Capítulo 58
613palabras
2023-01-15 00:01
En ese momento sentí que mi cuerpo ardía, como si hubiese caído en un hoyo flameante. También sentía una ardiente sed.
Me relamí los labios secos e intenté apartarlo, pero la fuerza con la que la cálida palma de su mano sujetó la mía acabó por vencer mi resistencia.
"¿Puedo besarte?", me preguntó con una voz que despertó mi deseo.

Estaba atónita. En aquel momento no estaba segura de si hablaba en serio o solo fingía.
Aunque mi mente lo rechazaba, mi corazón parecía decirme: "¡No tengas miedo, acéptalo!"
Tragué saliva nerviosamente. Observé sus labios, que distaban solo unos cuantos centímetros de los míos, y cerré los ojos presa del dolor. "No, no puedes acceder a sus pretensiones", me decía a mí misma.
Tuve que hacer acopio de toda mi fortaleza para decir aquellas palabras. Si hablara en serio sin duda cedería.
Soltó una risa seductora mientras acariciaba mi mejilla con la otra mano. "¿Estás segura de que quieres rechazarme?", inquirió.
Aquello no estaba bien. Así no habían sucedido las cosas. Tony no había musitado palabra cuando lo aparté.

Tenía una vaga sensación de que algo andaba mal, pero no acertaba a decir qué era lo que no calzaba.
Sentí que la tensión se apoderaba de mi cuerpo. Contuve la respiración y percibí el calor de sus dedos en mi mejilla. Sentía el corazón débil y entumecido.
Justo en el momento en que los nervios comenzaban a dificultarme la respiración, me soltó y adoptó de nuevo un aire indiferente.
"Te diré cuál es tu mayor debilidad", señaló.

Su expresión cambió tan bruscamente que no tuve tiempo de reaccionar.
"El nerviosismo se apodera de ti con demasiada facilidad", comentó. "Ten presente que un beso es una sensación maravillosa y una manera de expresar nuestras emociones. Pero debes relajar tu cuerpo para conseguir disfrutarlo, en vez de resistirte obstinadamente", explicó.
"Pero…quiero hacer caso a mi propio corazón", repuse con timidez.
"Así que quieres fortalecer tu relación con Tony", señaló.
Debía admitir que no estaba segura al respecto. No podía negar que Tony era un hombre dotado de excelentes cualidades, pues era guapo, poseía un gran sentido del humor, trabajaba arduamente y, lo más importante, se sentía atraído hacia mí. Además, me agradaba su compañía. Pero, paradójicamente, cuando teníamos un contacto íntimo, me sentía incómoda, como si no tuviese el menor interés romántico en él.
Vacilé por un momento antes de responder y luego asentí con la cabeza. "Es un hombre excelente", repuse.
"Pero no estás segura de querer sostener una relación romántica con él, ¿verdad?", insistió.
Su instinto había sido increíblemente acertado, como siempre. Le bastaba con echarme un vistazo para saber cuáles eran las angustias que me aquejaban.
Asentí con la cabeza y repuse con sinceridad: "Tienes razón".
"Simplemente no te niegues a besarlo la próxima vez que trate de hacerlo", me recomendó.
A pesar de aquellas palabras seguía sintiéndome confusa.
Por primera vez pensé que su apreciación no había sido muy acertada. Abandoné su casa sintiéndome todavía bastante confusa. No me era posible decir con certeza cuáles eran las verdaderas emociones que Tony despertaba en mí, mientras que mis sentimientos hacia Astepon eran aún más enmarañados.
En cuanto llegué a casa me tendí en la cama. De repente mi celular sonó. Al consultarlo vi con sorpresa que se trataba de un mensaje de Beauty Image Management.
"Te recordamos amablemente que podrás disfrutar de nuestro curso durante 15 días más. Si no renuevas el contrato una vez transcurrido dicho plazo, se dará por terminado"
Miré aquel mensaje de texto con aire distraído. El tiempo pasaba como un suspiro. Solo faltaba medio mes para que el vínculo entre Astepon y yo llegara a su fin.