Capítulo 32
1676palabras
2023-01-13 14:45
Unos pocos días después:
Gabriel Havels estaba en la oficina de su casa mirando unos documentos cuando de pronto escuchó un golpe en la puerta.Entonces, inclinó la cabeza para ver de quién se trataba y vio que eran Kimberly y Amanda las que estaban paradas en la entrada de la oficina. Cuando las vio ahí frunció ligeramente el ceño, pero no quiso saltar a ninguna conclusión de por qué se veían tan preocupadas y nerviosas, por lo que cerró los documentos y se levantó de la silla.
Él nunca había tenido conversaciones familiares en su oficina, y Kimberly creía que eso era un tanto ofensivo, pues significaba que su esposo no confiaba lo suficiente en ella.
“Hay algo de lo que tenemos que hablar contigo”, dijo su esposa con una sonrisa mientras le lanzaba una mirada a su hija, quien estaba a su lado jugueteando con los dedos.
El alcalde asintió y los tres se dirigieron a las escaleras en dirección a la sala de estar. Mientras caminaban, el alcalde tuvo que ignorar los molestos susurros entre las dos mujeres, pues no le agradaban los rumores o que hablaran a sus espaldas.
Amanda no estaba segura de si debían contarle a su padre sobre el escándalo, pero también creía que él era el único que podía convencer a Carson. Esto porque ella había planeado con su madre contarle al alcalde sobre el escándalo del mundo del espectáculo que se había vuelto viral la semana pasada, ya que desde ese evento, Carson se había mostrado más distante y siempre estaba deprimido, y eso estaba impacientando a Amanda, puesto que significaba que el compromiso nunca pasaría si ella no lo forzaba.
Luego de que los tres se sentaran en el cálido sofá color turquesa de la sala, Kimberly le pidió a la mucama que les trajera el té, y mientras la criada no estaba, el alcalde volvió la mirada hacia su esposa y su hija y preguntó: "¿Qué ocurre?".
Kimberly miró a su hija y, abriendo los ojos de par en par, le hizo un gesto para que ella contara. Amanda siempre se sentía un poco nerviosa cuando hablaba con su padre, pero mordiéndose el labio inferior, dijo: "Papá, hubo un escándalo que me involucró a mí y Carson hace una semana". Al escucharla, su padre asintió con la cabeza, por lo que la muchacha prosiguió: "Los medios están exigiendo una fecha para nuestro compromiso, ya que él y yo llevamos juntos tres años, pero aún no nos hemos comprometido”.
“Sí, te comprendo, Amanda. ¿Así que estás pensando en una fiesta de compromiso?".
“Sí, pero Carson no parece estar tan interesado, pues siempre aplaza la fecha", respondió ella disgustada, y el alcalde también se molestó al ver cómo el sujeto trataba a su hija.
"Verás, todos tienen los ojos puestos en ellos dos, por lo que si siguen sin comprometerse, la gente comenzará a hablar mal de ellos", intervino Kimberly.
El alcalde se tomó un momento para pensar, y después de analizarlo un rato con el semblante serio, declaró: “Hoy mismo hablaré con él”.
El rostro de Amanda se iluminó y una sonrisa apareció en su rostro, Entonces, sacó el teléfono del bolsillo de su falda emocionada y le dijo a su padre: “Lo llamaré ahora”.
El alcalde asintió, así que su hija marcó el número sonriendo. Carson contestó la llamada después del tercer tono, lo cual no sorprendió a la chica, pues él solía ignorar sus llamadas. "Carson, mi papá quiere hablar contigo", dijo Amanda.
"¿Para qué?", contestó él con voz ronca, y además sonaba molesto, como si estuviera en medio de algo importante.
"Es sobre nosotros y es urgente. El resto ya te lo dirá él cara a cara”, contestó Amanda, mirando a su padre. Carson accedió con un suspiro y luego cortó la llamada.
"Viene para acá".
Treinta minutos más tarde, Carson estaba entrando en la residencia del alcalde. Amanda salió de la sala de estar hasta el pasillo para ver a su novio y no pudo evitar sonreír. Sin embargo, él tenía el ceño fruncido como era de costumbre, por lo que la chica no se molestó en preguntarle si estaba bien, sino que solo entrelazó su brazo alrededor del de él y lo condujo a la sala de estar donde sus padres estaban esperando. Carson siguió preguntándole sobre el motivo de su repentina venida entre resoplidos, pero su novia no le decía nada.
Al ver al alcalde ahí sentado hizo que Carson se llenara de una emoción entre el disgusto y la angustia, y no pudo evitar recordar el incidente con Elissa en el restaurante, por lo que su estado de ánimo empeoró aún más. No obstante, el alcalde pareció no notarlo y solo le pidió cortésmente que se sentara frente a él.
El hombre se sentó y Amanda le ofreció un té. "Entonces, ¿de qué quería hablar, señor Havels?", preguntó él de inmediato, pues no era su intención perder su tiempo en una habitación repleta de personas que no le agradaban.
