Capítulo 56
1700palabras
2022-12-25 00:01
Punto de vista de Jake
Cuando mi compañera me rechazó, mi lobo dejó de hablarme, lo que significaba que me había bloqueado y ya no podía transformarme. Incluso así, había dicho que iría a buscar a Cassidy, pero tendría que hacerlo a pie. No había sido mi mejor idea para nada. Había estado caminando por lo que me parecieron horas antes de encontrarme con su aroma. Lo seguí durante lo que pensé fueron unas pocas horas más, pero decidí regresar a casa al ver que estaba comenzando a oscurecer. Tal vez Cassidy ya había regresado y el rastro solo me llevaría de regreso a la casa de la manada.
Me tomé mi tiempo para volver. Admiré cada pequeña cosa que todo el mundo siempre ignoraba, como los pájaros que volaban de rama en rama con tanta gracia que parece irreal, el gorgoteo de los arroyos resonando por todo el bosque, los petirrojos sacando gusanos de la tierra, las abejas zumbando de flor en flor, incluso solo el olor a tierra después de la lluvia. Todo era tan hermoso una vez me detuve a contemplarlo. La mayoría de las personas no abría los ojos lo suficiente. Me distraje observando mi alrededor y olvidé estar atento a un posible ataque. Antes de que pudiera darme cuenta, estaba rodeado por cinco renegados enojados. Algunos tenían ojos rojos. Perfecto, eran caníbales.

Sentí una sensación familiar invadir mi cuerpo. Era similar a cuando me transformaba, pero no lo había hecho en mucho tiempo. ¿Podría ser posible? ¿Mi lobo me permitiría transformarme? ¿Lo hacía para protegerme? De repente, me encontré sobre mis cuatro patas. Se sentía un poco extraño después de haber estado en mi forma humana durante unos cuantos meses, pero era como andar en bicicleta, nunca se olvidaba. Tomé mi posición de pelea de inmediato y aullé para hacerle saber a la manada que unos renegados estaban atacando aquí. A veces tan solo estaban de paso y otras veces hacían esto. Era mi día de suerte.
Luego, el que supuse que era su “líder” me atacó primero. Era extraño porque los renegados no seguían a ningún jefe. Era grande y marrón, y se abalanzó sobre mí, mostrando los dientes. Esquivé su ataque, pero no vi venir al siguiente. Había perdido práctica en mi forma de lobo, era más lento y más débil.
Solo esperaba que la Diosa estuviera de mi lado para ayudarme a superar esto y, de no ser así, que la ayuda estuviera en camino.
 
Punto de vista de Cassidy
Salté y destrocé la ropa que Riley y Damen me acababan de dar. Luego salí corriendo a toda velocidad en dirección al bosque. Lo único en lo que podía pensar era en Jake. ¿Estaba bien? Tenía que estar a salvo. Todavía no había tenido tiempo de hablar con él y tampoco podía perderlo. No podía perder más personas en mi vida. Había perdido mi oportunidad con mi compañero y lo más probable era que yo había sido la culpable de que mataran a mi padre adoptivo. No podía perder a mi hermano también. Corrí más rápido mientras seguía su aroma a través del bosque. ¿Qué estaba haciendo aquí de todos modos?

Antes de que pudiera pensar al respecto, sentí el olor de unos cinco renegados. Sus aromas estaban mezclados con el de Jake, lo que significaba que debían haber estado siguiéndolo y analizándolo para ver si era una presa fácil. Aceleré el paso y corrí más rápido que nunca en toda mi vida. Mis piernas me estaban comenzando a arder por la presión que les estaba poniendo, pero lo ignoré y seguí adelante con solo dos cosas en mi mente: Encontrar a Jake y asesinar a esos renegados. Había pasado un tiempo desde la última vez que había matado.
Cuando irrumpí en el claro, me encontré con una escena desgarradora más en mi vida. Los renegados habían inmovilizado a Jake, y lo estaban mordiendo y arañando. Parecía que él ya se había dado por vencido y que no sería capaz de mantener su forma de lobo por mucho más tiempo. Además, estaba perdiendo demasiada sangre muy rápido. Su curación de hombre lobo no lo estaba ayudando mucho porque, con cada herida que sanaba, los renegados dejaban dos o más en su lugar. Le estaban dando un nuevo significado a “jugar con la comida antes de comer”.
Me puse furiosa. Mi loba había tomado una cantidad considerable de control y no me importó. Las dos estábamos pensando en lo mismo: salvar y proteger a Jake, y matar a los renegados. Me abalancé sobre el que estaba más cerca de mí y lo asusté, pero antes de que él siquiera pudiera comenzar a contratacar, apreté mi boca alrededor de su cuello y lo maté. El segundo y el tercero vinieron hacia mí, pero esquivé sus ataques y terminaron golpeando sus est*pidas cabezas el uno contra el otro. Aproveché que estaban aturdidos para matarlos a ambos lo más rápido posible. Por lo general, me hubiera gustado torturarlos e infligirles más daño, pero el tiempo estaba jugando en mi contra. El cuarto renegado estaba tratando de morder un trozo de Jake, pero lo derribé a un lado a toda prisa. Si bien ambos golpeamos un árbol cercano, él recibió más impacto que yo. Escuché unos crujidos en algún lugar dentro de su cuerpo, comenzó a gemir y luego gruñó en mi dirección. Tan solo me coloqué de pie sobre sus costillas ya lesionadas y sentí que su cuerpo se relajó debajo de mí. Una costilla debió haber perforado su corazón o algo así, para ser honesta, no me importaba. El quinto fue derribado nada menos que por Damen y Riley, se habían tardado mucho en llegar aquí.
Dejé que se encargaran de ese renegado y salté al lado de Jake mientras me transformaba. Entonces sujeté su mano, “Jake, Jake, ¿puedes oírme?”, pregunté presa del pánico, apartando el cabello de su rostro. Mis manos se llenaron de sangre, lo que significaba que él tenía una herida en la cabeza. Esto no era nada bueno.

