Capítulo 3
1773palabras
2023-01-09 12:31
En el hospital...
La Dra. Skyler estaba sorprendida y feliz de ver a Elissa llegar acompañada de familia, pero en el momento en que notó sus ojos rojos sin vida, se le fue el regocijo de sopetón. Se sorprendió entonces al oír su petición de abortar, pero tampoco se atrevió a preguntar nada. "Cuanto antes, mejor.", apostilló Hera.
Skyler frunció el ceño ante la indiferencia con la que trataban todos aquel tema. “De acuerdo... Me encargaré de la operación, pero voy a necesitar que salgan de la sala, a excepción de la propia madre, claro."
Una vez que todos se fueron, ahora sí que la doctora se acercó a Elissa para inquirirle: "¿Qué ha pasado, Elissa?" Podía ver claramente que Elissa estaba tratando de controlar sus lágrimas, cabizbaja. "Puedes contármelo, cariño. Si te están obligando o algo por el estilo, te pido por favor que me lo digas.”
Elissa le agarró entonces la mano con fuerza y le contó brevemente lo sucedido. “Quiero quedarme con el bebé. Por favor, doctora... Tiene que ayudarme.” A la susodicha se le compungió el corazón en un puño al enterarse de la situación. “No quiero abortar..., por favor.", le rogó Elissa.
No era por simple compasión que Skyler sufría al ver a la mujer pasar por aquella situación, sino que era debido a que antaño hubo gente en su entorno que se vio en circunstancias similares. Más concretamente, recordaba el caso de su hermana pequeña.
"No te preocupes, te ayudaré."
...
Elissa se quedó acostada con las manos entrelazadas sobre el vientre, mirando fijamente las luces del techo en el quirófano. Pese a estar allí aún, la Dra. Skyler le dijo que la iba a ayudar para quedarse con el bebé, y Elissa confiaba en ella ciegamente, pues no lo quedaba otra.
Sus ojos vagaron hacia la puerta, esperando señales de la doctora.
Mientras tanto, la médico estaba informando a Hera y a los demás de que no les estaba permitido quedarse fuera frente al quirófano. “Son las reglas de nuestro hospital.”, dijo para aplacar las sospechas de la suegra. "Les ruego que aguarden en la sala de espera." Hera hizo una mueca, pero accedió a la petición. Instó a su hijo a que la siguiese, pero este no quería irse. Sin embargo, tras un echar un último vistazo a la puerta de la sala, se fue a la planta baja en dirección a la sala de espera.
Una vez que entró la Dra. Skyler, el pecho de Elissa se holgó de alivio. Trató de incorporarse para sentarse, sin dejar de sostenerse el vientre con la mano protectoramente. "Doctora...", la llamó con ojos llorosos.
“No te preocupes, Elissa; he prometido ayudarte y así lo haré." Después de asegurarle que no le pasaría nada ni a ella ni al bebé, le pidió a las dos enfermeras subalternas que se fueran y buscasen a otras dos más experimentadas para que estuvieran pendientes. Una vez las dos chicas salieron, les contó su plan. "¿Todo claro?", preguntó después de detallar lo que tenía en mente hacer.
Carson le ofreció cinco millones de dólares. Ella todavía tenía el cheque en la mano, arrugado dentro de su puño; pero no podía aceptarlo.
“Sí.”, dijo ella, y la Dra. Skyler le dedicó una pequeña sonrisa. Tenía que hacerlo, por ella y el bebé. Elissa tomó la mano de la Dra. Skyler y le colocó el cheque en su palma abierta. "Por favor, devuélveselo." La doctora escudriñó con reparo la tremenda cantidad que figuraba escrita en el papel y, tras un suspiró hondo, comprendió lo que tendría que estar pasando por la cabeza de Elissa.
“Isla, lleva a Elissa a la puerta trasera y espérame allí sin que te vea nadie.", le instruyó a una de las dos enfermeras veteranas que había llamado, la cual asintió ante la orden. “Janice y yo nos quedaremos aquí para llevar a cabo la otra parte del plan."
No les quedaba ya mucho tiempo, tuvieron que darse prisa, así que Isla agarró a Elissa de la mano y salieron disparadas por la puerta. Una vez que confirmó la ausencia de moros en la costa, la enfermera llevó a la mujer escaleras abajo, al tiempo que le aconsejaba que se pusiera una máscara por precaución. "No te preocupes.", la tranquilizó con un ligero apretón en la mano, al cual Elissa tan solo cabeceó afirmativamente.
La puerta trasera se encontraba en la esquina más a la izquierda del almacén. Elissa e Isla comenzaron a dirigirse discretamente hacia aquella zona, pero otra enfermera les preguntó al verlas: “¿Adónde la llevas?”
Elissa entró en pánico, agarrándose fuerte de la mano de la otra mujer. "Vamos al baño, que tenía una urgencia.", mintió Isla. La enfermera la miró con escepticismo por la forma en que Elissa estaba entrando en pánico, pero afortunadamente se alejó sin insistir de nuevo, y ambas anduvieron dando aceleradas zancadas hacia la salida trasera.
No había nadie por las inmediaciones, por lo que se dieron prisa antes de que apareciese algún trabajador curioso. Isla logró sacar a Elissa por la puerta trasera, para luego encaminarse hacia donde estaba estacionado el coche de la Dra. Skyler. Esta le había confiado las llaves con antelación, para que la enfermera llevase a la otra chica al habitáculo del vehículo y la acomodase con cuidado, a resguardo de ojos curiosos.
