Capítulo 76
1016palabras
2023-02-02 00:01
Sentí un cálido abrazo. Luego, escuché que Tony preguntaba malhumorado: "¿Qué estás haciendo, Amelie?"
Tardé un buen rato en sobreponerme. Intenté ponerme de pie, pero Tony aprovechó la oportunidad para estrecharme contra él, abrazándome por la cintura.
Su actitud autoritaria me sorprendió. Sin embargo, yo no podía ignorar las palabras que Amelie acaba de pronunciar.

"¿Sabes lo que ella estaba haciendo hace un momento, Tony?", gritó Amelie con la intención de hacerse oír con claridad para dejarme en ridículo. "¡Estaba tratando de seducir a mi pareja delante de todo el mundo!"
Había vuelto a suceder: ¡Amelie buscaba calumniarme! Hayden, de pie junto a ella, bajó la mirada sin musitar palabra. Su actitud en ese momento no era propia de él.
Se había comportado con desfachatez al invitarme a bailar cuando él tenía una pareja. No resultaba sorprendente que Amelie estuviera enfadada.
Sin embargo, Amelie no me simpatizaba y no estaba dispuesta a permitir que me calumniara.
"No, no es así", expliqué con serenidad al tiempo que miraba fijamente a Amelie a los ojos. "Fue Hayden quien me invitó a bailar. Quería que bailáramos e incluso me dijo que luzco encantadora esta noche".
Observé que Amelie se quedaba atónita durante unos instantes. De repente, su rostro se sonrojó y sus labios temblaron violentamente, como si estuviera haciendo un gran esfuerzo por reprimir su ira.

"¿Es eso cierto, Hayden?", preguntó Tony con frialdad.
Me quedé desconcertada por unos instantes. Era palpable el disgusto que mi declaración le había causado a Tony.
En ese momento me di cuenta de que las personas que bailaban a nuestro alrededor habían dejado de hacerlo y ahora estaban observándonos. Sin duda habían visto lo que acababa de suceder entre Hayden y yo. Si él hubiese decidido mentir, seguramente Tony lo habría desenmascarado.
Mientras cavilaba al respecto, le lancé una mirada a Hayden y capté un destello de pánico en sus ojos.

"Sí, supervisor", repuso temblando. "Invité a Meita a bailar conmigo, pero no quiso hacerlo".
"¡Hayden!", exclamó Amelia. "¿Estás loco? ¿De veras la invitaste a bailar? ¿Acaso ya no te importo?", le preguntó. Estaba perdiendo los nervios, presa de los celos.
Había volcado su furia en Hayden, que le lanzó a Tony una mirada incómoda antes de llevarse a Amelie de allí a la fuerza.
De esa manera el fiasco llegó a su fin. Abracé a Tony y solté disimuladamente un suspiro de alivio. Afortunadamente, Tony llegó justo a tiempo para evitar que aquella noche me convirtiera en el hazmerreír de todos los presentes.
"¿Te sentiste nerviosa?", me susurró Tony al oído.
"A decir verdad, un poco", reconocí.
Tony me abrazó y nos alejamos. "Lo siento mucho; tenía la intención de venir a verte de inmediato, pero en el camino me crucé con muchos conocidos y me detuve a conversar", explicó.
"No tiene importancia", repliqué al tiempo que me volvía para mirarlo. "Antes de que vinieras, muchos hombres me invitaron a bailar con ellos. Fue algo muy halagador".
Esperaba que mis palabras hicieran que se emocionara, pero, para mi sorpresa, su semblante se entristeció. Por fortuna, pronto se olvidó del asunto y cambió de tema. Rodeó mi cintura con sus brazos y empezamos a bailar.
Me guiaba mientras bailábamos lentamente; poco a poco dejó de sentirse triste.
Me dejé llevar por la música mientras seguía sus pasos en medio de todas aquellas parejas que bailaban.
Al cesar la música escuché aplausos atronadores. Abrazada a Tony, jadeaba ligeramente. De repente, sentí que alguien me observaba.
Al mirar a la derecha, mi mirada se cruzó con la de Amelie, cuyos ojos brillaban de celos e ira.
Estaba de pie junto a Hayden y su delicado rostro estaba contorsionado por la ira. Al recordar lo que había dicho en el baño, comprendí de inmediato el motivo de su furia.
Quería ridiculizarme y convertirse en el centro de todas las miradas, pero sus planes se habían frustrado.
Mientras que nadie se fijaba en ella, yo sí recibía atención, así que podría explotar en cualquier momento.
Me complacía haber logrado cobrar venganza. Observé su rostro enfadado y distorsionado y sonreí victoriosa.
Mi sonrisa hizo que la frustración se hiciera más patente en su rostro. Sin embargo, logró contenerse y, en vez de insultarme delante de todos los asistentes, se limitó a lanzarme una mirada hostil. Luego, tomó a Hayden de la mano y se marchó.
Aparté la mirada y entré en el salón con Tony, que parecía estar de buen humor después de bailar. Nos sentamos en el sofá a descansar.
"¡Sabes bailar bien!", me elogió mientras sostenía una copa de champán. "Pensé que tendrías dificultades para ejecutar los pasos de baile, pero vi con sorpresa que te movías con mucha gracia", declaró.
"Gracias", contesté mientras bebía un sorbo de champán.
"¿Escuchaste los aplausos hace un momento, después de que terminamos de bailar? Diría que el 80% de ellos eran una muestra de admiración hacia ti", me elogió.
"Me temo que estás exagerando", repliqué. Aquella declaración me había levantado el ánimo. "Tú también eres un gran bailarín. Me di cuenta de que algunas chicas tenían los ojos clavados en ti. Seguramente te consideran irresistible".
"Pero te pertenezco por entero", señaló en voz baja mientras me lanzaba una mirada ardiente.
Bajé la cabeza y sonreí tímidamente. Comprendí muy bien el significado de tales palabras.
"Te ves magnífica. En cuanto te vi quise preguntarte algo", comentó al tiempo que se aproximaba a mí. Sus labios casi tocaban mis orejas. "¿Te arreglaste con esmero especialmente para mí?"
"Bueno, no", repuse. De repente lamió el lóbulo de mi oreja. "Fue Astepon quien eligió mi vestido y se encargó de que un estilista me arreglara el cabello. Pero en todo caso me complace que mi aspecto te parezca agradable", expliqué; la voz me temblaba de manera incontrolable.
Pensaba que Tony se mostraría complacido, pero, en vez de ello, dejó de besarme el lóbulo de la oreja.
Ahora su rostro tenía una expresión glacial; era obvio que estaba enfadado.
Ignoraba cuál era el motivo de su disgusto, pues no creía haber dicho nada inconveniente.
"De manera que estuviste con Astepon anoche", observó con frialdad.