Capítulo 54
1322palabras
2022-11-14 00:01
HAYDEN.
Me tomé un momento para observar la habitación... Ese lugar en el que ella llevaba viviendo seis años. Vivía allí desde esa noche que se escapó. Luego, tuvo a mi hija... Debió haber tenido que enfrentar muchas dificultades; no era débil como ella pensaba, sino que era más fuerte que la mayoría de las mujeres.
Observar sus rasgos lentamente me llenaba el corazón. Su cabello, ahora corto y rubio, no le quedaba tan bien como largo y castaño como lo usaba antes, pero de cualquier modo, ella seguía siendo el ser más hermoso que había visto en mi vida...

También lo era nuestra hija...
Los pocos momentos que había pasado junto a ella fueron los más hermosos y tranquilos de mi vida.
Su sonrisa radiante y sus hoyuelos, los mismos que tenía su madre, habían plantado la semilla de un sentimiento muy fuerte dentro mío.
Quería protegerlas a ambas.
Me había seguido con tanta confianza cuando le dije que iba a ir a buscar a su madre. Y no estaba mintiendo en realidad.
La quería a ella y a su madre. No podía decir que mis intenciones con su madre eran puras, bastante lejos, de hecho. Además, todavía teníamos muchas cosas por las que ponernos al día.

Si hubo algo que aprendí toda mi vida de mi padre es que la familia es siempre lo más importante de todo y que siempre es prioridad.
Y las familias siempre están juntas.
Nunca había pensado en tener una... Ni siquiera una maldita vez había pensado en eso, pero ahora, mirándola a Gracie, la idea no era tan mala como había pensado. Maldición, las quería a las dos con cada fibra de mi ser. Las tendría. Entonces, noté que ella había comenzado a arrastrarse fuera de la cama... Definitivamente a ella no le gustaría la idea, pero yo no le iba a dar una opción. Yo había jugado todas mis cartas y ella... Ella no tenía nada.
Nunca abandonaría a su hija; se había puesto como una fiera cuando me preguntó dónde estaba, como si no pudiera vivir sin ella... Ese era un punto y yo era lo suficientemente egoísta como para utilizarlo a mi favor. Tampoco me costaría si necesitaba cargarla sobre mis hombros.

