Capítulo 5
802palabras
2022-12-08 13:59
Abrí los ojos y sentí la cara enrojecida y encendida. Me arrastré hasta la mesa de noche y accedí a la gaveta donde aparecieron ante mí un montón de "juguetes coloridos".
Reconozco que tengo deseos como cualquier otra mujer. De hecho, puedo ser mucho más impulsiva que el común de las chicas.
Creo que soy así por el hecho de haber sido ac*s*da desde la adolescencia. En este sentido, desahogarme conmigo misma se ha convertido en una forma de aliviar la depresión y el dolor que me han acompañado desde temprana edad.
Al principio, no sabía bien lo que estaba haciendo y por ello sólo me escondía en la cama a proporcionarme placer con las manos. Sin embargo al llegar a la adultez, aprendí a adquirir en secreto ciertos "juguetitos" que escondía en el baño para utilizarlos después en mi cuerpo.
¡Entonces no es una sorpresa que mi primera experiencia haya sido con vibr*dor frío y sin vida!
Cada vez que me invade esa ola de placer, olvido mi gris existencia de payaso triste, feo y acomplejado.
En fin, desahogar mis frustraciones a través del placer es una buena manera de escapar de mi triste realidad.
Cuando se detiene el vibr*dor, mis gemidos se van ahogando lentamente en mi garganta.
El placer abandona mi cuerpo y el vacío que experimento en ese momento me indica que mi vida vuelve a ser tan aburrida como siempre.
¡Creo que debe ser maravilloso poder tocar el cuerpo de un hombre! ¡Sólo de pensarlo, no puedo evitar separar un poco las piernas!
Mi teléfono volvió a repicar, ¡lo agarré rápido saltando de emoción en la cama!
¡Era un mensaje de Hayden!
"Querido Eustoma (éste es mi nombre de usuario), realmente te extraño porque no quiero ser únicamente tu amante en línea. Deseo encontrarme contigo y voy a reservar una habitación en el Hotel VI para mañana en la noche. Estaré ahí esperándote, de acuerdo?"
Como muchos de mis seguidores, él también me estaba invitando a pasar una noche juntos.
En una época en la que el amor es tan barato como la comida rápida, no sorprende en lo absoluto que dos jóvenes que se sienten atraídos el uno por el otro decidan encontrarse rápidamente en una habitación de hotel.
Hace seis meses, utilicé otra cuenta para agregar a Hayden y comencé a chatear con él con el nombre de Eustoma. Resultó ser un chico muy divertido y sus respuestas eran muy incentivadoras. Una vez incluso me dijo que no le daba importancia a la apariencia física de una mujer, porque lo realmente valoraba era la calidad humana y la moral de la persona.
Me enamoré de él al escuchar esa palabras.
Pronto nos convertimos en una pareja en línea y hablábamos casi todas las noches. Me sentí gratamente sorprendida con sus inagotables temas de conversación, pero nunca nos vimos en persona y siempre mantuvimos la distancia adecuada.
Ese día era la primera vez que me invitaba a salir y ¡estaba muy emocionada!
La luj*ria volvió a apoderarse de mi cuerpo y no podía resistir las ganas de arrojarme a sus brazos y besarlo. Me imaginé atrapada debajo de su cuerpo y que él me golpeaba hasta hacerme jadear y gritar. ¡Incluso mis dedos estaban temblando de placer!
¡Admito que desde hace tiempo he querido f*ll*r con Hayden!
Quizá la sonrisa que me regaló el día de hoy me dio la fuerza suficiente para atreverme a dar ese paso.
Le respondí con sentimientos encontrados, pero sintiéndome sobre todo muy emocionada: "Hola bebé, leí tu mensaje y acepto tu invitación. Sin embargo, tengo un fetiche con la oscuridad y por eso te voy a pedir que apagues las luces cuando llegues a la habitación, y que estés preparado para cualquier cosa.
Después me dije a mí misma que mientras las luces estuvieran apagadas, Hayden no podría verme la cara. En cuanto a mi cuerpo, supongo que a los muchachos les gustan las mujeres con figura curvilínea, ¿cierto?
Hayden respondió rápidamente el mensaje diciendo: "Está bien, espero escucharte gemir debajo de mi cuerpo mañana en la noche. Creo que será una bella escena. Buenas noches querida Eustoma. Por favor, sueña conmigo".
Buenas noches amor de mi vida.
El reloj marcaba las 23.30, pero estaba tan emocionada que no podía dormir. De repente, mi estómago soltó un leve gemido para indicarme que tenía hambre.
Recordé que en la heladera había dos muslos de pollo y una botella de cola que habían sobrado de la noche anterior.
"Olvídalo Meita. ¡Mejor acuéstate temprano hoy y prepárate para tu encuentro en persona mañana en la noche con el chico que te gusta!", me dije a mí misma.
Me acosté, me arropé, cerré los ojos y empecé a fantasear con ese apasionante choque entre él y yo que tendría lugar en la noche siguiente..