Capítulo 62
1220palabras
2022-12-22 00:01
El punto de vista de Cheol.
Caminé de un lado a otro en la sala de estar mientras Amy, que estaba sentada en el sofá moviendo las rodillas hacia arriba y abajo, me contaba toda la historia.
Nunca antes en mi vida me había sentido tan ansioso y enojado al mismo tiempo. ¿Por qué Lucy pegaría a su hijastra de esa manera? Era la propia carne y sangre de su marido.

"Le pegaron el día que usted se fue". La voz de Amy se quebró y la expresión de su mirada solo reflejaba preocupación. "Ella me rogó que no le dijera a nadie".
"¡Te estamos pagando para que hagas tu trabajo! ¿Por qué no nos dijiste lo que estaba ocurriendo?".
Ella suspiró y explicó: "Lo sé, espero me perdonen. Pero tenía obedecer a Stella. Ella confió en mí y no quería romper la promesa que le hice".
"¡Pero acabas de romper tu promesa conmigo y con papá!", respondí con voz áspera.
"Stella es más importante para mí que cualquier otra persona en este momento, señor. Es una niña muy preciosa", susurró. "Puedo devolverle mi salario si desea. Lo siento, señor, pero tengo que...".
"Cheol", gritó el Dr. Kim desde lo alto de las escaleras, interrumpiendo a Amy. "Terminé de examinar a tu amiga...".

"Stella", respondí mientras lo veía bajar las escaleras.
"Stella todavía está inconsciente, pero no creo que tenga una conmoción cerebral importante. Me parece que está demasiado agotada". Se detuvo frente a mí y continuó: "Tiene múltiples costillas fracturadas, contusiones y moretones en los brazos. También cosí una herida en la parte posterior de su cabeza".
Antes de proseguir, soltó un suspiro. "En cuanto a la estrangulación, su tráquea no parece estar demasiado afectada, aunque da la impresión de que le cuesta un poco respirar, pero no es nada preocupante. Lo más probable es que también le duela la garganta".
Al escuchar la explicación del médico apreté la mandíbula y pasé los dedos por mi cabello. En el fondo, podía escuchar a Amy sollozando en silencio detrás de mí.

