Capítulo 60
1508palabras
2022-12-28 00:01
Punto de vista de Cassidy
Mi padre nunca había sido el compañero más considerado, bueno ni siquiera llegaba a esto. Ni siquiera debería contar como un compañero. Todo lo que hacía era engañar y matar poco a poco a mi madre. Ella merecía algo mejor. Era una de las personas más fuertes que conocía junto a Logan. Ambos habían soportado un dolor inmenso. Logan había perdido a su compañera, pero de alguna manera, aprendió a sobrevivir tras eso. Mi madre había aprendido a sobrellevar los incesantes engaños de su compañero, el mismo que se suponía que debía ser devoto solo a ella y que la iba a adorar cada momento de sus vidas. ¿Cómo era que mi madre y Logan no pudieron haber sido compañeros? Parecían mucho más compatibles, aunque no había llegado a conocer a la compañera de Logan, así que supuse que no podía estar tan segura… No obstante, si hubieran sido compañeros, yo habría tenido un padre maravilloso, tal vez no habría tenido una hermana tan p*ta y no habría encontrado a Damen solo para que terminara rechazándome. Quizás me habría aceptado, pero solo eran fantasías. Si Logan hubiera sido mi padre, yo habría tenido sangre de Alfa… ¿Habría sido una metamorfa de todos modos? ¿Lo habría ocultado como lo había hecho la mayor parte de mi vida? ¿O habría sido capaz de ser quien estaba destinada a ser todo el tiempo? Una pregunta tras otra daba vueltas en mi cabeza.
Preguntarme estas cosas solo torturaba mi subconsciente. Pensar en cómo podría haber sido mi vida era como pensar en cómo hubiera sido ser una ardilla. Era una idea extraña que no podíamos comprender del todo. “Las manzanas siempre parecen mejores en el huerto del vecino”, o algo así iba el refrán. La vida siempre podría haber sido mejor de lo que había resultado ser en realidad, pero creía que por fin me había dado cuenta de que las cosas sucedían por una razón en este mundo. Necesité que me rechazaran para por fin irme y tener la oportunidad de descubrirme a mí misma. Tuve que conocer a Logan para entender lo que era un verdadero padre. Tuve que establecer un vínculo con Phillip, Riley y su manada porque ellos, junto con Logan, son los que me hicieron salir de mi caparazón. Alrededor de ellos, pude ser la “yo” que había mantenido reprimida durante tanto tiempo, la que solo mi madre conocía. También tuve que sufrir el dolor de la pérdida de Logan para poder conocer a Evangeline y aceptarla como mi hija adoptiva.
Pensar que las cosas sucedían por una razón también planteaba la siguiente pregunta: ¿Por qué mi madre, que no tenía la culpa de nada, se había visto obligada a estar con la escoria de su compañero? ¿Qué había logrado con eso? Tal vez estaba destinada a soportarlo para traer al mundo a sus tres cachorros y, con ellos, sus destinos y viajes entrelazados. Quizás también estaba destinada a soportarlo durante cierto tiempo hasta que tuviera la oportunidad de decidir si quería romper su vínculo. Romper el vínculo entre compañeros era algo que solo se hacía en situaciones extremas y me parecía que el caso de mi madre estaba justificado. Cualquiera podía ver que no iba a durar mucho tras el doble golpe de perder a su primogénito y tener que lidiar con su compañero infiel. Necesitaba una oportunidad de sobrevivir y, si esto significaba romper su vínculo con mi padre, creía que lo merecía. Solo esperaba que aceptara.
Me dirigí del estudio de Damen a la habitación de mi madre. Me asomé en el interior poco a poco y me di cuenta de que no estaba dentro. “¿Mamá? ¿Dónde estás?”, pregunté en voz alta, buscando en la habitación. No obtuve ninguna respuesta, así que me apresuré a captar su aroma y lo seguí por el pasillo. Antes de darme cuenta, me encontraba frente a la habitación de Jake. Mi madre estaba aquí de pie y parecía en trance. Al ver que no se había dado cuenta de mi presencia, caminé a paso lento hacia ella, diciendo: “Mamá, ¿estás bien?”. Coloqué una mano sobre su hombro al ver que no respondía, lo que hizo que diera un pequeño salto.
“Está empeorando. Todo lo que siento es dolor y cada día es más fuerte”, la escuché decir en voz baja.
“Lo sé, mamá. Creo que sé cómo ayudar”, respondí. Como se quedó en silencio de nuevo, añadí con cautela: “¿Estarías dispuesta a romper tu vínculo con papá?”.
