Capítulo 27
1458palabras
2022-12-13 09:47
Realmente, estaba demasiado triste, aunque no entendía bien por qué. Quizás se debía a que era la primera vez que lo veía tan cerca de una mujer, por lo que no podía evitar sentirme un poco desbordada por la situación.
Pero... ¿Por qué Astepon tuvo que besar a esa mujer? ¿Por qué?
Aunque, en cierto punto también era consiente de que estaba cometiendo un grave error, daba la sensación como si él hubiera despertado en mí un gran instinto de posesividad. De hecho, deseaba con el alma que él fuera solo mío, y no soportaba verlo intimar con alguien más.
Sin embargo, dentro mío también podía reconocer que Astepon no me pertenecía. En verdad, había sido amable conmigo en señal de gratitud por haber pagado sus sesiones de cambio de imagen, incluso su atención hacia mí se debía a su excelente ética de trabajo, por lo que estaba segura de que sus actitudes no tenían nada que ver con cualquier tipo de sentimiento que pudiera llegar a tener conmigo. Tan solo era una vecina que recién acababa de conocer.
Definitivamente, Astepon era un hombre encantador que siempre estaba rodeado de hermosas mujeres que hubieran dado lo que fuera por acostarse con él.
Inevitablemente, aquella cruel verdad me entristecía aún más. Todavía, no podía comprender qué me estaba pasando, y no tenía otra opción más que a olvidar lo que acababa de ver, hundir mi rostro en el agua, y continuar nadando.
Probablemente, mi pérdida de emoción estaba empezado a afectar mi desempeño, porque apenas hundí la cabeza en el agua comencé a ahogarme. No obstante, nadie a mi alrededor pareció darse cuenta de lo que me estaba sucediendo.
Luego de luchar desesperadamente por ponerme de pie en el agua, de pronto me di cuenta de que mi interés por nadar había desaparecido repentinamente. A continuación, salí de la piscina sintiéndome absolutamente molesta, y corrí hacia el baño.
Sin dudas, necesitaba un espacio tranquilo donde pudiera calmarme, y permanecer en silencio por un tiempo, para tratar de borrar de mi mente la imagen de a Astepon besando a otra mujer.
Entonces, me apresuré hacia baño, me senté en el inodoro, y cerré mis ojos, para tratar de entender todo lo que estaba pasando.
Pero... ¡Maldita sea! ¿Por qué estaba pensando de nuevo en esa mujer?
En efecto, no podía dejar de sentirme triste al pensar lo realmente sexy que lucía, por lo que comprendí al instante por qué Astepon estaba tan enamorado de ella. Teniendo en cuenta que su espalda lucía irresistiblemente atractiva, su cara debería ser aún mejor.
En lo que respecta a mí, lamentablemente no era nadie, tan solo un asqueroso pedazo de mie***. ¡Todo el mundo me odiaba! ¿Cómo alguien tan miserable como yo podía llegar a imaginar que Astepon iba a estar siempre a mi lado, dispuesto a ayudarme cuando lo necesitara? ¡Incluso hasta tenía fantasías sexuales con él!
Mientras intentaba sacar de mi cabeza aquel extraño pensamiento, inesperadamente la puerta del cubículo contiguo se abrió con fuerza, y un cuerpo chocó contra la partición.
De repente, escuché una voz.
—¡Oh! ¡Eso se siente tan bien! —Parecía la voz de una mujer, intercalada con el sonido de un hombre jadeando.
—¡Oh! ¡No te detengas, es maravilloso! —La mujer continuó haciendo ruidos obscenos.
Rápidamente, las cosas comenzaron a ponerse intensas, y a continuación la mujer dejó escapar un gemido estremecedor, seguido por el sonido de ambos cuerpos chocando el uno con el otro.
¡Su movimiento era tan profundo que incluso hasta podía sentir cómo temblaba la partición!
Entretanto, los jadeos y gemidos no cesaban ni siquiera por un instante. Estaba tan avergonzada, era la primera vez en la vida que me había sucedido algo como eso.
"¿Serán Astepon y aquella mujer? ¿Realmente vinieron al baño por sexo?", pensaba invadida por una enorme tristeza.
—¡Oh, Hayden, eres increíble! Lamento no haberte conocido antes.
Sorpresivamente, las palabras de la mujer me confundieron por un momento.
¿Hayden? ¿El hombre que estaba teniendo sexo en el baño era Hayden Young?
—¡Ven conmigo! ¡Oh, sí! ¡Bebé, eres tan per**! ¡Sí, así!
¡Ay dios mío! ¡Realmente era la voz de Hayden! ¡Cielos! ¡¿Por qué tuve que encontrármelo justo allí, luego de haber hecho todo lo posible para evitarlo durante toda la semana?
De prisa, traté de taparme la boca para evitar gritar de la sorpresa.
Para ese momento, ya ni siquiera me sentía triste, por el contrario, pensaba que la escena era totalmente repugnante. ¿Por qué habrían decidido tener sexo en el baño? ¿No era mejor ir a un hotel? Los baños estaban tan sucios...
