Capítulo 13
1478palabras
2022-11-14 02:00
Amaneció al fin y aquél vagabundo dormilón se despertó ya cuando el Sol le daba de bofetadas, sacudiendo su despeinada cabellera dio una larga y sonora bostezada, mirando a su alrededor se dispuso a acomodar sus cosas y con su diario ritual checó que todo estuviera en sus bolsillos, introdujo la espada en la funda que ajustaba perfectamente a su pecho, dejando la cacha sobresalir un poco por sobre su hombro, se puso sus lentes de seguridad y emprendió el camino con rumbo al desconocido Bosque de Eoz, cruzando el río por su parte más baja y angosta olvidándose por completo de su ruta hacia los Montes Lunares.
-El Bosque de Eoz.
Iba pensando mientras caminaba internándose entre los troncos de aquella arboleda donde predominaban los pinos.

-¿Por qué se me hace conocido este bosque, por qué? ¡Si claro! Lo recuerdo ahora, es el bosque del mago de Oz, no el de Eoz, el espantapájaros, el hombre de hojalata y un hombre león creo; ¡Estoy recordando! Y este tipo de recuerdos no pueden ser recuerdos del corazón, sino de mi cabeza. –así siguió pensando mientras caminaba en aquél bosque de pinos. -Es mejor que recuerde el ritual de la espada, ya caminé mucho y no tardó en encontrarme a alguno de esos feroces ángeles guerreros que custodian Mirídia; ¿Cuáles fueron las palabras que me dijo la estrella cuando le pregunté por el ritual de la espada? ¡Ah sí! 
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-¿Mmm?
Se preguntaba mientras se mesaba la barbilla tratando de recordar las palabras de B’eila.
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-¿Qué diablos hacemos los humanos cuando estamos asustados o en peligro? ¡Corremos! No, ese no puede ser el ritual –pensaba mientras se reía de sus propias ocurrencias. -Mmm, rituales, rituales, espadas encantadas, rituales de humanos asustados, mmm, veamos, se me ha ocurrido algo, o más bien, he recordado algo.

Y tomando la espada, levantándola con las 2 manos gritó, en medio de aquellos solitarios pinos, repitió el grito sin ningún resultado.
-¡POR EL PODER DE GRAYSKULL, YAAA TENGOOO EL PODEEER!
Recordando el ritual que efectuaba el héroe de Heman y los amos del universo para activar los poderes de la espada de Grayskull y nada.
-No, éste no es; ¡Ah, ya sé! -colocándose la espada entre los ojos gritó: 