"Me gustaría tomarle unas radiografías también. La llamaré cuando esté despierta para realizar una evaluación adecuada y verificar si hay daño cerebral. Le he recetado analgésicos y antiinflamatorios para sus heridas".
Antes de seguir, el Dr. Kim me miró, y vaciló un poco antes de hablar. "Perdóname, pero tengo algo que preguntar... ¿Alguna vez has golpeado o abusado de tu amiga?".
Fruncí el ceño al escuchar sus palabras. Mis puños morían por golpear su hermoso rostro, pero me controlé. Entiendo que al ser médico, parte de su trabajo es hacer preguntas como esa. Tal vez solo quería averiguar o saber algo.
"No. Nunca la lastimaría", contesté sin dudarlo.
Me miró por un momento cuidadosamente antes de asentir. "Hago la pregunta porque hay claros signos de abuso previo".
Eso solo hizo que me doliera el pecho. Miré a Amy, quien de inmediato agachó la cabeza. Sabía que esta no era la primera vez que golpeaban a Stella, que Lucy la lastimaba.
"Encontré muchos moretones antiguos en diferentes etapas de curación. La mayoría ubicados en su abdomen y muslos, para que sean fáciles de esconder". Podía escuchar la ira en su tono de voz. "Ya tenía las costillas rotas y creo que se pueden haber desplazado. Sus pulmones parecen estar bien, pero debemos tener cuidado".
Solo pude asentir con la cabeza.
"Alguien… eh…". No sabía cómo formular la pregunta. "Yo vi sangre en ella…". ¿Cómo podría decirlo?
Para mi buena suerte, el médico era tan inteligente que entendió lo que estaba tratando de preguntar.
"No sé. Ella es la única que podría responder eso. Su h*men estaba dañado, pero no había señales de que la hayan obligado a realizar actividades s*xuales. Creo que ella lo hizo por voluntad propia". 
Cuando escuché sus últimas palabras sentí que mi respiración se detuvo por un momento. ¿Ella tenía novio?
"Esta chica es una luchadora, pero habrá mucho trauma emocional que tendrá que superar. Llámame si hay algún cambio. Y de verdad espero que quien le haya hecho esto sea enviado a la cárcel", dijo el Dr. Kim mientras me palmeaba el hombro. 
Yo también deseaba lo mismo. "Gracias, Dr. Kim", contesté.
El joven médico asintió y, antes de irse, nos dejó la receta y algunos analgésicos.
De inmediato, saqué mi teléfono para marcar el número de Daniel, nuestro investigador privado. Mis dedos se movieron con más agresividad que de costumbre. Escuché a Amy subir deprisa las escaleras casi tropezándose con los peldaños. Probablemente iba a ver cómo estaba Stella.
"Hola, Cheol, ¿qué pasa?", escuché la voz de Daniel al otro lado de la línea. "¿Puedo ayudarte?".
"Necesito que vengas ahora mismo, Daniel. Una amiga fue atacada terriblemente", afirmé.
"¿Quién?".
"Te lo diré cuando llegues aquí".
"Está bien, iré en un minuto", contestó luego de soltar un suspiro.
En cuanto papá ingresó por la puerta principal, colgué la llamada y le pregunté: "Papá, ¿fuiste tú quien recogió a Stella y Amy de su casa?". 
Se veía exhausto mientras se aflojaba la corbata. "Sí. ¿Qué sucedió?", contestó.
"¿Sabías que ella estaba herida?", cuestioné mientras fruncía el ceño.
"Sí, pero se veía bien esta mañana. Cuando Amy me llamó, conduje de inmediato hasta allá con Jim", respondió para luego desplomarse en el sofá. 
"¡Papá, la golpearon! Es posible que no hayas visto su rostro porque todavía estaba oscuro cuando la buscaste", dije en tono áspero y lo vi ponerse rígido.
"¿Cómo está ella?", preguntó con preocupación. "No puedo creer que Lucy le haya hecho eso. ¡Qué mujer tan malvada!".
"Dr. Kim ya la examinó. Y Daniel vendrá para ayudarnos a investigar qué es lo que está pasando de verdad en esa casa".
"Qué bueno. No te preocupes, ya presenté la solicitud de terminación de contrato de Lucy en el departamento de Recursos Humanos. Ella será despedida".
"Que sea rápido, papá".
"Por supuesto. Dime, ¿qué vas a hacer ahora?".
"Tengo que resolver esto de alguna manera. Y desde luego que mantendré a Stella a salvo", dije con determinación.
"Parece que Amy sabe algo. Deberíamos preguntarle sobre esto", sugirió papá.
Negué con la cabeza. "Ella también está sufriendo con todo lo sucedido. Creo que ha aprendido a cuidar a Stella incluso en el poco tiempo que la conoce. Ella la quiere".
"Sí. Yo también me he percatado de ello", papá asintió. "Es mejor dejarla fuera de esto. Esperemos a que Daniel investigue y nos comente qué es lo que encontró".
Me dirigí hacia mi habitación, y en cuanto abrí la puerta pude ver a Amy, que estaba tarareando una canción al mismo tiempo que acariciaba el rojo cabello de Stella.
"Solía cantarle esta canción a mi hija cuando era pequeña", dijo mientras sonreía con tristeza. "No puedo recordar la letra".
"¿Tienes una hija?", le pregunté.
Ella asintió con la cabeza y después se secó las lágrimas. "Pero la perdí, su papá me la quitó", contestó y pude escuchar unos sollozos. "Lamento no haberla protegido", continuó. Esta vez hablaba de Stella.
"No es tu culpa, Amy", traté de consolarla y sonreí con tristeza. "Lamento haberte gritado antes. Estaba enojado y frustrado".
"No se preocupe, lo entiendo. Si hubiera visto a alguien querido ser lastimado de esa manera, yo también habría reaccionado igual".
Sus palabras me hicieron fruncir el ceño. ¿Alguien querido? Yo no la quiero, solo me preocupo por ella.