Capítulo 14
2258palabras
2022-11-14 02:03
Después de horas de caminar y caminar, llegó a un claro en medio de aquél pinar y mientras avanzaba, algo llamó poderosamente su atención al escuchar risitas como de jovencitas divirtiéndose, se apresuró a sortear los altos troncos de los pinos, y al mirar a 5 alegres muchachitas que reían y jugaban como chiquillas les gritó:
-¡Hey!
Y éstas, sorprendidas voltearon a verlo por un momento y sin más se desvanecieron en el aire, excepto una de ellas que se quedó parada mirándolo fijamente, como analizándolo, una encantadora y joven mujer de piel trigueña con una igual de encantadora cabellera negra, larga y muy lacia; Yurik le sonrió con una sonrisa completa y haciendo un ademán, la saludó, más que nada impactado por la belleza sencilla de aquél ángel trigueño que parecía haber surgido del aire, y como el aire se desvaneció, al ver difuminarse aquella celestial aparición se dio un golpe en el pecho, porque sintió que su corazón le había dado un vuelco cayendo al revés, aunque le pareció que con 2 golpes se lo había acomodado, aún le quedaba una dolorosa sensación, esperanzado en serio en volverla a ver, continuó caminando en la dirección en la que le parecía haber visto desvanecerse a aquellas 5 jovencitas, encontró tunitas amarillas y dispuesto a descansar, se recostó al amparo de la sombra de los pinos de aquel solitario bosque, sin dejar de pensar en la aparición que lo había cautivado. 

Al levantarse se dirigió a una vereda en el pastizal por donde parecía que alguien la usaba cotidianamente para caminar, y la siguió tratando de escuchar, mientras caminaba, las voces de aquellas chicas que había encontrado en aquel claro en medio de los pinares de Eoz, el Sol caía acercándose al poniente mientras caminaba confiado y despreocupado, hasta que una silueta entre las penumbras lo hizo detenerse y fijar su vista.
-¡Hola! –dijo en voz alta esperando que alguien le contestara. -¿Hay alguien ahí?
Y de repente la localizó enfrente de él, medio escondida entre el tronco de un pino y una enramada, apartándola con sus manos mientras se acercaba, sonrió completo al descubrir que era precisamente la chica que buscaba la que se acercaba y le hablaba, una preciosa mujercita de tez trigueña, con cabello negro y lacio, largo hasta la cadera y grandes ojos zarcos.
-Y vos… ¿Quién sos? –le preguntó la chica.
-Me llamo Yurik y creo que ando perdido; ¿Podrías indicarme el camino a algún lugar y decirme tu nombre? –contestó éste tratando de establecer un tema de conversación.
-¡Ja, ja, ja! –rió graciosamente la chica, diciéndole. -¡Andáis tan perdido que ni siquiera tenéis un rumbo definido! Como si fuerais un vagabundo o un ladrón de los caminos, mi nombre es Raíza Vin de Mirídia y soy la que hace las preguntas cuando alguien entra a mi reinado sin haber sido invitado.

-¡Vaya! –dijo Yurik haciendo un gesto con su acostumbrada media sonrisa. -¡Así que estoy ante la realeza de este reinado! 
Entonces permítame rendirle honores a su hermosa excelencia y ponerme a sus pies, como su más humilde admirador.
Y sacando la espada de su funda hizo una reverencia apoyando una rodilla en el suelo, la chica al ver la espada exclamó asombrada.
-¡La Espada del Destino, eso no lo puedo creer pero si es! Entonces por eso habéis llegado hasta aquí; ¡Mataros a Onél, mataros a nuestro guardián! ¡Ande dígame! ¿Lo mató o tan solo está malherido?

-Tranquila mi Reina, tu leoncito vive, llegué hasta aquí por que logré descifrar su acertijo. –le dice tratando de tranquilizarla.
-¡Escogió la inteligencia! –lo interrumpe Raíza al hablar. -Ahora estoy más asombrada, aunque tal vez le dio un acertijo fácil, por lo que sea es mejor que lo haya derrotado así, si hubiera escogido la fuerza, lo hubiera despedazado con tan sólo un movimiento de su espada.
-Pues verás mi encantadora majestad, el acertijo no estuvo ni tan fácil, ni tan difícil, aunque no tardé ni tres minutos en resolverlo y estuve a punto de equivocarme un par veces, la respuesta era muy lógica y además sé que siempre he sido muy bueno para los acertijos, y con respecto a los poderes de la espada, no sé qué tan poderosa pueda llegar a ser, aunque casi me corta la cabeza antes de obtenerla, para nada me ayudó cuando un dragón cazador me quiso comer, lo tuve que derrotar con mis propias manos, mientras la espada se quedó inmóvil ensartada en el piso. 
