Capítulo 12
1595palabras
2023-01-12 14:24
Benjamin le dio el día libre a Elissa, y por una vez esta no se lo discutió, ya que aún no se veía preparada para verlo de nuevo y actuar con normalidad. En cuanto a su salud, en cambio, sí que se encontraba ya mucho mejor, y en su tiempo libre no dudaba en aliviar la carga de trabajo que se le había acumulado durante os últimos días. Recibió al rato una llamada de Benjamin, y la cogió con cierta reticencia. Le resultaba incómodo el mero hecho de saludarle, pero el hombre actuaba como si no hubiera pasado nada. “Me gustaría que me acompañaras un momento para ayudarme en algo. Es que... Bueno, necesito escoger algunas cosas que comprar para mi casa, y como no sé muy bien en qué fijarme a la hora de decidirme por uno u otro... Pues eso, he pensado en ti."
Elissa se tomó su tiempo para responder, pensando cuidadosamente qué hacer para no darle ninguna esperanza al respecto del último tema que trataron. “Ya me quedó claro el cariz de nuestra relación, Elissa, no te preocupes. Solo necesito tu ayuda para eso, nada más.", agregó Benjamin, así que Elissa suspiró y accedió a ir con él de compras por la tarde.
Pasadas unas horas cuando llegó al sitio en cuestión, se encontró con su jefe en medio de la multitud. De hecho, le costó identificarle, puesto que se había puesto un outfit bastante informal y se mimetizaba con el gentío a su alrededor. Se acercó hasta él y lo saludó con una sonrisa tensa. Benjamin bufó con ironía al notar la obvia tensión de la otra. “Se ve que aún sigues afectada por lo de ayer, ¿eh? Se te nota un poco nerviosa.", apuntó, con una tenue sonrisa. “Sé que dije que no perdería la esperanza contigo, pero reitero lo dicho antes por teléfono: hoy tan solo necesito la ayuda de mi secretaria, y es todo. ¿Puedo contar de nuevo con mi estimada colega, por favor?"
Elissa dejó escapar una pequeña risa. Aunque tenía razón en su razonamiento, a la mujer le resultaba imposible ignorar el hecho de que él, su jefe, estaba enamorado de ella. "Lo intentaré, señor.", respondió, y Benjamin sonrió. Procedieron pues a deambular por el centro comercial, echando un vistazo por las diferentes tiendas que allí se encontraban. “No, eso no va con el estilo que quiero... ¿Y qué tal esto?" Elissa le pidió al dependiente unos jarrones blancos y algún que otro accesorio decorativo.
"Veo que di en el clavo contigo para esta misión.", bromeó Benjamin, y Elissa le sonrió mientras le mostraba otros productos que captaban su atención. En vista de lo felices que iban comprando y charlando, daban toda la impronta de ser pareja... Y eso justamente fue lo que interpretó el malinterpretador de Carson al toparse con ellos. Waverly había ido allí en busca del sofá que Hera encargó en su momento, pero lo último que se imaginaba era que se iba a dar de bruces allí con su ex-mujer. Y lo pero de todo era que allí estaba ella, volviendo a las andadas con Benjamin. Sus ojos se entornaron al observar desde lejos las licencias de intimidad que se tomaban ambos en público, y maldijo la osadía de Elissa por no haber aprendido de sus errores pasados con él. Enojado y celoso, Carson se encaminó hacia ellos.
La sonrisa de Elissa se desvaneció al divisar a su furibundo ex-marido dando zancadas hacia ella. Al principio pensó que podría estar confundiéndolo con otra persona, pero no era el caso, cosa lo comprobó de primera mano cuando el susodicho les alcanzó y la increpó con lóbrega mirada de repugnancia: “No sabía que una persona podía caer tan bajo. ¿Cómo puedes ser tan golfa?" Los ojos de Elissa se abrieron con furia ante sus acusaciones, pero él continuó sin piedad, llevado por los celos. "¿Qué pasa, que ahora te lo vas a camelar a él también?"
"¡Cuidado con lo que dice!", le advirtió Elissa con rabia, pero Carson se rio. Benjamin estaba confundido por el extraño comportamiento de su amigo, y dada la forma en que ambos interactuaban, dedujo que tenían un turbio pasado en común. "¿Y quién es usted para llamarme golfa, Sr. Waverly?"
“Da igual quién sea yo, lo importante es que no tienes vergüenza, Elissa.", dijo entre dientes, y a la otra le hirvió la sangre fue lo oyó proferir un insulto que a quien mejor le sentaba era a él mismo.
Benjamin intervino para defender a Elissa, puesto que no le gustaba nada el tono de acusación de su rival. “Estás siendo demasiado grosero con ella, Carson. ¿Y en qué te basas para calificarla de algo tan ruin, hombre?" El hecho de que Raymond saliese en defensa de su ex-mujer lo enfureció aun más; detestaba que ambos intimasen.
