, Carson hizo lo que le pidió, y en el momento que Amanda se dio cuenta de que él ya tenía un anillo, su sonrisa se esfumó. Carson aún estaba usando el anillo que Elissa le había dado. Él se percató de la manera de actuar de Amanda y después entendió que era por la joya que aún estaba utilizando. 
Se vieron a los ojos y después Amanda expresó: "Carson, por favor, deshazte de ese anillo". Lo que ella dijo lo hizo enfadar y tuvo ganas de marcharse de la ceremonia. 
Carson hizo un gesto de indiferencia, simulando que no la había escuchado. "Mis otros dedos están libres, Amanda". 
Amanda apretó su boca y sus palabras salieron como un estallido. "¡Pero los anillos de compromiso se usan en el dedo anular!". 
Entonces, Carson arrugó su frente, enfadado por su manera de actuar tan dramática. "Eso no es cierto. Las personas nos observan, Amanda. Solo coloca el anillo en cualquier otro dedo", murmuró. 
Amanda lanzó un vistazo y se dio cuenta que los invitados los observaban. Dibujando una falsa sonrisa en su rostro, colocó el anillo en su dedo medio. Luego de eso, todos comenzaron a aplaudir. Carson tragó profundamente y sujetó delicadamente su palma con su mano, colocó el anillo en su dedo anular y otra vez los invitados aplaudieron mientras gritaban sus mejores deseos para la pareja. 
Él sintió el peso del anillo lo que le ocasionó un malestar en el estómago. Entonces, lo miró y la joya produjo un destelló. Comenzó a experimentar una sensación de ahogo y de acorralamiento.