Capítulo 38
1429palabras
2023-01-16 16:00
Luego de dos días...
Elissa estaba asombrada porque Carson compartía mucho tiempo con ella. Parecía como si nada hubiese ocurrido entre ellos, estaban actuando como cuando se conocieron. Ella estaba impresionada por las acciones de Carson. Creía que él era un hombre diferente, que ya no la quería, pero con lo que había pasado esos días ya no sabía qué pensar. El día anterior, él había elaborado sus platos preferidos, y cuando ella tropezó por accidente aquella noche, Carson estuvo al pendiente de todo. Estaba angustiado, tanto así que la expresión de su cara era de dolor.
Cuando se encontraba en el trabajo, comenzó a pensar en él, y había una pregunta que rondaba por su mente y era cómo estaría su vida en la actualidad si no hubiese pasado nada durante esos tres años. Ella, Lia y Carson aún estarían viviendo juntos y serían muy felices, quizás hasta ella se habría embarazado de nuevo. Eran ideas tiernas pero tristes. El doloroso recordatorio de que él se iba a casar con Amanda provocó que dejara de lado todas esas fantasías.
Estaba profundamente confundida acerca de por qué se divorció de ella. Su afecto hacia ella estaba intacto, entonces, ¿por qué se divorció de ella? Había pensado muchas veces en preguntarle sobre eso, pero sabía que él no le daría una respuesta satisfactoria. Ella no entendía por qué él quiso divorciarse.
Elissa soltó una exhalación y trató de concentrarse en su trabajo. Tenía nuevos proyectos en puerta por lo que debía pensar en algunas ideas. Benjamin le había dado tiempo para que se ocupara de eso y ella estaba contenta porque Georgina no estaba fastidiando. Tanto así que ella no se había acercado a Elissa. Ella no sabía si su ausencia estaba relacionada con lo que había pasado aquella noche en el bar. Elissa no se acordaba de nada de lo que había pasado esa noche. Ella había llamado al local nocturno para pedir que le permitieran revisar las cámaras, pero se negaron. Era un establecimiento exclusivo y no se le permitía a cualquier persona ver las imágenes. Ella no deseaba angustiar a Benjamin, así que no le comentó nada. Y tampoco hablaría con Carson sobre eso, él era la última persona a la que le preguntaría.
Su teléfono móvil timbró y, al revisarlo, se dio cuenta de que ya era la hora de la junta. Organizó los materiales que necesitaba y se marchó de la oficina. Ella ahora ocupaba el cargo de jefa de las diseñadoras. Benjamin aún no tenía asistente, y por lo visto no quería encontrar ninguna, así que Elissa seguía haciendo ese trabajo.
Tocó la puerta e ingresó. "Ya es la hora de la reunión que pautó con el Sr. Dexter", informó.
Bejamin hizo un gesto de aceptación con la cabeza, en ese momento, toda su atención estaba enfocada en la pantalla de la laptop mientras presionaba rápidamente las teclas del aparato. Los últimos días, él había tenido que quedarse horas extras en la oficina porque las tareas se acumulaban. Cuando terminó su labor, cerró la computadora y dirigió su mirada hacia Elissa. Entonces, en su rostro apareció una sonrisa y luego se puso de pie. "Vamos a la reunión".
...
En su dormitorio, Amanda se estaba volviendo loca. La rabia y los celos se habían apoderado de su ser. Ella había averiguado qué le había pasado a Elissa después de que la dejó frente a la puerta de la habitación. Obtener la información se le hizo tarea fácil. Esa mañana, el gerente del local le había enviado las imágenes, al ser la hija del alcalde, ella tenía mucho poder.
Amanda se asombró y se enfadó cuando observó que Carson acompañaba a Elissa a su dormitorio. Que ellos estuvieran tan cerca hizo que ella se llenara de celos. ¡Eso no era lo que ella esperaba que pasara! "¿Por qué estaba ahí?", gritó ella en voz baja.
Pero eso no fue lo único que vio, cuando llegó a las imágenes del día siguiente, casi explota de ira al verlos saliendo de la habitación, parecía que habían dormido juntos. ¡Dem*nios! ¿Estuvieron toda la noche juntos? Amanda estaba temblando debido a toda la rabia que estaba dentro de su cuerpo. Arrojó su teléfono móvil debido a su rabia y no le importaba si lo dañaba. Además, gritó con fuerza tres veces. Pero eso no la tranquilizó, así que lanzó al suelo los objetos que estaban sobre su tocador.