“Quédese aquí hasta que la doctora venga a buscarla. Yo me tengo que volver cuanto antes.”, afirmó Isla. Acto seguido, salió zumbando hacia atrás hasta perderse por el interior tras la puerta trasera, y Elissa se quedó allí esperando la llegada de Skyler.
Mientras, la Dra. Skyler descendía las escaleras para encargarse de Hera y compañía. De camino a la sala de espera, notó que Isla venía desde el otro lado, y tras preguntarle a través de gestos por el éxito de su operación, se sintió aliviada al descubrir que Elissa ya la aguardaba a salvo en su coche. Ahora tenía que despachar rápido a la familia e irse lo antes posible.
Al llegar a la sala de espera, solo vio a Hera y la otra acompañante sentadas en las sillas metálicas, pero se les acercó de todos modos para darles la noticia: "La operación ha sido un éxito." Hera y Amanda una sonrisa de satisfacción.
"¿Y dónde esta ella?", preguntó Hera con tono desabrido, escrutando por encima de la doctora a ver si divisaba a su odiada Elissa.
Skyler se enderezó sus gafas de montura redonda, y a continuación contestó: “Desafortunadamente, la señorita Elissa se fue inmediatamente después de la intervención sin decir nada al respecto; únicamente me pidió que les diera esto.", indicó, mientras le dejaba el cheque a Hera para luego salir de la habitación.
Hera entrecerró los ojos para examinar de cerca el cheque que tenía en la mano. Enfadada, arrugó el papel y lo arrojó a un lado. "¡La niñata ahora va y se larga, encima!"
Amanda aprovechó aquello como una oportunidad para acabar con la existencia de Elissa en la familia Waverly de una vez por todas. “No te sulfures tanto, suegra.", la tranquilizó. "Deberíamos pensar en positivo de ahora en adelante."
Hera le arqueó una ceja. "¿Qué quieres decir?"
“Pues que deberíamos estar contentas de que se haya ido por su cuenta sin el dinero. Así podemos decirle a Carson que se ha escapado con él, en vez de habérnoslo dejado."
La mujer tardó un rato mientras cavilaba al respecto, hasta que concluyó en que su nuera estaba en lo cierto. De todas formas ya tenía la intención de prácticamente desterrarla de la ciudad, pero ahora incluso lo había hecho por cuenta propia, sin necesidad de forzarla a ello. "Tienes razón, hija. Cuando sepa lo agarrada y desalmada que es esa mujer, automáticamente se olvidará de ella para los restos.”, se burló maquinadoramente. Luego le colocó la mano sobre el hombro con suavidad, sonriente. "Amanda, de ahora en adelante seremos nuera y suegra oficialmente, al fin."
La joven estaba eufórica. Ahora que se había granjeado el favor de Hera, no tardaría mucho en seducir a Carson y casarse con él.
En ese momento, Hera recibió una llamada de Carson al móvil, así que lo cogió al momento. "¿Cómo va? ¿Ha salido bien la operación o no?", inquirió él.
Hera miró a Amanda, y después de que ella asintiera, respondió con la contestación que habían ensayado. “Sí, hijo, todo ha ido bien y sin sorpresa, solo que la madre al final ha salido por patas después de la intervención."
"¿Cómo?"
“Es lo que nos ha dicho la doctora, que salía huyendo nada más terminar con el dinero. Menuda interesada, Carson, de verdad; qué poca decencia hasta el último segundo."
...
"¡Elissa!" La Dra. Skyler llegó apresuradamente hasta el coche, donde Elissa la estaba esperando. El alivio inundó instantáneamente a la mujer cuando vio a la otra, quien entró rápido al asiento del conductor y cerró la puerta tras de sí. Girando el cuello hacia atrás para mirarla, preguntó: "¿Estás bien?" Elisa asintió con la cabeza.
"¿Qué han dicho?", inquirió, consternada.
La Dra. Skyler suspiró con tristeza y le explicó: “No te preocupes, todo ha ido sobre ruedas. No han preguntado siquiera adónde ni por qué te fuiste, y también le di el cheque."
"¿No estaba Carson?" Mentar su nombre aún le sacudía las entrañas por dentro. Lo había amado desde siempre, y era difícil que aquello dejase de ser una realidad de la noche a la mañana, por más que la hubiera traicionado.
La Dra. Skyler frunció el ceño y pensó qué respuesta debería darle. Mentir no la haría sentir mejor, así que fue honesta y le hizo saber de su ausencia en la sala de espera. Elissa se sintió decepcionada, ya ni siquiera sabía qué pensar de él, porque aquello indicaba que su indiferencia no era una mera actuación para hacerla sentir culpable a ella, sino que también se comportaba así a sus espaldas.
“Te llevaré a tu casa.”, le ofreció la Dra. Skyler con ternura, acercándose para apretarle la mano y apoyarla.
Elissa bajó la cabeza y se miró su propio regazo. “No tengo adonde ir." Se sintió avergonzada por admitir aquello, pero era la realidad..
“Vamos a mi piso entonces.”, sugirió Skyler sin titubear. Cuando Elissa levantó la vista, se encontró con una sonrisa digna de la mayor de las confianzas, acogedora.
“No sé cómo agradecérselo, doctora... Le debo tanto...”, sollozó Elissa.
“Llámame Skyler, Elissa; mejor será que nos tuteemos. Y no te preocupes, ya hablaremos de todo una vez lleguemos a casa." A sus ojos, la doctora se asemejaba a un ángel que la había venido a salvar de la peor de las apocalipsis.