Capítulo 61
1040palabras
2022-11-19 00:01
GRACIE
"¿Y qué sucede si eso no es lo que quiero y lo que siempre quise fue a ti completa... Que me necesites tanto como yo te necesito a ti, no tener que obligarte a que te quedes, que lo que más deseo en el mundo es tu amor. ¿Me darás eso, entonces? Ambos tendremos lo que queremos, ¿aún así me ayudarías?".
La oscuridad de su mirada hizo que mi cuerpo se tensara un poco.

Sus ojos eran tan oscuros que casi no se podía ver parte del iris. ¿Era necesidad, desesperación y miedo?
Los dos éramos iguales...
Por mucho que me hubiera lastimado, seguía necesitándolo. Quizás en algún momento me volví adicta a él también, pero una parte bien profunda en mí sentía miedo de que su lado oscuro nos quemara a ambos... Quizás no intencionalmente, pero aún así...
Pero había llegado hasta aquí, ya no había regreso para mí. Solo podía profundizar más y más y ver adónde me llevaba.
Levanté una mano para tomarlo de la barbilla.
"Te daré lo que quieres, lo haré. Te amaré, Hayden".

Su mirada ardía de... dolor.
"¡No hagas eso!", dijo agarrándome con firmeza de los hombros.
"No hay nada más que pueda hacer... Todo el dolor y todo el odio se han ido. Lo único que me queda para dar es amor y por eso voy a necesitarte... Te amo".
Un sonido estrangulado escapó de su garganta y su respiración salía en fuertes jadeos. Era la primera vez luego de esa noche de hace seis años en el hospital.

Y lentamente, bajó su barbilla.
"¿Por qué haces esto? Yo no..., yo no sé, tengo miedo de lastimarte... No quiero que me odies, ¡pero no puedo controlar mis emociones contigo!". La tensión de sus palabras reflejaba sus inseguridades como también lo transparentaba su mirada.
Aunque entre lágrimas, mis labios formaron una pequeña sonrisa.
"No harás eso. Todavía tengo esperanza, no me lastimarás. Veo esa mirada en tus ojos cada vez que me recuerdas a nuestra hija. Sé que todavía tienes sentimientos..., podemos hacerlo".
Me puse en puntas de pie para pasar mis labios por su barbilla y saborear sus lágrimas saladas. Me quedé un momento con los ojos bien cerrados y cerca suyo, e inhalé su aroma almizclado familiar.
Sus brazos me rodearon con firmeza, tanto que me fue difícil respirar. Pero necesitaba esa cercanía, su masculinidad familiar, la sensación de sus brazos alrededor mío mientras los dos nos dejábamos llevar por nuestras emociones. Fue como si una fuerte ola de aire hubiese entrado a mis pulmones ardientes.
"Gracias", su voz salió tan suave que casi no la escuché.
Él era mi oscuridad, pero dentro de él, podía ver un destello de luz. Sentía como si estuviera flotando en un mar de nubes; quizás así se sentía ser libre.
Todas esas emociones reprimidas por tantos años habían finalmente sido liberadas.
*
*
HAYDEN
No sé por cuánto tiempo me quedé dentro de la habitación. Podía salir, pero no creía estar listo para enfrentarla nuevamente.
Me quedé observando el atardecer anaranjado desde la inmensa ventana, mientras el día se transformaba en noche.
No creía haber estado así de nervioso antes en mi vida, ni siquiera cuando había matado por primera vez.
¿Por qué tenía que ser tan diferente de todo y de todas las personas que alguna vez conocí? Todo el mundo se aprovechaba de su bondad y de su deseo por seguir adelante. Y yo me incluía principalmente.
Las observé a las dos por un rato, antes de retirar mi mirada. Era bastante doloroso observar el hecho obvio de que habrían sido muy felices sin mí.
Hazel siempre tendría una madre que la amara. ¿Y Gracie? Ella sería libre y nada arruinaría su vida.
¿Por dónde empiezo?
Ella me había dado una oportunidad y estaba dispuesta a darme todo lo que tanto deseaba. Solo me pedía que le diera un poco de libertad y la oportunidad de ser feliz. Entonces, volví a sentir que el miedo me comía por dentro lentamente. ¿Y si lo arruinaba todo y la decepcionaba?
No era que su felicidad no me había importado antes, pero siempre me las había arreglado para reprimirme, cada vez. Sin embargo hoy, ya no podía dejarla pasar; no quería que nada de lo que ella quisiera quedara de lado.
Quería darle todo.
De pronto, sentí un leve tironeo en mis pantalones y, cuando miré hacia abajo, vi que Hazel me había estado hablando mientras yo estaba perdido en mis pensamientos. Miré a mi alrededor pero no pude encontrar a Gracie por ningún lado.
Me agaché para estar a su altura mientras ella hablaba con entusiasmo.
Gracie y yo ya estábamos conectados de una forma muy fuerte y profunda.
El vínculo que te da un hijo.
¿Cómo pudo alguien tan arruinado como yo producir una vida tan hermosa?
Era la cosa más preciosa que había visto en mi vida.
"Tío Hayden, ¿podemos ir a tomar un helado? Mamá dice que no podemos porque estás muy ocupado".
Probablemente le había dicho eso porque pensó que yo le habría dicho que no.
Por cómo me sentía en ese momento, no creía poder negarle nada. A ninguna, en realidad.
"Bueno, ya no estoy ocupado, podemos...".
"¿En serio? ¿Entonces podemos ir?", interrumpió con un brillo de esperanza en su mirada.
No pude evitar dejar escapar una risa ante su entusiasmo.
¿Siempre se ponía así de feliz por cada pequeña cosa?
Extendí mis palmas y enseguida ella puso sus pequeñas manos dentro de las mías.
"Vamos a decirle a tu mamá, ¿sí?".
Ante su ansiosa inclinación de cabeza, salimos de la habitación y a mitad de camino, nos cruzamos con Gracie. Y ahí sucedió de nuevo, volví a sentir la dureza en mi pecho ante la mirada de Gracie que iba entre Hazel y yo.
"Quería jugar y tomar un helado. Me gustaría que vinieras con nosotros, ¿quieres?".
¡Mi*rda!
¿Por qué me sentía nervioso? Ni siquiera respiré mientras esperaba su respuesta.
Entonces, una sonrisa se formó lentamente en sus labios y pude ver algo..., quizás una expresión de alivio fue lo que pasó por su mirada.
"Me gustaría, me apuraré y me cambiaré de ropa".
La seguí con la mirada hasta que desapareció dentro de la habitación.
****