Capítulo 49
1210palabras
2023-01-06 15:00
Al día siguiente, me desperté media hora antes de lo habitual y después de correr por la mañana, volví a casa y me esmeré mucho preparando dos deliciosos y nutritivos emparedados para el desayuno.
Mi idea era muy sencilla, quería que Tony desayunara conmigo porque había decidido aceptarlo. Por ello debería aprender a acercarme a él y a buscar más oportunidades para pasar tiempo en su compañía.
Poco después de llegar a la oficina, Tony me envió un mensaje de texto excusándose porque no podía desayunar conmigo, ya que debía ir a solucionar unos asuntos relacionados con el montaje de una obra en un pequeño teatro. Dijo que lo sentía mucho y que más tarde me compensaría por ello.

Me sentí un poco arrepentida pero no decepcionada.
Llevé el desayuno que le había preparado a la heladera, pero al llegar a la despensa, me tropecé con una mujer de cabello largo que venía hacia mí.
"¡Aah!", gritó ella.
Me tambaleé un poco y apreté la caja contra mi pecho. Cuando me incorporé me di cuenta de que la mujer con expresión de molestia que tenía en frente trabajaba en el departamento de proyectos, y siempre me seguía sigilosamente cuando iba a llevarle café a Hayden.
"Lo siento", me disculpé porque después de todo, fui yo quien tropezó con ella.
Ella me miró enfadada y luego bajó la vista para arreglarse la ropa. Tras una brusca pausa me dijo como si hubiese recordado algo: "Tú".

De repente me miró con los ojos desorbitados y añadió: "¿Acaso tú no eres la que trabaja en el equipo de editores?"
La miré un instante y después asentí cortésmente. En lugar de responder a su pregunta, caminé directamente hacia el refrigerador y coloqué la caja con el desayuno adentro.
Cuando volteé para irme, escuché que ella dijo en voz baja pero de manera exagerada: "¡No es posible! ¿Cómo pudo cambiar tanto en tan poco tiempo?"
Fruncí el ceño vacilante y me pregunté si esa mujer se había sorprendido al verme porque yo había cambiado mucho mi apariencia.

Mientras caminaba hacia mi escritorio, volteé a ver cómo me veía en las paredes de vidrio que había a ambos lados del pasillo.
Mi figura seguía siendo rellenita, pero ahora lucía mucho más proporcionada, en comparación con mi apariencia anterior. La cara aún era redonda aunque ya no tenía papada. Sin embargo, lo más asombroso era la tez de la cara, pues ya casi no había rastro de acné y las pocas marcas que quedaban estaban perfectamente disimuladas con ayuda de una base líquida.
Asimismo, había cambiado muchísimo mi manera de vestir. Antes solía usar camisas sueltas y baratas y cuando bajaba la temperatura, compraba dos blusas de algodón acolchado extra grandes para abrigarme del frío. Ese atuendo me hacía parecer una mujer de 40 años y rara vez me lo cambiaba.
En ese momento, llevaba puesta una gabardina negra con un traje informal que tenía un precio razonable y un corte único, el cual se había convertido en el más popular de ese año porque creaba un efecto tridimensional en la prenda que disimulaba muy bien las partes menos favorecidas de mi cuerpo, pero resaltaba mi apariencia.
Esos consejos los había leído en revistas de moda y los estaba aplicando ahora al momento de seleccionar mi ropa.
Astepon tenía razón, ¡todo el esfuerzo que hagas nunca será en vano!
Me dirigí a la oficina con una nueva visión de la vida, y justo cuando iba saliendo del ascensor me encontré con Amelie, quien se quedó atónita al verme. Levantó la cabeza engreída y resopló, es decir, me golpeó con fuerza por el hombro al pasar por mi lado y susurró: "¡No te vuelvas arrogante tan rápido, p*rr*!"
Parecía que todavía estaba celosa por lo que había pasado el día anterior, pero ¿qué iba a cambiar con esa actitud? Así como tenía tiempo para enfrentarse a mí en la empresa, también debería dedicarse más a prepararse mejor para realizar su trabajo.
Pero estaba segura de que no escucharía mi recomendación y sólo se enfadaría más si se lo dijera.
Pensando en ello, sencillamente decidí ignorar su comportamiento.
Astepon me había dicho en una oportunidad que a veces la indiferencia le hace más daño al enemigo.
No sabía si mi indiferencia hacia Amelie la hería o no, pero yo podía trabajar toda la mañana sin tener nada que ver con ella, y eso me hacía sentir muy bien.
De repente a las 2 pm., el editor en jefe Richard me informó que debía ir a la sala de conferencias de inmediato porque había una reunión. Me sorprendí por la premura, ya que no estaba preparada en lo absoluto para eso.
Llegué a la sala de conferencias dubitativa, ¡pero para mi sorpresa, me encontré con alguien ahí!
 ¡No podía creer que Hayden estaba ahí, y para colmo de males, se encontraba justo al lado de Tony mirándome como un ave de rapiña!"
Entré en pánico por un instante pero rápidamente me obligué a traquilizarme.
"¡No tengas miedo Meita, él le prometió a Astepon que nunca más te lastimaría!", me dije mientras caminaba hacia ellos.
"Lo siento mucho Meita, pero ha sido un día ajetreado. Espero que esta llamada repentina a una reunión no te haya incomodado", me dijo Tony suavemente.
Miré a Tony y parecía que estaba un poco cansado porque quizá se había acostado tarde la noche anterior, y había tenido una mañana muy complicada.
Sabía que todos los integrantes del equipo estaban muy ocupados, especialmente Tony, porque él era el jefe y debía encargarse de casi todo lo relacionado con el proyecto.
Me senté enfrente de los dos y luego le dije a Tony: "Está bien, no hay problema, pero esta reunión es un poco repentina".
Tony me sonrió con dulzura y dijo: "Como sabes, tu libreto de "Love in New York" es un proyecto importante para la compañía, pero los otros que estoy dirigiendo están llegando a un punto crítico en este momento, y quizá no pueda ayudarte por un tiempo. Por tal motivo escogí a una persona del departamento para que te preste apoyo".
Acto seguido, volteó y miró a Hayden y afirmó: "Te presento al Sr. Young. Aunque él no tiene mucho tiempo en el departamento, está muy bien preparado. Por ello, si tienes algún problema con el proyecto en el futuro y necesitas negociar con los inversionistas, por favor no dudes en pedirle ayuda".
Quise decir que no deseaba relacionarme con Hayden, más allá de lo estrictamente necesario, pero lo que Tony dijo después me dejó atónita.
"Para ser honesto, no quería pedirle que te ayudara", dijo Tony inclinándose y luego me susurró: "Porque él es un hombre muy sexy".
Estaba perpleja y Tony retrocedió con expresión aún más seria en el rostro y dijo: "Pero me dijo que quería ayudarte porque durante su pasantía, tú habías sido muy amable con él y habías sido de mucha ayuda. Por ello quiere hacer algo por ti para compensarte".
Miré a Hayden conmocionada porque no creía una sola m*ld*t* palabra de lo que aparentemente había dicho. Para mí, ¡él se traía algo entre manos!
Pero ¿por qué querría hacer tal cosa? ¿Acaso no pensaba dejarme en paz? ¿Iría a usar esta oportunidad para vengarse de mí?