Gabriel estaba sentado con la piernas cruzadas una sobre la otra y, con un semblante serio, afirmó: "Escuché sobre el escándalo entre ti y Amanda, y la noticia ya ha circulado por toda la ciudad, ¿estabas al tanto?". Enseguida, Carson le lanzó una mirada enfurecida a su novia, la cual simplemente agachó la mirada y se acomodó incómodamente en su silla.
"Sí, estoy al tanto, pero ya me estoy haciendo cargo de ello. Dentro de unos días más o menos, todos lo olvidarán”, aseguró rotundamente el joven, mas su actitud hizo que el alcalde frunciera el ceño, pues este miró a su hija y vio la preocupación y la tristeza grabadas en su rostro, y aunque no compartiera mucho con ella, seguía siendo su hija.
“La gente ya sabe que ustedes dos están juntos desde hace más de tres años, pero ahora están especulando si en verdad están comprometidos con otras personas o no. Mira, Carson, como alcalde de esta ciudad, tengo una reputación que cuidar. ¿Qué crees que pasa con eso cuando hay un escándalo sucediendo en mi propia casa? ¿Por qué no simplemente aceptas el compromiso?".
Carson estaba tratando de ser paciente, pero esto ya comenzaba a irritarlo, así que respondió: "Señor alcalde, todavía no estoy listo para eso. Tengo un negocio del que ocuparme y además, no debemos dejar que las opiniones de otras personas nos afecten”. Él estaba empecinado en retrasar el compromiso, pero eso solo hizo que Amanda se sintiera más ansiosa y preocupada.
Por eso, Kimberly intervino con una sonrisa falsa y dijo: “Pero Carson la gente le está diciendo cosas horribles a mi hija. Pero si aceptas el compromiso, esos rumores cesarán automáticamente. Ya sé que no te importa lo que piensen los demás, pero a nosotros sí, y debido a este escándalo, la posición de mi esposo como alcalde está en juego”. La mujer sabía que su yerno todavía estaba enamorado de Elissa, ¿pero eso qué importaba?
“¿Puedo saber el motivo de tu reticencia a casarte, Carson? ¿Acaso no amas a mi hija?", preguntó el alcalde arrugando el entrecejo.
'No'. Eso era lo que realmente quería decir y lo tenía en la punta de la lengua, pero prefirió guardárselo y, en lugar de eso y con la intención de retrasar la boda, solo dijo con tono impaciente: "Señor alcalde, ahora mismo no es el momento para eso”.
Sin embargo, la paciencia de ambos se estaba agotando, por lo que el alcalde contestó: “No quiero arriesgarme, pero el escándalo ya nos ha creado grandes problemas por todos lados. Por eso, si respetas a esta familia, por favor, acepta la ceremonia de compromiso.
Ahora Carson estaba en un gran problema, pues no quería comprometerse con Amanda por nada del mundo, pero el alcalde estaba empeñado en hacerlo decir que sí, y parecía como si no le quedaba más opción que obedecer.
“Ambas familias tenemos una reputación que defender, y estos rumores y acusaciones solo se harán más grandes y se convertirán en algo peor. La reputación de mi hija está en juego, así que te pido que aceptes, ya que será lo mejor para todos”, lo presionó el Alcalde.
Carson ya no tenía forma de negarse, pues el alcalde jamás lo escucharía. No lo escucharía en absoluto. Así, sin poder contenerse, sintió como su odio por Amanda crecía en ráfagas, pues solo ella pudo haber hecho algo tan estúpido como presionar a su padre para que se casaran.
Entonces, sintiendo la lengua más pesada que nunca, Carson miró a su futuro suegro y le dijo inexpresivamente: "Está bien, acepto el compromiso".
Al escuchar esa respuesta, los ojos de Amanda se abrieron enormemente y su rostro se llenó de alegría y emoción. Luego, sin poder contenerse, saltó del asiento chillando y preguntó: “¿En serio? ¿Estás de acuerdo con el compromiso?".
Kimberly abrazó a su hija y también a su yerno, al que le dijo: “Gracias, Carson, y felicitaciones”.
El alcalde estiró su mano hacia adelante para darle un apretón y, con una pequeña sonrisa, dijo: "Hiciste lo correcto". Sin embargo, el joven no respondió nada y se fue lo más rápido que pudo.
Como un toro enojado, encendió su auto y se marchó de la residencia. Ahora realmente iba a comprometerse con Amanda. Dios, ¿por qué aceptó el trato? “Porque el alcalde te estaba presionando”, le respondió su yo interno burlonamente.
Repentinamente, un pensamiento de Elissa vino a su mente y maldijo por lo bajo. ¿Por qué estaba pensando en ella ahora? Esa mujer ya había seguido adelante e incluso ahora tenía una hija e innumerables pretendientes a sus pies. Ella ya no lo amaba, y darse cuenta de eso solo lo hizo ponerse de peor humor, por lo que no halló nada mejor que acelerar incluso más.
Cuando él fue a pedirle su aprobación para firmar su compromiso, ella aceptó sin dudarlo, y eso lo enfureció increíblemente. De hecho, debería estar aliviado de que ella no estuviera todavía obsesionada con él, pero el dolor y los celos no parecían estar de acuerdo con sus pensamientos.