Ella estaba llena de celos y rabia, tanto así que si Elissa hubiese estado parada frente a ella la habría asesinado. "¿Por qué es tan afortunada?" ¡Por qué razón!", exclamó, mientras apretaba su boca con fuerza. "¡Te destesto, Elissa! ¡Zorra!".
Tocaron a su puerta. "¿Amanda, estás ahí?", se escuchó la voz de Kimberly desde afuera. "Querida, ¿qué sucede? Por favor, déjame entrar".
"¡No me molestes, mamá!".
"¿Te encuentras bien?", interrogó angustiada.
Amanda no tenía ganas de ver ni conversar con nadie, ni siquiera con su madre. "Déjame tranquila. ¡Me pondré bien!".
Luego de sentir mucha desconfianza, Kimberly accedió y se marchó. Lágrimas llenas de dolor salieron de sus ojos, haciendo borrosa su visión. No lograba controlarse. Adoraba a Carson, pero ella sabía que lo que sentía por él era más que amor. Estar a su lado era su único objetivo, y si no podía hacerlo, haría todo lo que estuviera en sus manos para agradarle.
"¡Todo esto es culpa de la imbécil de Elissa!", murmuró, con una expresión de sorpresa en su rostro demostrando toda su furia. En ese momento, que su plan había fracasado y Carson estaba compartiendo nuevamente más tiempo con Elissa, debía hacer algo para separarlos, y en esta ocasión sería algo definitivo.
...
En horas de la tarde, luego de la jornada laboral, Elissa se dirigió a la casa a la que se estaba acostumbrando. Llegaría al lugar, conseguiría a Carson cocinando y después comerían una deliciosa cena. Parecía feliz, pero su estómago estaba revuelto. Tenía muchas interrogantes y deseaba que él las respondiera. Se dirigió a la cocina pero Carson no se encontraba allí. Desconcertada, gritó: ¡Ey, Carson!".
Desde el dormitorio que se encontraba ubicado a la izquierda de la sala, él contestó. "Estoy por aquí".
Elissa caminó a su habitación y llamó antes de ingresar. Su cuerpo estaba tenso, sus labios se apretaban con fuerza y su estómago seguía revuelto.
Carson estaba revisando documentos y en el momento que ella entró, orientó su mirada hacia ella. Cuando se dio cuenta de lo inquieta que ella estaba , frunció el ceño y se preguntó si ella estaba bien.
"Quiero conversar contigo", expresó, su voz sonaba nerviosa y su cuerpo estaba muy tenso. Carson hizo un gesto de aceptación con la cabeza y le dijo que tomara asiento.
"¿Qué cosa te perturba?", preguntó con un tono tranquilo que generalmente la tranquilizaba cuando ella estaba angustiada.
"¿Por qué decidiste separarte de mí?", interrogó Elissa, mirando sus ojos azules. Él no se esperaba que ella preguntara eso por lo que su boca se puso rígida.
Ella estaba aguardando tranquila, pensaba que él no le haría caso a sus palabras y cambiaría de tema. "Ese día te expliqué todo", expresó él, su voz se sentía nerviosa, pero firme.
Elissa apretó sus dedos formando un par de puños y mordió su labio al escuchar lo que él había dicho. Ella pensaba que Carson ese día no había sido sincero. "Si no me quieres, ¿por qué estás viviendo conmigo? ¿Por qué eres tan cortés?, interrogó mientras la tristeza se apoderaba de sus ojos color marrón, a pesar de lo que sentía, ella nunca perdió la compostura.
Carson se puso serio. "¡Responde, Carson! ¿Por qué me tienes aquí, si yo no te gusto?", reclamó en voz alta. "¡En vez de estar con tu prometida, la mujer que adoras, te encuentras aquí conmigo! ¿Cuáles son tus intenciones, Carson?".
La expresión del rostro de Carson era fría y su quijada temblaba mientras la observaba. Él no fue capaz de contestarle. Entones, ella respiró profundamente y con el corazón lastimado, dijo: "Quiero marcharme a mi casa. No quiero pasar más tiempo en este lugar".
"Tu firmaste un contrato", expresó él.
"No me interesa", murmuró Elissa. Ella no deseaba estar cerca de él. Carson estaba comprometido, por lo que ella no debería relacionarse con él de ninguna manera. Eso solo traería problemas. "¡No puedo vivir contigo! Así que te pido que me dejes marcharme".
Luego de una breve pausa, finalmente expresó con tristeza: "De acuerdo. Mañana te llevaré a tu hogar".
"Muchas gracias. Espero que no tengamos que vernos más", dijo y se marchó enfadada del lugar.