Capítulo 57
900palabras
2022-11-17 00:01
"Por supuesto que no, mi amor. ¿Por qué estaría enojada contigo?".
Pareció satisfecha con mi respuesta porque me regaló una enorme sonrisa.
Luego de bañarla, le pasé el cepillo por el pelo. Enseguida comenzó a quedarse dormida, entonces, le puse el pijama para llevarla a la cama. Unas horas antes, él había prometido que enviaría a buscar nuestras cosas...
Estaba arropándola en la cama cuando, de pronto, sentí su presencia detrás de mí...
Se agachó para estar al nivel de la cama, le tomó una de las manos y le dio un beso suave en la frente.
"Buenos noches, princesa", susurró con suavidad.
Me sorprendía lo rápido que se había encariñado con Hazel; honestamente, no lo consideraba alguien a quien le gustaran los niños.
Y que lo hiciera me hacía sentir bien... No tendría que preocuparme por que la lastimara; que ella estuviera a salvo en su mundito, era suficiente para mí.
En ese momento, levantó la mirada para encontrar la mía, pero yo enseguida la desvié.
Y por un rato, ambos observamos a Hazel dormir.
"Ven conmigo".
Negué con la cabeza y volví mi mirada hacia Hazel; su presencia me hacía sentir que él no podría lastimarme con ella allí... Como si me volviera intocable.
Pero la orden que reflejaba su mirada me puso de pie e hizo que lo siguiera hacia afuera de la habitación.
*
*
Él se detuvo frente a la mesada para servirse un vaso de whisky. Luego, con el vaso en mano, se dirigió hacia la sala de estar. Yo lo seguí cual oveja perdida hasta que se sentó en el sofá.
Bebió un pequeño sorbo sin sacarme de encima la mirada, una que me hacía desear escapar...
¿Por qué no estaba diciendo nada? Ese eterno silencio me estaba matando...
"Hablemos sobre nosotros", dijo con voz rasposa y, antes de que pudiera darme cuenta, me había agarrado y arrastrado hacia sí para que me sentara sobre sus muslos.
Mi primer instinto fue intentar liberarme de su agarre.
"Quédate quieta", ladró con firmeza mientras comenzaba a tocarme los muslos peligrosamente...
"¿Por qué viniste el otro día? ¿Por qué viniste a mi casa, eh?".
Sentí un escalofrío junto a una ola de calor cuando sus labios se hicieron paso hacia mi cuello. Y cuando me lamió rápido, me estremecí.
"¡Te estoy haciendo una pregunta!", gruñó contra la piel de mi cuello.
"¡No quería hacerlo, no fue mi elección!", le respondí retorciéndome contra él mientras él seguía lamiéndome el cuello.
"No fue mi elección que quisieras que te encontrara... Dejaste claras evidencias", murmuró detrás de mi garganta mientras sus dedos comenzaban a hurgar más profundo entre mis piernas.
Expliqué todo lo que había ocurrido lo más rápido que pude; lo único que quería en ese momento era escapar de sus posesivas garras.
Y con una pequeña sonrisa me dijo: "Parece que alguien quería que nos volviéramos a encontrar".
Me sentí confundida porque parecía saber exactamente quién estaba detrás de todo esto... Un momento... ¿Podría haber sido Sebastian? Claramente, Ashley había usado la palabra ÉL.
Pero él me había prometido... que nunca iba a permitir que Hayden me encontrara. ¿Cómo podría haber...?
"¿Entonces por qué me dejaste que te hiciera el amor?".
Mientras hablaba, jugaba con el elástico de mi ropa interior...
"No te dejé, Hayden".
Y en un segundo, nos cambió de posición y yo me encontré de espaldas al sillón inmovilizada por su peso. Con una de sus manos, sostenía las mías sobre mi cabeza.
Un gemido pareció amenazar su mirada ardiente de deseo, y también algo más, algo que hizo que su mirada pareciera desquiciada.
"Podrías haberte escapado si realmente lo querías, y yo no me habría acordado de nada. De lo contrario, realmente querías que te encontrara".
Negué con la cabeza con mucho énfasis.
"¡No! ¡No lo hice!".
"¡Volviste a pesar del riesgo que implicaba que yo te descubriera!".
"¡Lo hice por mi familia!".
Una oscura risa escapó de su boca y su agarre aflojó un poco.
"No crees eso, o quizás sea porque anhelas mi contacto... Entonces, regresaste esperando a que yo te encontrara".
"No... ¡Eso es una mentira!".
Para ese momento, lágrimas caían por mi rostro libremente. Cuando él se inclinó para lamerlas con su lengua, cerré los ojos.
"No te acercaste a nadie... No dejaste que ese imbécil te cogiera... Debió haberlo deseado, después de todo, eres tan hermosa... Pero no se lo permitiste, porque sabías que todavía eres mía".
Entonces, comencé a llorar sin frenos. No quería escuchar aquello, escuchar sus palabras obsesivas.
"Estás equivocado, Hayden, me hiciste tanto daño que no hubiera podido darle nada a nadie aunque hubiera querido...".
Y como si hubiera sido atrapado por un recuerdo distante, algo oscuro brilló en su rostro.
"Pero tú también me arruinaste... ¡Me lastimaste tanto como yo a ti!".
Estaba equivocado. No recordaba haberle hecho nada; todo lo que siempre había querido fue mi libertad...
"Yo tampoco pude tocar a una mujer durante estos años... Solo te deseaba a ti. Solo a ti. ¿Por qué?", dijo, la última parte ya en un susurro. Su mirada recorría mis rasgos, como si fuera así a encontrar las respuestas a sus preguntas.
"Solo tú puedes lograr que toda esta oscuridad me abandone. Tendrás que tomar todo lo que yo te de... ¡Todo!", dijo en un rugido mientras estrellaba sus labios contra los míos.
***************************************
Gracias por seguirme hasta ahora, los amo a todos.