Rápidamente, las voces se volvieron cada vez más intensas, pero no sentía nada de calor, solo una terrible sensación de náuseas.
Ya no soportaba estar ni un segundo más en aquel lugar. ¡Lo único que quería hacer en ese momento, era salir de ahí lo antes posible!
Enseguida, abrí suavemente la puerta del cubículo y me preparé para escabullirme. ¡Pero parece que los dioses quisieron divertirse conmigo, ya que tan pronto como salí, me resbalé y mi cuerpo se tambaleó hacia adelante debido a mi peso inestable!
—¡Aah! ¡Mie***!" —Grité de dolor, mientras caía al suelo.
De inmediato, fruncí el ceño y luché por levantarme del piso, pero para ese entonces los extraños sonidos dentro del cubículo ya se habían detenido.
—¡Oh! ¡M*erda! Hayden, pensé que habías dicho que nadie vendría aquí.
—¿Cómo d*ablos podría haberlo imaginado? ¡Claramente, vi un cartel afuera que decía que está en reparación!
En realidad, yo había colocado aquel cartel allí porque quería un lugar tranquilo para desahogarme y que no me molestaran, aunque al final terminara resultando en una situación terriblemente incómoda.
A pesar de que intenté salir del lugar a toda prisa, ya era demasiado tarde, en cuestión de segundos escuché que la puerta se abría detrás de mí, y a continuación la voz sorprendida y enojada de Hayden.
—¡¿Meita?! ¿Qué estás haciendo aquí?
Por lo tanto, me detuve rápidamente, y les di la espalda en un estado de total rigidez.
—Hayden, ¿quién es? ¿Se conocen?
—Vete y te veré una vez que haya arreglado las cosas aquí. —Le dijo a la mujer.
—Bueno, qué manera de mie*** para interrumpirnos, ¡justo cuando se estaba poniendo bueno! —La mujer pasó a mi lado maldiciendo, y luego me miró.
—¡Oh! Hayden, esa mujer es realmente fea, ¿por qué está aquí? ¿Te está acechando?
—¡Cállate la boca! —Hayden hizo un ruido molesto.
Inmediatamente, vi a la mujer encogerse de hombros, y marcharse con estilo.
En ese preciso instante, Hayden y yo quedamos solos en el baño, por lo que tragué saliva un poco nerviosa.
Desafortunadamente, todavía recordaba demasiado bien la noche del viernes anterior, cuando había ido al hotel para verlo, ¡y me había vomitado encima! Y aunque tenía baja autoestima, también tenía dignidad, ¡y me pareció lógico que ya no me gustara más, después de lo que me había hecho!
¡Ya no significaba nada para mí! ¡No tenía nada que temer!
Finalmente, logré reunir el coraje para darme vuelta y enfrentarlo.
—¡Oh! ¡No me mires, realmente me estás lastimando mis ojos! —Rápidamente, Hayden se cubrió los ojos, mientras su rostro se ponía rojo de ira.
Al instante, reaccioné absolutamente confundida, ¿por qué me odiaba tanto? Además, yo era la que tendría que haberme sentido lastimada, después de todo lo que había sucedido.
—Hayden… —Intenté explicarle por qué estaba allí, pero me interrumpió groseramente.
—¡Cállate, estúpida! ¡No me llames por mi nombre! —me gritó—. Realmente no pensé que fueras esa clase de persona, p*rra. ¿Quieres arruinar todas mis relaciones porque no puedes tenerme?
—¿Q...qué? —Le contesté asombrada, no tenía ni idea de lo que estaba hablando.
—¡No me molestes, no me gustas para nada! —A continuación, él se acercó a mí, con los ojos llenos de ira— ¿Todavía quieres acostarte conmigo? ¡Eres asquerosamente repugnante!
—¡No! ¡No es así! ¡No te estoy espiando! ¡Y mucho menos quiero acostarme contigo!
A pesar de que estaba gritándole con todas mis fuerzas, él pareció no escucharme.
En ese momento, la ira que emanaba de Hayden comenzó a asustarme, por lo que sentí miedo de que perdiera el control y me golpeara, ¡lo que probablemente haría!
En consecuencia, no pude evitar estremecerme, por lo que di unos pasos hacia atrás, pero de repente sentí que su mano tiraba de mi cabello con tanta fuerza que inmediatamente comencé a gritar de dolor.
Quizás era mi resistencia lo que verdaderamente enfurecía a Hayden. En tanto, él continuó tirándome del pelo, con rudeza —¿No quieres tener sexo conmigo? ¡Te estoy dando esa oportunidad ahora! ¿Por qué quieres huir otra vez?
—¿Qué... intentas hacer? —le pregunté temblorosa.
Luego, noté que Hayden comenzó a bajarse los pantalones, y me señaló sus asquerosos genitales...
—¡Ponte de rodillas! ¡Lámelo! —me ordenó en un tono autoritario.