Capítulo 83
678palabras
2022-12-01 00:01
La miré fijo; quizá en forma inconsciente buscaba similitudes entre nosotras. Entonces, ¿significa eso que Robert era mi... y ella todavía estaba viva? Matteo me había dicho entonces que él la había matado.
"No. Él no es tu padre, y ella ya no está entre nosotros", expresó en voz alta, como si pudiera leer mis pensamientos. 
Esperé a que continuara:

"Ella era la amante de Robert en ese entonces; recuerdo que siempre tenían peleas. Todas las noches tapaba mis oídos por los gritos; luego, una mañana, me desperté y ella ya no estaba". Ella hizo una breve pausa, su mirada distante como perdida en esos recuerdos pasados. 
¿La había matado Robert? 
¡No! Respondí mi propia pregunta, pues era obvio: si él lo hubiera hecho, ella no me habría dado a luz.
"Durante algún tiempo, pensé que él la había matado esa noche, luego descubrí que ella se había escapado", comentó despacio. Podía sentir la amargura y el ligero rastro de tristeza en su voz.
¿Cómo podía dejar a su pequeña hija con un padre abusivo y huir? No sabía nada más sobre ella, pero saber que había abandonado a su hija con semejante bestia me hizo sentir aversión y una punzada de ira.
"Ella se había escapado con Matteo; Robert pensaba que él estaba muerto, que McAndrew lo había matado. Sin embargo, de alguna manera él había sobrevivido, aunque no fue mejor con ella, mucho peor incluso", continuó relatando Melissa. 

¿Entonces Matteo en verdad la había matado tal como él me había confesado?
"Solo sabía que había dado a luz a otro bebé, eso era todo. Luego te vi el otro día... Sabía que Robert también te reconoció y tal vez eso hizo que de pronto extrañara a su antigua amante". 
El significado detrás de sus palabras hizo que mi piel se erizara.
"Al principio solo quería hablar contigo, me gustaba mucho tu hijita, era como un recordatorio de todas las cosas que podrían haber sido si... Cuando me enteré del plan de Robert, supe que tenía que salvarte. No obstante, no contaba con que él organizara su plan mucho antes de lo que anticipé". 

Mi cerebro hacía todo lo posible para absorber toda esa información, fue difícil digerir esa nueva revelación.
"¿Por qué nunca lo dejaste como lo hizo tu mamá?", pregunté en voz baja, después de un rato.
"No tenía a nadie más, él seguía siendo mi padre", contestó ella. 
Mi mente se desvió a sus palabras antes de darme el teléfono.
"¿Qué te hizo cambiar de opinión?", insistí.
"Lo odiaba... lo odiaba tanto, aunque en mi mente sabía que todavía era mi padre. Supongo que tus palabras anteriores me dieron el empujón que necesitaba. Quería sobrevivir. Tarde o temprano, de seguro me habría matado", confesó ella.
Se me hizo un nudo en la garganta; había encontrado una hermana y yo no sabía cómo reaccionar. 
No podía solo abrazarla como a un miembro perdido de la familia, pues incluso ella se iba a asustar. Ambas habíamos sido víctimas de las circunstancias, aunque de alguna manera habíamos logrado sobrevivir.
Como Robert y Matteo se habían distanciado, en especial, como "mi madre" se había escapado con él, se sentía raro referirse a una persona con ese extraño vínculo. 
Luego, hacía seis años, cuando Matteo me había secuestrado, seguro no había sido por orden de Robert. 
Su rastro había sido descubierto por Sebastian y Hayden; él solo buscaba una salida y decidió usarme. 
Salí de mis pensamientos cuando me di cuenta de que ella me hablaba:
"No tienes que sentirte obligada ni agobiada por nada; debemos volver a nuestras vidas", sugirió. De todos modos, obligación era lo último que yo sentía; en verdad, quería conocerla... como amiga, o tal vez como familiar.
"No me siento obligada, tengo muchas ganas de conocerte, ¿por qué no vamos tomando todo de a poco? Lo lograremos, estoy segura", propuse. 
Una sonrisa mínima se formó en sus labios y otra en los míos. Un sonido en la puerta captó mi atención; según parecía, la paciencia de Hayden por fin se había acabado.
*
*