Le dice orgulloso mientras le mostraba su puño apretado.
-Si venceros a un dragón gris con vuestras propias manos, resolveros el acertijo del guardián de las entradas y traeros con vos la espada del destino, deberos de ser un guerrero muy sabio y poderoso, cuenta una leyenda de mi pueblo que hace muchos años el poderoso Odín libró una gran batalla al retar al destino para obtenerla, y ésta casi le corta la cabeza, poco antes sus Valkirias lograron rescatarlo, sin poder evitar así la destrucción y muerte de más de la mitad de ellas, la espada no tiene punto débil y es indestructible.
-Si tiene punto débil, ese es el acertijo que tuve que descifrar para obtenerla y más que invencible me parece inservible, ya te dije que para nada me ayudó cuando me atacó el dragón, pero si tanto admiras a esta espada entonces la pongo a tus pies junto a su portador, que desde ahora se declara esclavo y súbdito de tu belleza.
-No seros tonto y poneros de pie, además no soy Reina, apenas soy Princesa y tengo dos hermanas que serán Reinas antes que yo. –le dice la chica, divertida.
-Pues si aún no eres Reina solo dime qué país quieres que conquiste para ti, escoge el más poderoso de tu mundo para que la batalla valga la pena y sepas cuanto deseo que tú seas mi reina, para convertirme en tu esclavo. –le dice con solemnidad.
-Ja, ja, ja; ¡Que divertido seros caballero vagabundo! Me pareceros agradable y me gusta platicar con vos, saberos hacedme reír y aunque de primera impresión me asustaros. 
-Ahora sé que no sos peligroso para mí, además me dio mucho gusto que no matarais a Onél, quiero mucho a ese gato y tiene mucho tiempo librándonos de nuestros enemigos, le agradezco sinceramente que no le hayáis hecho daño, créame que no se lo hubiera perdonado, ni yo, ni nadie en Mirídia.
-Ah o sea, que si no hubiera resuelto el acertijo del guardián, igual gusto te hubiera dado que mi alma saliera de mí cuerpo por la magia del acertijo y viera como tú lindo gatito lo devoraba, gracias mí adorada reina, le juro que no esperaba menos de su majestad. –le dice poniéndose de pie.
-No seáis sarcástico que ese es el trabajo de Onél, su propósito en la vida y para eso fue creado.
-Pues yo veo un propósito muy malo en tu gatito, ya que no te deja más que de 2 sopas y las 2 eran de jodeos, y tenía que escoger una.
-¡Ja, ja, ja! En verdad que no sé qué es jodeos pero si vos lo deciros suena divertido, y tampoco sé cómo pudo resolver el acertijo y ya veo que no sos tan inteligente como parecéis, él le menciona 2 opciones, pero en realidad son 3 y la otra es la más fácil y con la que más seres se han salvado, tan sólo los tontos han muerto.
-¡Ah sí! Y; ¿Podrías decirme cual era la tercera opción? –Preguntó inquisitivo.
-¡Claro tonto! –exclamó Raíza sonriendo divertida. -La tercera opción es:… Pero antes tendréis que decirme la respuesta del acertijo que le puso, quisiera saber cuál fue. 
-¡Claro, mi Reina! La respuesta al acertijo fue: ¡Un mapa!
-¿Qué, me está diciendo que resolvió el acertijo del mapa? ¡Entonces sí que sos inteligente! Lo parecéis eh, por eso Onél os dio ése que es uno de los más difíciles.
Ahora bien. –le dice la chica retomando el tema. -Ahora os diré la tercera opción, la tercera opción era que no tomara ninguna, recuerde que le dijo que la única manera de pasar era derrotándolo y que solo existían dos maneras de derrotarlo, la primera, la segunda y la tercera era que no escogiera opción alguna, simplemente se hubiera regresado por donde vino, sin intentar pasar y Onél no le hubiera perseguido.
Levantando una ceja y haciendo un gesto de desconcierto Yurik le dijo:
-Tienes razón, me concentré tanto en lo que me dijo que no puse atención a lo que no me dijo, pero igual, aunque lo hubiera sabido no me iba a regresar, nunca lo hago, tendría que pasar vivo o muerto, ahora dime mi bella reina; ¿En dónde estoy y hacia donde podría dirigirme?
