Capítulo 67
1119palabras
2022-12-27 00:01

El punto de vista de Tyler.
'¡Ojalá quemar gente viva fuera legal! Así, quemaría vivo al idiota Jake', pensé para mí mismo.

Me quité la camisa por la cabeza para luego tirarla al suelo. Agarré la esponja y continué fregando el capó con más fuerza y más rápido que antes.
"¿Necesitas ayuda?", escuché una voz detrás de mí. No necesité voltearme para reconocer quién era.
Me puse de pie y golpeé el cepillo en el balde, creando de casualidad una gran salpicadura de agua. Me recosté en el capó y me pasé una mano mojada por el pelo mientras lo miraba. "¡Llegas tarde!", exclamé.
"Amber me pidió que le llevara mis notas de Historia a su casa", explicó al mismo tiempo que se encogía de hombros, ignorando mis quejas por completo. Luego se dirigió a la mesa y cogió el sándwich de atún. Mi sándwich.
"¡Oye! Ni siquiera has empezado a trabajar", protesté para luego arrebatarle el sándwich de la mano.
"¡Pero necesito energía para trabajar!", reclamó haciendo un puchero.

Él no se veía lindo en absoluto. Incluso me sentí avergonzado al verlo hacer ese gesto.
"¿Acaso perdiste toda tu energía con Amber?", bromeé. Luego solté una carcajada, y me comí todo el sándwich.
"¡Claro que no! Necesito energía para ayudarte a limpiar tu auto. Además, esta mañana no desayuné".
"Claro que comiste algo". Lancé otra broma y de inmediato Justin se sonrojó. ¡Lo sabía! De pronto, el silencio envolvió el ambiente mientras lo veía sentarse en la silla.

"¿Cómo puedes saber que Jake haría algo como esto? ¿Cómo pudo saber que ese era tu auto?".
"Probablemente espiándome", murmuré. De inmediato, algo me preocupó. "Espera, y si él sabe acerca de...".
"No", Justin me interrumpió. Y luego se puso a beber mi jugo de naranja. "Estaban en la competencia cuando Stella te daba clases particulares. E incluso si lo supiera, ella ya se ha ido".
Solté un suspiro de alivio. No quería que nadie sepa que Stella era quien me estuvo enseñando, en especial aquellos que la intimidaron. Quería protegerla de todos, porque sabía que volvería en cualquier momento.
No sé por qué, pero sentía que esta vez deseaba defenderla. Su ausencia me hacía echarla de menos. También, extrañaba los besos que compartíamos cada vez que iba a su casa. Pero, de pronto, una hermosa chica con cabello rojo vino a mi mente.
Bueno, para Red, esta había sido una aventura de una noche, así que esperaba no volver a verla. Tal vez solo estaba buscando a alguien con quien divertirse. Aunque incluso eso era extraño, ya que ella había sido virgen hasta esa noche. Estaba un poco confundido, porque me sentía dividido entre dos mujeres y no sabía a quién iba a elegir.
Aunque prefiero escoger a Stella, ella es más real que Red, de quien no sé nada. Y, para ser sincero, no quiero arriesgarme a que me lastimen el corazón otra vez. Al menos a ella la puedo encontrar con facilidad, porque sabía dónde vivía, a diferencia de la chica del cabello rojo. Es una nerd, pero eso no me importa. Creo que tengo sentimientos por ella.
"Lo que no entiendo es por qué Maxine dejaría que Jake hiciera esto. ¿Con qué motivo?".
"Tal vez él percibió que ella todavía me ama", respondí. Suspiré cuando me sacó de mis pensamientos.
"Pero, ¿también la amas?", preguntó Justin.
"No, ya no", contesté. Pero sentí un ligero pellizco en el corazón cuando dije eso.
Me sentí como un idiota por haber tenido sentimientos por ella, pero luego recordé nuestro tiempo juntos. Claro, estuvimos de forma intermitente, pero eso no significaba que no fuéramos amigos durante ese periodo.
Incluso cuando nos dábamos un tiempo y la necesitaba, ella estaba allí para mí, sin dudarlo. Se convirtió en más que una novia o una amiga, a veces era un salvavidas para mí.
Pero ahora todo había cambiado desde que me engañó. Y yo ya no podía aceptarla porque mi orgullo era más fuerte que nuestro pasado. Además, había otras dos mujeres que me quitaban el sueño: Stella y Red. Ambas me hicieron olvidar a Maxine. Bueno, Stella lo hizo.
Sin embargo, no sabía adónde se había ido. Tengo que buscarla en cuanto mi problema con Maxine y Jake se solucione.
"Oye…", dijo Justin tocando mi hombro. "Mi papá conoce a un tipo en el taller de automóviles que puede limpiar esto en poco tiempo".
Esa era una buena idea, pero yo todavía no recibía mi mesada. "Sí, pero probablemente cueste...".
"Por eso no te preocupes", mi amigo desestimó mi argumento. "Es tu cumpleaños la próxima semana, considera este mi regalo anticipado".
"¡Increíble! ¡No puedo creer que Justin Miller me esté dando un regalo de cumpleaños por adelantado! ¿Qué bicho te picó?", bromeé con una sonrisa. "Pero esto es demasiado...".
"¡Nada es demasiado para mi mejor amigo!".
Le revolví el cabello con la mano antes de agarrar el balde y verter el agua con el "mejor jabón" sobre él. "¡Gracias!".
"¿Qué diablos?", protestó y no pude evitar reírme cuando comenzó a perseguirme.
"¡Ya no necesito el agua con el mejor jabón! ¡No sirve!". Seguí riendo mientras corría alrededor del auto.
De pronto, se quitó la camisa mojada y me la arrojó con severidad, pero fui lo bastante rápido como para esquivarla. Después, agarró el otro cubo con agua y me persiguió de nuevo, tratando con todas sus fuerzas de vengarse de mí.
Esto era lo que me gustaba de Justin: él nunca dejaba de sorprenderme. Siempre estaría allí para brindarme su ayuda cada vez que la necesitara. Estaba tan agradecido de que él fuera mi mejor amigo. Jamás lo cambiaría por otro. Es una promesa.
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Cuando Justin se fue, me tomé mi tiempo para limpiar el desorden que habíamos hecho en el garaje. En cuanto entré a casa, me dirigí a mi habitación para darme un baño.
Ya dentro, me quité los pantalones junto con mis bóxers y de inmediato me metí debajo de la ducha, dejando que el agua fría corriera por todo mi cuerpo. Estaba por terminar, cuando escuché un golpe en la puerta de mi baño.
"¡Tyler…!", exclamó mi mamá. El tono de su voz demostraba pánico.
"¿Qué?", pregunté irritado. No entendía por qué quería interrumpir mi ducha, y por qué se le escuchaba así. ¿Había pasado algo?
"Termina rápido", su voz ahora temblaba como si estuviera a punto de llorar. "Jenny... ella...".
"¿Ella qué?".
"¡Ella está en peligro! ¡Tenemos que ir al hospital ahora mismo!", exclamó. Y luego de decir eso, escuché sus pasos salir de mi habitación a toda prisa.
Al principio me quedé atónito. Estaba tratando de entender lo que mamá acababa de decirme. ¿Mi hermana estaba en peligro? Jenny... ¡M*erda!