Capítulo 57
1066palabras
2022-12-25 00:01
Punto de vista de Damen
Me desperté de la mejor noche de sueño de mi vida al escuchar a mi compañera gritando y cayéndose de la cama con poca gracia.
“¡¿Qué demonios está pasando?!”, gritó Cassidy. Su cabello estaba muy enredado, su maquillaje estaba un poco corrido y su ropa estaba toda arrugada, pero para mí, nunca se había visto más hermosa. “¿Qué estoy haciendo en tu habitación? ¿Y en tu m*ldita cama?”, siguió gritando con un tono acusador.

“Solo siéntate y relájate, y te explicaré todo”, ofrecí con cuidado. Ella se quedó mirándome sin hacer ningún esfuerzo por moverse. “Vale”, dije articulando bien la palabra. “Qué tal si comenzamos con lo que recuerdas de anoche”, sugerí con cautela porque no quería hacerla sentir más dolor del que ya había tenido que enfrentar.
Sus hermosos ojos verdes se llenaron de lágrimas de inmediato. Entonces se derrumbó en el suelo y volvió a llorar. Bajé de la cama de un salto al instante y la sostuve entre mis brazos de forma similar a como lo había hecho la noche anterior, solo que esta vez no se resistió. Mi lobo jadeó de felicidad porque no nos había rechazado de inmediato, y casi estalló de alegría cuando ella se inclinó más cerca de mí y enterró su cabeza en mi cuello. Dondequiera que nuestra piel se tocaba, saltaban chispas. Era la sensación más maravillosa que jamás había sentido.
“Shh”, susurré. “Todo va a estar bien”, dije mientras frotaba su espalda con dulzura.
“No, nada estará bien”. Se atragantó con sus palabras. “No puedo volver a pasar por esto. N-no puedo perder a o-otra pers…”. No terminó su oración porque otra oleada de lágrimas la invadió. Seguí asegurándole que todo estaría bien mientras le frotaba la espalda y le daba algunos besos en la parte superior de la cabeza. Olía increíble, como a vainilla y bayas.
Lloró durante al menos una hora antes de comenzar a tranquilizarse. Luego se acurrucó en la cama y se volvió a dormir por el agotamiento, así que la arropé bajo las sábanas de lo que esperaba que pronto fuera nuestra cama. Después, fui a la cocina para prepararle algo de comer porque sabía que ella tendría hambre cuando despertara.
En cuanto entré en la cocina, me encontré con Briella y Riley enfrascados en lo que parecía ser una discusión muy acalorada. Sin embargo, tan pronto como notaron mi presencia, Briella tan solo se fue. Qué bueno.

“¿Cómo está?”, me preguntó Riley, sacándome de mis pensamientos.
“Despertó hace unas dos horas y no dejó de llorar todo el tiempo”, respondí con tristeza. Me dolía verla sufriendo tanto.
“La última vez que murió alguien cercano a ella, tuvimos que ponerla en un coma temporal, pero eso también tuvo que ver con sus heridas…”. Sus palabras se desvanecieron al final.
“¿De qué estás hablando? ¿Qué quieres decir con ‘la última vez’?”, insistí.

“Ese día en el club, la noche que la encontraste”. Hizo una pausa como si me preguntara si recordaba ese día. Asentí, ¿cómo podría olvidarlo? Le hice señas para que continuara. “Bueno, ese también fue el día en que ella murió de manera temporal… En fin, yo fui quien la encontró. Un renegado la había atacado y quien supongo podrías llamar su padre adoptivo estaba luchando contra el renegado mientras ella se desangraba en el suelo. Para cuando logré llevarla de regreso a la casa de mi manada, su corazón ya se había detenido por la pérdida de sangre, pero la trajimos de vuelta, como puedes ver. Cuando volví para ver si su padre, que se llamaba Logan, sobrevivió, todo lo que encontré fue al renegado muerto y un gran charco de sangre que le pertenecía a Logan. Tampoco podría haber sobrevivido a una pérdida tan grande de sangre, habría sido casi imposible”, explicó. “Cuando Cassidy se enteró, se derrumbó. No comía a menos que la obligara, no hablaba y apenas estaba presente. Pasaron meses antes de que volviera a hablar, fue el día en que encontró a Evangeline”, terminó de decir.
“Espera, ¿qué? ¿La encontró? Pensé que Evangeline era hija de Cassidy y, para ser sincero, tuya”, dije confundido.
“Ella solo te dejó creer eso. La adoptó cuando descubrió que sus padres habían muerto y no tenía a nadie más. Evangeline la conquistó a primera vista”, respondió.
Esto explicaba por qué no se parecía a ninguno de ellos. Esto también significaba que lo más probable era que mi compañera tampoco se había acostado con nadie… ¿Era posible que me hubiera estado esperando?
“Mira”, dijo, sacándome de mis pensamientos de nuevo. “No puedes dejar que vuelva a ese estado. Yo, bueno, todos casi la perdimos una vez. No dejes que vuelva a suceder, ¿vale?”.
“Lo prometo”. Haría lo que fuera necesario para asegurarme de que eso no volviera a suceder. Riley asintió y salió de la habitación a toda prisa. Me llamó la atención que se hubiera ido en la misma dirección por donde se había ido Briella. ¿Había algo que yo no sabía?
Sacudí mi cabeza para apartar estos pensamientos, y preparé un poco de sopa de tomate y un bocadillo de queso a la parrilla lo mejor que pude. Lucía comestible, ¿no era lo que contaba? Lo coloqué todo en una bandeja y lo llevé arriba a mi habitación. Dentro, encontré a Cassidy despierta y sosteniendo una foto en sus manos. Era una fotografía de Jake y yo de hace unos cuatro años, creí que la había perdido cuando Cassidy se había ido. ¿Dónde la había encontrado?
“Me llevé esto el día que me fui”, dijo en voz baja. ‘Eso lo explica’, pensé. Rodeé la cama para sentarme a su lado y noté las lágrimas bajando por su rostro en silencio. “Quería algo que me recordara a vosotros dos para seguir enojada mientras estaba lejos, pero no funcionó”, confesó, levantando la cabeza y se encontró con mi mirada. Sus ojos, que por lo general eran de color verde brillante, lucían apagados y estaban llenos de lágrimas. Sequé las lágrimas que habían caído por sus mejillas perfectas. Ella incluso se inclinó hacia mi toque. Mi lobo estaba encantado con este pequeño gesto y me animó a abrazarla. Apoyé mi barbilla sobre su cabeza y ella me sorprendió al también envolverme con sus brazos. Nos quedamos así por un rato, disfrutando el momento. Fue entonces que su estómago gruñó y me alejé de mala gana.