Jake soltó un suspiro ronco y abrió los ojos para encontrarse con los míos. Intentó hablar, pero tosió y salió algo de sangre de su boca. Esta era una peor señal porque una tos con sangre significaba que tenía una hemorragia interna. “¿Cass?”, preguntó.
Asentí, apretando su mano un poco más fuerte. “Estoy aquí, Jake. Por favor, quédate conmigo, ¿vale? ¡Vas a estar bien!”. Traté de tranquilizarlo.
Tosió de nuevo. “Nunca has sido buena para mentir, Cassidy…”. Volvió a toser.
“No, sí vas a estar bien”, insistí.
“Mira, Cass…”. Otra vez la tos, pero sonó peor. “Si no salgo vivo de esto, quiero que sepas que lo siento…”. Tosió. “Lo siento por lo de ese día, ya sabes…”. Tosió más sangre. “Me arrepentí de mi forma de actuar en cuanto te fuiste corriendo…”. Más tos.
“Jake, podemos hablar de esto cuando estés mejor y estemos de vuelta en casa, ¿vale?”, dije con lágrimas en los ojos. Ambos sabíamos que no iba a lograr regresar a casa.
“Yo solo…”. Tos. “Quería que supieras cuánto lo siento y que te amo, hermanita”. Tosió una vez más. “Lo-lo siento…”, dijo, desvaneciéndose al final de sus palabras. La mano que todavía estaba sosteniendo con la mía cayó inerte en mis brazos.
“¡¡¡No!!! ¡¡No, no, no, no!! ¡¡Jake, no me dejes!! ¡¡No puedes dejarme tú también!! ¡¡Vuelve, Jake, vuelve!!”. Lloré, lanzándome sobre su cuerpo y apretándolo en un abrazo. “¡¡Jake, vuelve, por favor!!”. Lloré sin parar. “¡¡Por favor, regresa!!”.
Sentí que alguien me sujetó de la cintura y tiró de mí hacia atrás. “¡¡No!! ¡No puedo dejarlo todavía!”. Me resistí “¡Jake!”, grité mientras me alejaba varios metros de él. Me cargó la misma persona que me había rechazado hace dos años y que había hecho que me fuera en primer lugar. Luego me abrazó a pesar de mis protestas y me apartó de mi hermano. Necesitaba estar con él. ¡Mi hermano no podía haberse ido! Tan solo dejé que mis lágrimas bajaran por mi rostro, nublando mi visión. Me rendí en un momento y me desplomé entre sus brazos. Apoyé la cabeza en su hombro y rompí en llanto. Lloré durante lo que me pareció una eternidad antes de que el cansancio y la oscuridad se apoderaran de mí.
Punto de vista de Damen
Alejar a mi compañera entre lágrimas de su hermano fue una de las cosas más difíciles que había tenido que hacer, pero no le haría ningún bien quedarse llorando sobre su cadáver. Entonces, tiré de ella hacia atrás a pesar de su resistencia. Debía admitir que era fuerte, pero un Alfa era mucho más poderoso. En algún momento, sus golpes cesaron y cayó contra mi pecho, llorando a mares. Me rompía el corazón verla así. Todo era mi culpa. Si Riley y yo no hubiéramos discutido, Jake no habría tenido que separarnos e ir a buscar a Cassidy a solas. Lo habría hecho yo, o Riley, y habríamos podido lidiar con esos renegados. Por otra parte, si hubiéramos esperado tranquilos, tal vez Cassidy habría vuelto a casa, como lo había hecho, sin necesidad de que la buscáramos. Todo había sido mi culpa y ella lo sabría tan pronto como escuchara la historia cuando despertara.
Todo el llanto la había agotado de manera emocional y se había quedado dormida en mi hombro. Sus lágrimas habían empapado mi camisa, pero no podía importarme menos. Ahora mismo, ella era mi principal preocupación. Me necesitaba y yo estaría a su lado para siempre. La llevé de regreso a la casa de la manada hasta mi habitación. La acosté en mi cama y la tapé con las sábanas. Al menos podría estar cómoda. Como no quería dormir en ningún otro lugar que no fuera en la misma cama que mi compañera, me acosté a su lado. Sentí que se acercó de manera inconsciente, así que rodeé su cintura con mi brazo y la acerqué aún más. Aunque fuera solo por una noche, iba a poder quedarme dormido con mi compañera entre mis brazos, justo donde ella pertenecía.
Me enfrentaría a su ira por la mañana.
Resultó ser la mejor noche de sueño que había tenido en toda mi vida.