“No es asunto tuyo.”, dijo Carson inexpresivamente. Benjamin se sorprendió por su inusitada actitud, y sintió una renovada curiosidad por saber qué pasaba entre ellos.
Elissa y Carson siguieron lanzándose pullas durante unos minutos, y cuando la mujer ya no pudo aguantar más la situación, salió corriendo de allí para irse de compras a otro sitio, sola. Benjamin se dispuso a seguirla, pero Carson lo detuvo. Ahora ambos tendrían una conversación real, de hombre a hombre. "¿Te gusta?", le preguntó Waverly, yendo al grano, y sintió un escozor amargo al articular ese par de palabras.
El otro hombre adoptó una mirada seria poco característica y asintió. Así es, y es mi intención seguirla cortejando hasta que se decida a corresponderme." La sangre de Carson hirvió al escucharle, a él y a su desfachatez. Le crujió la mandíbula mientras penetraba a Benjamin con la mirada, y la cosa comenzó a tensarse cada vez más. Benjamin supuso entonces que Carson también estaba enamorado de Elissa, y cuanto más rememoraba de las interacción pasadas entre ambos, más corroboraba su deducción. Así pues, se unió brevemente al equipo de malinterpretadores junto a Carson y elucubró que la vez anterior, cuando de pronto aparecieron él y Amanda en el restaurante, lo hicieron con la intención de arruinarles la cena, porque se pensaron que era una cita. Benjamín se puso furioso ante esta idea.
“Pero si no siquiera conoces nada de ella a nivel personal... No pintas nada con Elissa, ddeberías rendirte y asumir que nunca estará contigo.", lo instó Carson con tono amenazante, pero Benjamin no había llegado adonde estaba en su vida siendo alguien que se amilanase con facilidad ante situaciones adversas.
"¿Por qué? ¿Para que puedas tú salirte con la tuya? No me lo puedo creer, Carson... Es que no quiero creérmelo. Lo hiciste adrede, ¿verdad? Arruinaste nuestra cena la última vez en aquel restaurante, y ahora has venido aquí para intentar que no pasemos tiempo juntos."
“¿Y qué pasa por que no quiera que estéis juntos? Ni que fueras su novio.", se burló Carson.
"Pronto lo seré." La seguridad con la que le respondió Raymond lo alteró especialmente, pero su enfado iba cada vez a más. "Y ya no quiero que te vuelvas a acercar a ella. Si le haces daño, o si le perjudicas de cualquier manera, olvídate de ser mi amigo, porque te trataré como al peor de mis enemigos."
Las fosas nasales de Carson se ensancharon ante la posesividad de Benjamin. "¿Sabes siquiera que tiene un hijo y un esposo?", le espetó. Carson lo dijo con la intención de que Benjamin reculara en su propósito de pretenderla, pero la expresión de su rostro demostraba que sus convicciones seguían firmes.
"No me importa", afirmó Benjamin, y Carson lo observó con el ceño fruncido. “Me da igual que tenga un hijo; yo estoy interesado en ella como persona, y eso no va a cambiar, pase lo que pase.” Enfurecido, Carson explotó y lo agarró del cuello, listo para derribarlo y empezar una pelea, pero se dio cuenta de que aquel no era lugar más idóneo para ello, dado que los transeúntes ya habían empezado a curiosear y cotillear en voz baja. Carson respiró hondo para controlar su ira y, tras apartar bruscamente la mano del gaznate de Benjamin, le lanzó una última mirada de odio y se fue hacia donde había dejado el coche para marcharse. Benjamin se quedó allí un rato, pellizcándose el puente de la nariz mientras reflexionó sobre lo que había dicho Carson. ¿Elissa tuvo un hijo? ¿Sería cierto aquello?
El hombre distinguió entonces a Elissa acercándose a él entre la muchedumbre. Aunque le había dicho al otro que no le importaba que tuviera un hijo, la verdad es que le preocupaba en cuanto a qué opinaría su de ella su familia. "¿Nos vamos?", le preguntó ella al llegar hasta el. Su ira parecía haberse esfumado, pero aun así miró a izquierda y derecha en busca de Carson.
“Ya se ha ido.”, aclaró Benjamin.
“Siento mucho que hayas tenido que pasar por esto...”, dijo ella, pero Benjamin sonrió y le aseguró que todo estaba bien. Luego de dejarla en su piso, el empresario se volvió a su propia vivienda, y durante todo el trayecto estuvo dándole vueltas a lo que había dicho Waverly. ¿Y quién sería el padre de ese supuesto niño? Cada vez le asaltaban más preguntas, y el problema es que no solo no disponía de la suficiente información como para hallar las respuestas, sino que encima no podía preguntárselas a Elissa, so pena de ahuyentarla de su lado definitivamente. Así pues, suspiró y decidió dejar a un lado esos pensamientos como pudo. No quería devanarse los sesos más en si todo aquella era verdad o no.