Capítulo 66
1020palabras
2022-12-26 00:01
El punto de vista de Tyler.
"Ha pasado una semana desde la última vez que vi a Stella...", dijo Justin mientras masticaba sus papas fritas. Ambos estábamos sentados en una banca a la sombra de un gran árbol.
Me encogí de hombros sin decir nada al respecto y continué leyendo el libro de Química. También ha pasado una semana desde que tuve s*xo con Red. No podía sacármela de la cabeza por más de que lo intentaba. Sus ojos, sus labios, sus caricias, sus palabras. Ella era lo único en lo que pensaba en los últimos días. No era capaz de detenerme.
Pero tampoco pude encontrarla. Era demasiada coincidencia que dos mujeres importantes en mi vida desaparecieran al mismo tiempo.
"¿Me escuchaste?", preguntó Justin sacándome de mis pensamientos.
"¿Decías?". Abrí y cerré los ojos un par de veces para ver si eso me ayudaba a volver a la realidad.
"Te pregunté si extrañabas a Stella", repitió frustrado.
"¿Por qué lo haría?", contesté encogiéndome de hombros. Al final decidí cerrar el libro que estaba leyendo porque Justin me distraía demasiado. No podía concentrarme en el tema que estaba estudiando.
Me incliné para tomar algunas de sus papas fritas. A decir verdad, sí la extrañaba. No sé por qué, pero era como si mi día no estuviera completo si no la veía. O si no hablaba con ella.
"Porque ella ha sido parte de tu rutina diaria y ahora ha desaparecido de repente. Además, ¿no quieres que sepa que ahora te va muy bien en tus calificaciones?", explicó y luego chupó los restos de queso de su pulgar. ¡Qué asco! "¡Ella debe estar orgullosa de ti!", continuó.
Puse los ojos en blanco al escucharlo y sonreí. "Lo sé. Ella hizo todo lo posible para que yo aprendiera y lamento no haberla escuchado antes". Deseaba que Stella estuviera aquí para poder compartir las buenas noticias con ella. Que he vuelto a jugar y que mis notas están mejorando.
"¿Sabes dónde pudo haber ido?".
"No tengo ni idea", contesté mientras ponía el libro dentro de mi mochila. "Tal vez está enferma, o de repente se transfirió de escuela".
"No creo que se haya transferido de escuela. Ella es becada aquí". Las palabras de Justin me hicieron reflexionar.
¿Adónde pudo haber ido? Traté de preguntarle a Debra por ella, pero solo me ignoró como si no me hubiese visto. Ayer vi a Vince, pero estaba ocupado con sus actividades de educación física, así que no encontré tiempo para hablar con él.
También fui a su casa, para revisar si estaba en su habitación del sótano, pero no vi nada. Todo estaba limpio como si no se hubiera quedado allí por mucho tiempo.
¿Qué pasó contigo, Stella? ¿Por qué desapareciste así como así?
El Sr. Clark y Cris también me preguntaron por ella y no sabía cómo responderles porque en verdad no sabía dónde podía haber ido.
De repente, un jadeante Kevin apareció frente a nosotros. Su rubio cabello ni siquiera se movió con el viento. "¡Tyler".
Enseguida, todos los estudiantes que estaban sentados en el césped se detuvieron para mirarlo y luego a mí. ¿Qué demonios estaba pasando?
"Tu… ¡Tu auto!", exclamó y luego se quedó sin aliento.
¿Mi auto? Volteé para mirar a Justin. Esta mañana yo conduje el de mi papá, pero no lo estacioné en el aparcamiento. Lo dejé a una o dos cuadras de distancia.
Mi amigo y yo nos levantamos y nos dirigimos corriendo donde estaba el vehículo sin perder tiempo. Sin embargo, en cuanto llegué estuve a punto de gritar de la ira.
El auto tenía pintado con spray de color rojo la palabra 'Imbécil' en todo el capó negro. ¡Mi papá me va a matar! ¡Maldita sea!
"¿Qué c*rajo?", Justin susurró en voz baja.
Sentía que no podía respirar ni pensar. Caminé hacia la parte de atrás y pude ver la palabra 'Idiota' también pintada con aerosol varias veces. ¡M*erda!
"¡Estoy j*dido!", me quejé mientras me pasaba las manos por la cara. ¡Mi papá me va a matar!
"Mira, no es tan malo", Justin trató de razonar.
"¡¿No es tan malo?!", exclamé. "Tengo 'Imbécil' e 'Idiota' pintados con aerosol en mi auto... en el auto de mi papá. ¡Estoy muerto!".
Mi amigo no respondió y frunció el ceño. Sabía que yo tenía razón: estaba j*dido.
"¿Sabes quién pudo haberlo hecho?", preguntó.
Por supuesto que sabía. No había duda de quién lo había hecho. Fue Jake Adams, la pareja de Maxine en el baile. Su nuevo novio.
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Estaba agradecido de que papá tuviera una reunión de negocios fuera de la ciudad y que solo mamá viera lo que había pasado con el auto. Pero ella no solo me regañó, también me ordenó que quitara la pintura.
¡Más fuerte, más fuerte, más fuerte!
¡Más rápido, más rápido, más rápido!
"¡Demonios, no sale!", exclamé y luego lancé la esponja de vuelta al balde con frustración.
"¡No! Creo que está resultando", dijo mamá con una sonrisa. Sabía que estaba mintiendo para mi beneficio.
Ahora me encontraba en el garaje, sacando las pintas de aerosol del auto; bueno, tratando de hacerlo, pero sin éxito alguno. De pronto entró ella, sosteniendo una bandeja con un jugo de naranja y un sándwich de atún.
"¡He estado haciendo esto por horas! Apenas he podido quitar solo un poco de la pintura", me quejé.
"No seas tan negativo, hijo. Verás que funcionará", dijo mamá mientras colocaba la bandeja en la mesa de la esquina.
Había echado toneladas de jabones para crear, en palabras de Justin, "el mejor jabón". También conseguí varias esponjas y cubos de agua, incluso una maldita fregona, para tratar de limpiar esta m*erda. Y aún así no estaba funcionando.
"Mamá, ¡me doy por vencido!", solté un suspiro y me sequé el sudor de la frente. "¿Por qué no me das dinero para llevarlo a que lo vuelvan a pintar?".
"No, tienes que hacer lo posible para lograrlo por ti mismo", contestó y comenzó a caminar de regreso.
"Pero, mamá...", me quejé. Pero ella me ignoró y continuó dejándome con el desastre que ese maldito de Jake había hecho. ¡M*erda!