-¡ESPADA DEL AUGURIO, DAME EL PODER DE VER MAS ALLA DE LO EVIDENTE!
Como recordó hacia y decía aquel legendario León-O de la serie de los Thundercat’s y nada.
-¡Me lleva! ¿Cuál será el jodido ritual de La Espada del Destino?
Mientras caminaba hizo con sus labios el silbido de la espada cantarina que había escuchado en las caricaturas de su niñez y nada.
-Ni modo –dijo en voz alta como platicando con su espada. -Ni chiflas, ni cantas, ni nada, a ver si cuando esté asustado porque tengo enfrente a un dragón de los guerreros, recuerdo que es lo que hacemos los de mi raza cuando estamos asustados o en peligro; ¿Será la danza de la lluvia? ¡Ya sé!
Dijo y ensartó la espada en el suelo poniéndose a bailar alrededor de ella tratando de imitar movimientos simiescos.
-¡Uga chaca, uga chaca, uga, uga, uga, chaca, uga chaca!
E igual que nada, aunque él sabía perfectamente que nada iba a pasar se divertía ampliamente con sus ocurrencias, continuó caminando internándose más y más en aquél bosque de pinos sin confiarse, atento a cada movimiento y a cada sonido, en algunas partes tenía que brincar o rodear porque había zanjas y troncos caídos en el suelo.
Algunos huecos que parecían como hechos por algún animal, por eso es que caminaba atento a cualquier movimiento o sonido a su alrededor, de repente y muy cerca le pareció escuchar un leve rugido, y automáticamente tomó el hacha con sus manos y justo enfrente de él, entre la hojarasca y los troncos de aquellos pinos, como si fuera niebla en una nube luminosa, se empezó a configurar el cuerpo de un animal, el de un enorme felino con grandes alas blancas como las de una paloma, mientras iba apareciendo la bestia rascaba el piso con sus patas delanteras y lo miraba.
-Mi nombre es Onél. –dijo el león blanco mirándolo fijamente a los ojos, -Soy el guardián de las entradas y me dará un enorme placer despedazarte.
-Espero que no te moleste que al menos intente defenderme.
Dijo Yurik con la voz entrecortada, tratando de disimular su asombro, desconcierto y miedo, sin inmutarse aquél impresionante león blanco de penetrantes ojos azules le dijo:
-Estás en mi reinado y si tu pretensa es pasar existe sólo una manera de hacerlo, tendrás que derrotarme y sólo existen 2 maneras de derrotarme, de las cuales podrás escoger tan solo una.
-¿Y Cuáles son pues?
Pregunta Yurik inquisitivo al león, mientras pensaba a 1000 por hora, tratando de no perder ni un solo detalle de lo que hacía y decía el fantástico animal.
-¿Estás seguro de querer intentarlo? 
-¡Por supuesto que sí! ¿Cuáles son esas dos maneras de pasar?
-La inteligencia o la fuerza, si eliges la inteligencia tendrás que resolver un acertijo mágico, pero si fallas en la respuesta, el hechizo del acertijo sacará el alma de tu cuerpo y podrás ver cómo te despedazo mientras te devoro, pero si te vas por el lado de la fuerza, entonces nos enfrentaremos en una lucha a muerte en la que tan solo podrás usar una de tus armas, que tu escogerás, la que quieras pero tan sólo una. –y poniéndose en posición de ataque Onél le indicó. -¡Escoge tu manera de morir, ahoraaa!
Y Yurik, ya menos nervioso y sin alzar mucho la voz, le dijo:
-No te temo y no tengo ni idea de que tan fuerte o tan hábil seas, pero sé que tal vez podría derrotarte en una pelea a muerte, pero como en mi mundo soy un miembro activo de la sociedad protectora de animales, escojo la manera inteligente. –y cruzando los brazos remató, diciendo: -¡Dime tu acertijo ahoraaa…!
Onél se colocó en posición de descanso y sin dejar de situarlo con sus penetrantes ojos azules, le dijo:
Tengo pueblos, pero no tengo gentes…
Tengo bosques, pero no tengo nidos...
Tengo ríos, pero no tengo peces…
Y Yurik sin mover un solo músculo de su cuerpo o cara, pensaba.
-Pueblos sin gentes, bosques sin nidos y ríos sin peces. 
-Tal vez alguna bomba atómica que cayó o una epidemia, tal vez el Apocalipsis; ¡No! Eso es demasiado obvio para un acertijo mágico, piensa amo de los acertijos, piensa, piensa, que te comen; ¿Qué es lo que tiene pueblos sin gentes, árboles sin nidos y ríos sin peces? ¡Piensa! Que te comen, piensa… Amo de los acertijos… piensa…
En su esfuerzo mental recordó que en el Bosque de los Murmullos no había peces en el río, ni aves en los árboles, también recordó los dibujos que había hecho en su libretita de tránsito y al sacarla de su bolsillo trasero y ojearla, una luz salvadora llegó a su mente.
-¡El bosque de la entrada! Sí, esa es la respuesta al acertijo, estaba desierto y no se escuchaba sonido alguno, ni de aves ni de peces ni de nada y tampoco vi gente.
Pero cuando estaba a punto de decir la supuesta respuesta, recapacitó.
-¡No, ahí no había ningún pueblo! O tal vez sí pero no lo vi y así no puedo saber si tenía pueblos sin gente.
Y mientras revisaba y revisaba sus dibujos y apuntes en la libreta, la verdadera luz salvadora llegó a su mente, y ahora sí dio el grito de la victoria.
-¡Lo tengo, lo tengo, la respuesta es!:
Esbozando su acostumbrada media sonrisa y enseñándole el contenido de la libreta le dijo:
-¡Un mapa! Sí, un mapa tiene pueblos sin gentes. 
-Árboles sin nidos y ríos sin peces; ¿Oh no?
-¡NOOOOOOOOOOOO!
Rugió poderosamente el león notablemente contrariado, mientras le daba de arañazos al suelo.
-¡Ese era mi acertijo favorito y nunca jamás nadie lo había resuelto! –empezó a desvanecerse pero alcanzó a decir antes de desaparecer: -¡Nos volveremos a ver!
Y éste le contestó a modo de saludo de despedida.
-Lo siento mi querido león pero yo no tengo la culpa de que seas tan obvio –y el camino quedó libre en aquél bosque de pinos. -¡Diablos! Para la otra no vuelvo a jugar al amo de los acertijos y mejor recuerdo el ritual de la espada para agarrarlo a patadas, si es muy fuerte no creo que lo sea más que la espada que derrotó a Odín y sus Valkirias.
Y continuó su camino en aquél ahora peligroso bosque de pinos.