Capítulo 56
918palabras
2022-11-16 00:01
GRACIE
Le besé la frente y murmuré una oración de agradecimiento luego de revisarle las manos y los pies. Me alegró saber que se encontraba bien.
Su mirada se enfocó en algo detrás mío y su rostro se iluminó con una enorme sonrisa.
"¡Tío Hayden!".
Entonces, sentí cómo el corazón subía hasta mi garganta del pánico mientras ella corría hacia él y le envolvía las piernas con sus brazos.
Se me estrujó el estómago de desesperanza cuando la alzó en sus brazos con una sorprendente suavidad.
"Hola, princesa ¿cómo estás?".
Siempre había sido amable y tolerante con las personas, y me encantaba eso de ella. Hasta ahora..., porque solo quería protegerla. No quería que saliera lastimada de ningún modo, no solo físicamente sino también emocionalmente.
Una situación así, la de un padre junto a su hija adorable, me habría derretido el corazón. Sin embargo, no lo hacía esta situación, porque lo único que quería en ese momento era arrancársela de los brazos. Quería protegerla de cualquier posible peligro con cada fibra de mi ser.
En ese momento, su mirada oscura se encontró con la mía, una mirada desafiante, como si pudiera leerme...
Pude respirar normalmente de nuevo cuando volvió a desviar su mirada.
"Gracias, Inez, ya puedes irte. Yo me encargo a partir de ahora".
Por segunda vez noté la presencia de la mujer de mediana edad que había salido de la casa junto a Hazel.
Ella me regaló una pequeña sonrisa, pero yo no podía devolvérsela. Lo único que quería era escaparme junto a mi hija lo más lejos posible...
Con Hazel todavía en brazos, se dirigió hacia la casa con pasos grandes y yo no tuve opción más que seguirlos. Ella conversaba con él como si fueran amigos, completamente ajenos a mí.
No me engañaría a mí misma pensando en escaparnos porque no podría ir muy lejos. Durante el viaje, había notado que estábamos en un lugar bastante aislado; la casa más cercana estaba a treinta minutos en auto y, aunque lo intentara, dudaba que pudiera siquiera cruzar la entrada.
Cuando todavía estábamos afuera, no pude evitar notar cómo estaba toda la propiedad cercada con seguridad. Ni siquiera una mosca podría cruzar sin que ellos lo notaran.
*
*
La cena fue un momento muy tenso; podía sentir cómo su mirada no me abandonaba. Ni siquiera podía escuchar la interminable charla de Hazel porque su mirada no dejaba de amenazar consumirme allí mismo.
"¿Vas a regresar a casa, mami? El tío Hayden dijo que a partir de ahora vamos a vivir aquí".
Levanté la mirada hacia él, segura de que me encontraría con la suya. Antes de mirarla a Hazel, tragué saliva. No podía decirle que las dos habíamos sido prácticamente secuestradas por su padre y que yo no tenía otra opción más que quedarme allí con él...
"¿No te gusta aquí? Yo creo que es hermoso... Hay tantas habitaciones donde tú puedes jugar...".
Me regaló una sonrisa enorme que no duró mucho, como si de pronto hubiera recordado algo.
"¿Y qué pasará con el tío Shawn? ¿Él también vendrá aquí a vivir con nosotros?".
Su pregunta inocente llenó el aire de más tensión aún. Se sentía tan asfixiante que no podía respirar bien.
No supe por qué elegí esa oportunidad para volver a mirarlo, pero esta vez su mirada oscura me hizo temblar.
"No, no lo hará. Termina tu comida y deja de hacer tantas preguntas, ¿sí?".
Agradecí cuando volvió a su comida y eligió conversar con Hayden en vez de conmigo. Al menos así ayudaba a distraer su mirada.
*
*
El baño era grande y el más lindo que había visto. El techo era de vidrio y uno de los costados era un ventanal enorme. La bañera blanca era lo suficientemente grande como para que entraran cuatro personas.
"Mami, ¿de verdad eres una amiga de hace mucho tiempo del tío Hayden?".
Sus inocentes palabras me tensaron el cuerpo. Respiré profundo y me agaché para estar a su nivel y pasar mis dedos por entre su cabello que le había caído sobre su rostro.
"¿Por qué lo preguntas?", le pregunté mientras abría la canilla.
"No parece que te cayera muy bien".
Sus palabras me tomaron por sorpresa. ¿Cómo lo había notado? Siempre había sido tan sensible; rogaba que nunca llegara a ser testigo del lado oscuro de Hayden.
"¿Qué dices? Es mi amigo y por supuesto que me cae bien".
"¿En serio? A mi también me cae bien, mami. ¡Tiene mis mismos ojos!", me dijo como si me estuviera contando un gran secreto...
Sus palabras hicieron que me instinto de protección se despertara. No debía caerla bien. Ese hombre era el único suficientemente poderoso como para lastimarme...
"¿Qué te dije sobre lo de irte con extraños, Hazel? ¿Por qué no me escuchaste?".
Mi expresión se ablandó cuando noté que sus cejas se fruncían y que sus labios temblaban. No estaba enojada con ella porque sabía que no tenía la culpa... Pero me molestaba como seguía hablando sobre su tío Hayden. Se estaba apegando a él demasiado rápido y supuse que de alguna forma era mi culpa porque no teníamos amigos. Siempre habíamos sido ella y yo.
Había tenido mucho cuidado para que no me descubrieran y, fuera de Shawn, casi no nos veíamos con nadie.
Además, yo tenía veinticuatro y él todavía lograba manejarme, encogerme de miedo. Una de sus miradas era suficiente como para lograrlo. ¿Cómo podría una niña que recién había cumplido cinco años protegerse de él?
"¿Estás enojada conmigo mami?", susurró.