"Es porque nos vamos a casar, Shawn", la mentira se sintió amarga en mi boca al ver cómo su expresión de devastación crecía en su rostro.
Iba a tener que lastimarlo aún más, porque recién ahí él me soltaría...
Entonces, forcé una sonrisa y lo miré a Hayden. Sin pensarlo, le rodeé el cuello con mis brazos, me paré de puntillas y rocé mis labios con los suyos.

Vi que se sorprendía, pero enseguida sentí su necesidad... Esa que hacía que su mirada brillara de ardor, ante la cual comencé a marcar una distancia entre nosotros, pero me rodeó con firmeza por la cintura...
Entonces, me atrapó la boca en un poderoso y hambriento beso que me dejó sin aire en un segundo. Tuve que agarrarme de su brazo porque mis piernas amenazaron con doblarse.
Cuando finalmente me soltó, jadeé intentando recuperar el aliento.
No volví a verlo a Shawn. Me sentía aliviada, aunque al mismo tiempo se me estrujaba el corazón. Ya no había más esperanzas para mí... Había vuelto el diablo y me iba a llevar con él.
"Buena chica", murmuró besándome suavemente el cabello mientras salíamos caminando.
*

*
Sentí como si las piernas me fueran a ceder cuando bajamos del auto. Me dolían todos los músculos, pero al mismo tiempo no podía esperar para ver a Hazel.
Se había sentido como una eternidad hasta que él finalmente había detenido el auto en la entrada.
Observé la inmensa casa... No era una casa, era una mansión. Exactamente como la que tenían en nuestro pueblo natal.

Sin duda, tenían muchísimo dinero y propiedades en todos lados. En otro momento y en otra situación, me habría tomado el tiempo de apreciar la belleza del lugar...
Antes de que nos fuéramos de mi casa, la había mirado una última vez. No sabía si alguna vez regresaría; estaba llena de hermosos recuerdos... Y había sido forzada a dejar todo eso atrás.
Todavía podía ver la mirada triste de Shawn; había sido un gran amigo para mí desde el día que lo conocí. Y ya lo extrañaba; sabía que había notado que algo andaba mal...
Me había ayudado siempre y en cualquier situación, pero no esta vez... No creía que alguien pudiera vencer a Hayden cuando él quería conseguir algo.
No podía darle a Shawn lo que él había querido los últimos años. Y me alegré de no haberlo hecho, pero de cualquier modo, sabía que lo había lastimado. Quizás fue porque sabía que nunca podría tener una vida normal. Además, no tenía nada para dar. Él me había sacado, años atrás, todo lo que alguna vez pude darle a alguien...
"¡Mami!".
Mi corazón se estremeció ante el sonido de su voz alegre.
Venía desde la casa y una mujer mayor la seguía.
Le di un cálido y fuerte abrazo y sentí su aroma dulce de bebé.
No me di cuenta de que estaba llorando en voz alta.
No podía creer que casi la había perdido. Bueno, la había perdido, pero ahora podía verla y tenerla conmigo de nuevo.
"¿Por qué lloras, mami? ¿Estás triste?".
Sus palabras me hicieron reír a pesar de mis lágrimas. Estaba ahí, sana y salva. ¿Por qué estaría triste, entonces?
"No, mami está muy contenta; son lágrimas de felicidad, mi amor".
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