-Pues verá… Este es el bosque de pinares de Eoz y saliendo de aquí se encuentra el Valle de Mirídia, la tierra de mi gente, los elementales del aire y las chicas que vio conmigo hace rato son mis hermanas, por cierto escapamos porque nos asustó, nunca habíamos visto a alguien vestido como vos, que ropas tan bonitas y raras, ande dígame; ¿De dónde sos vos?
-Uff linda tengo que decirte que ni idea tengo de eso, llegué hace unas noches, estuve a punto de morir en un desierto. 
-Crucé un bosque silencioso, una pradera en donde encontré la espada que casi me corta en rebanadas, pelee con un dragón por ayudar a un caballo negro, casi me come un león blanco con alas, te veo a ti y tus hermanas en el claro del bosque y vengo aquí tratando de encontrarte, es todo lo que puedo recordar. –le dice rascándose la cabeza para ayudarse a recordar.
-¿A mi vinisteis a buscarme? Debe de ser muy importante lo que os trajo a mí para que hayáis hecho todas esas cosas tan solo para verme. –le dice la chica acercándose un poco.
-Pues sí, su majestad, he venido a buscarte para que repares un daño que me hiciste. –le dice nerviosamente.
-¡Yooo! –exclamó asombrada la chica de tez trigueña. -Si a vos no conozco ni nunca os he visto; ¿Cómo es que pude haceros algún daño?
-¡Claro que sí! Al verte pasó algo que hizo que mi corazón diera varias vueltas en mi pecho y al caer como que cayó al revés, y no he podido acomodarlo, por eso vine a buscarte para que me lo acomodes en su lugar, ayudándome a calmar así el dolor que dejaste en mi corazón cuando desapareciste. –le dice con voz compungida.
Y Asombrada por tan singular manera de decir las cosas; Raiza sólo atinó a preguntar.
-¿Y cómo lindo caballero; cómo puedo repararos el daño que sin querer os he hecho?
-Tan sólo tocando mí pecho.
-Que es donde se encuentra alojado mi corazón mi bella Reina, el más leve roce de tus manos, será como una caricia divina que sanará mi herida y le dará felicidad a mi vida.
Le dice volviendo a colocar una rodilla en el suelo a un paso de ella, quien se acercó al fin a aquél arrodillado caballero, y tomándolo por un hombro le indicó que se pusiera de pie, con su mano tocó su pecho; Yurik lo sintió como si fuera una caricia del viento y la miró agradeciendo con una completa sonrisa.
-¿Qué es esto que siento en su pecho lindo caballero? Como una carga de energía, como si un relámpago se alojara en él y fuera a estallar de repente, causándome un estremecimiento al tocaros y estar cerca de vos.
-Eso que sientes en mi pecho mi querida princesa de Mirídia es amor, el amor de un hombre, algo que dormía en mi corazón y que tú despertaste con tus risas, amor encerrado que dejaste escapar y atrapaste con tu belleza, amor que ya no supo qué hacer cuando te desapareciste pensando que no te volvería a ver.
-¿El amor de un hombre me dice? ¡Qué extraño se siente y que lindo! Siento algo que me hace sentir bonito, como si nevara en mis orejas, como si lloviera en mi cabello, como si siempre lo hubiera conocido, dígame lindo caballero, hábleme más de este sentimiento, descríbamelo como es y como lo siente.
Y Yurik, apartándose un poco, con el Sol acariciando apenas su nido en el poniente, sacó la armónica del overol y se dispuso a armonizar una canción.
El amor es un susurro.
El amor es un susurro
Un susurro del viento en tu ventana
Caballero que profana.
La soledad de tu cama.
Un aliento que entibia tu frente
Unos ojos que se quieren mirar
Unas manos que se acarician suavemente
Un murmullo, gemidos en la oscuridad.
Gemidos
Que se vuelven voces
Voces
Que se vuelven palabras
Palabras de amor = besos interrumpidos.
Tus cabellos, acariciando mi cuello
Mis manos, atrapando tu cintura
Tus ojos, mirándome con ternura.
Anhelando, que al menos esta noche.
Lo que sentimos
No sea tan sólo un sueño.
El amor es un susurro
Un grito en la oscuridad.
Tú y yo, luchando por ser solo uno
Tú y yo, venciendo a la soledad.
Al terminar de recitar las palabras, que de algún lado llegaban a su mente, cerró los ojos y la armónica resbaló de sus dedos temblorosos; Raiza apenas rozó su frente con sus dedos y se desvaneció en el aire.
Yurik abrió los ojos cuando ya estaba todo oscuro sin saber cuánto tiempo había transcurrido, encendió su celular para ayudarse a encontrar el camino y sentado, al amparo de un pino y una piedra, se quedó dormido.