Se giró poco a poco para mirarme. “No creí que fuera posible porque es muy doloroso”.
“No te diré que no dolerá, pero tienes que elegir entre sentir eso o soportar todo lo que sientes ahora. Si eliges lo segundo, no puedo garantizar que vayas a sobrevivir por mucho tiempo. Por favor, no me hagas perderte a ti también”, le supliqué con las lágrimas comenzando a asomarse en mis ojos una vez más.
Parecía que todo lo que hacía era llorar. Había llorado cuando Logan murió, al ver el dolor que Riley tuvo que enfrentar, cuando vi a mi compañero con otra hembra, cuando murió Jake. No creía que pudiera soportar otra pérdida o más llanto.
Mi madre me envolvió en un abrazo. La rodeé con mis brazos y lloré por todo el dolor que otros tenían que atravesar. Mientras lloraba, no pude evitar recordar la última vez que había llorado entre los brazos de mi madre, fue el día que volví a casa llorando por el rechazo de Damen y la traición de Jake, el mismo día que me fui. Mi vida había cambiado mucho en más de un año, pero aquí estaba, de vuelta entre los brazos familiares de mi madre. Ella se quedó callada durante un rato, esperaba que estuviera considerando la idea en su cabeza. Quería que aceptara, yo lo necesitaba.
Se apartó de mí, sujetó mi cara entre sus manos y limpió mis lágrimas de mis mejillas con sus pulgares. “Vale, estoy dispuesta a intentarlo”. Me dedicó una pequeña sonrisa.
“¿Estás segura? No habrá marcha atrás. Tu alma comenzará a separarse por completo de la suya y, al final, ni siquiera podréis reconoceros como compañeros. Nada podrá arreglarlo, incluso si por alguna extraña razón él decide tratar de ser un verdadero hombre y solucionar las cosas. No habrá nada que nadie pueda hacer para reparar vuestro vínculo. Una vez hecho, es permanente. ¿Todavía quieres hacerlo, mamá?”, dije, secando mis mejillas con la manga de mi camisa. “¿Podrás pasar por todo eso?”. Ella tenía que saber en qué se estaba metiendo. Una vez que estuviera hecho, no había vuelta atrás, para nada.
“Estoy segura. Es lo que quiero”, dijo para tranquilizarme.
Tiré de ella para darle otro abrazo. “Entonces, iré a preparar todo”, murmuré sobre su hombro.
Punto de vista de la Sra. Samantha Knightlock
Había lidiado con las indiscreciones de mi marido y compañero durante demasiado tiempo. Al principio, lo ignoraba porque era poco frecuente, pero esto no significaba que fuera menos doloroso. A medida que lo hacía más y más seguido, sentí que mi corazón se rompía. Si hubiera sido una metamorfa, estaba segura de que mi loba ya estaría sumida en la depresión.
Tener la oportunidad de dejar al hombre que me había arrancado el corazón y lo había pisoteado significaba mucho para mí. En cuanto Cassidy lo sugirió, supe que iba a aceptar. Me pregunté si era lo que quería en realidad y me di cuenta que no existía nada que deseara más, excepto quizás a alguien que me amara y apreciara como se suponía que debía hacerlo mi compañero. No había nada que él pudiera hacer una vez que acepté hacerlo. Ni siquiera iba a decirle que iba a suceder. ¿Por qué tendría que hacerlo? Él no merecía saberlo. Era obvio que él había hecho su elección, no me quería, estaba tan claro como el agua. No era como si fuera a cambiar su forma de actuar o incluso comenzar a intentar compensarme por lo que me había hecho, así que, ¿por qué le importaría si por fin se libraría de mí? La respuesta era simple, no le importaba. Lo más probable era que se iría y se acostaría con la primera cosa con falda que viera.
Si renunciar a mi vínculo con mi compañero bueno para nada era el precio de mi supervivencia, lo iba a aceptar. El dolor de haber perdido a Jake y el dolor que tenía que soportar casi todos los días me estaba matando. Apenas comía porque no podía digerir la comida. ¡Diablos! Había sido un milagro que hubiera podido levantarme de la cama y hubiera subido las escaleras hasta la habitación de Jake. Después de todo, durante estos últimos días, casi no tenía energía ni ninguna motivación para hacer nada. El precio podía parecer alto, pero no me importaba. Si había una posibilidad de sobrevivir y tener un dolor menos que tolerar, lo aceptaría sin pensarlo dos veces.
Era hora de seguir adelante. Era ahora o nunca, lo iba a hacer.