"Empaca una maleta...".
Entonces, vi que se había estremecido, porque sus ojos se agrandaron cuando se volvió para mirarme.
"Hayden, ¿adónde me llevas...? ¿Adónde llevaste a mi hija...?".
Nuestra hija..., la corregí en silencio. Era extraño lo rápido que me había acostumbrado al hecho, como si siempre hubiera tenido que ser. Cuando me acerqué a ella con pasos rápidos, sus ojos se llenaron de miedo.
Nunca lastimaría a nuestra niña, no había dudas de ello. Tampoco quería lastimarla a ella, lo único que quería era que se quedara conmigo. Aunque tampoco podía prometerlo, especialmente cuando ella seguía haciéndome perder el tiempo de ese modo.
"Seremos una familia, yo..., tú y NUESTRA hija", dije en un suspiro y haciendo más énfasis en la palabra NUESTRA, para que ella comenzara a acostumbrarse al hecho de que yo iba a comenzar a formar parte de sus vidas a partir de ese momento.
Vi cómo respiró bruscamente y que la sangre desaparecía de su rostro y empalidecía como el papel. Si empalidecía aún más, se desmayaría. Supuse que de emoción.
Luego, estalló en lágrimas. Segundos después, sus hombros temblaban sin control y ella lloraba escondida detrás de la palma de sus manos.
Por un momento, la miré confundido porque no sabía qué hacer. Mi corazón se derritió como el hielo ante sus lágrimas. Acerqué una mano, pero no estaba muy seguro de qué hacer.
"¿Por qué me haces esto?", dijo entre sollozos ahogados.
Me acerqué para acariciar sus hombros, aunque inseguro de cómo consolarla, considerando que su estado era una consecuencia de mis actos.
"Shh..., no llores, te llevaré con nuestra hija", susurré acunándola son suavidad, como había visto a mamá hacer con Jenny cuando lloraba.
Haría lo que fuera para que dejara de llorar... Cualquier cosa..., excepto dejarla ir, que era obviamente lo que ella quería.
Lo había hecho antes y casi no había podido sobrevivir.
Mi miró y puso su mano suavemente sobre mis brazos. Ante el contacto inesperado, mis músculos se flexionaron y no pude disfrutar de su contacto porque dijo unas palabras que arruinaron mi estado de ánimo en un segundo.
"Solo déjanos ir... Vivimos perfectamente; Hazel es feliz, pero si tú vienes...".
Pero antes de que pudiera completar sus palabras, mi corazón se endureció. Sin embargo, no era solamente ira lo que sentía, había algo más.
Dolor.
Se sintió como si millones de agujas se hubieran clavado directo en mi corazón.
Todavía no quería saber nada conmigo. Siempre quería alejarse de mí, como tantas veces lo hacía en mis sueños desde hacía seis años.
Su mirada era de desesperación. Me estaba rogando que las dejara ir.
Toda la ternura que había sentido desapareció y la reemplazó una ira helada y dolor. Todo lo que quería en ese momento era doblegarla y castigarla hasta que aprendiera que solo me pertenecía a mí.
Todo debió reflejarse en mi mirada y en mi postura, porque me soltó el brazo y dio un paso hacia atrás.
Era la única capaz de hacerme sentir de este modo y me estaba mirando con esos ojos grandes y llenos de lágrimas.
¡Ella no era la víctima!
Yo era una víctima igual que ella.
Yo era cautivo de mi deseo por ella. No importaba cuánto lo intentaba, no podía ponerle un fin. Todos esos años sin ella habían sido tan difíciles que a veces deseé que la bala me hubiera pegado en el corazón.
Al menos en ese momento no hubiera tenido que vivir en el vacío y la oscuridad.
"Olvídalo. ¡No necesitarías nada más!", le dije apretando su brazo con fuerza.
"Tú me encontraste primero Gracie, ¿pór qué volviste esa noche? Quizás nunca debiste haberlo hecho, porque ahora...".
"Yo nunca te encontré a ti Hayden, ¡y lo sabes muy bien!".
Por un momento, la miré confundido. ¿Qué quería decir con eso?
Decidí hacer a un lado ese pensamiento, profundizaría en él más tarde.
"Me debes los últimos seis años, quiero todo de vuelta. Ahora nos vamos, luego hablaremos de nosotros".
Le apreté con más fuerza el brazo y comencé a llevarla conmigo hacia la puerta.
"Hayden, espera... Todos nuestros recuerdos están aquí. Empacaré unas cosas y luego iré contigo".
Pero ella ya había perdido esa oportunidad, porque yo no iba a pasar un momento más allí...
Nuestra hija nos estaba esperando... a ambos.
"Mandaré a alguien a buscarlas luego", dije entre dientes.
GRACIE
"¿Adónde te la llevas? ¿Quién eres?", la voz de Shawn fue lo primero que se escuchó apenas bajamos las escaleras.
No podía mirarlo a los ojos... No estaba completamente segura de que no nos hubiera visto hace un rato.
Hayden me lanzó una mirada que gritaba: "Deshazte de él o lo haré yo mismo".
Tragué saliva porque sabía que él no era de hacer falsas amenazas. Lo que no sabía era por qué quería que lo hiciera yo.
Entonces, respiré profundo y comencé.
"Shawn, él es... El padre de Hazel, me voy con él".
Vi como sentimientos de alarma y sospecha aparecían en su expresión mientras lo observaba a Hayden, quien, en cambio, se mantenía inexpresivo.
"¿Qué sucede, Grace? ¿Por qué te vas con él? Me dijiste que la tenía a Hazel de rehén. Dime, ¿te está obligando? ¿Por eso te vas con él?".
Apreté mis dedos deseando que no hiciera más preguntas; estaba complicando mucho las cosas.
"No, Shawn... Fue todo un gran malentendido que ya hemos resuelto. Lamento haberte preocupado innecesariamente".
"¿Adónde vas con él y dónde está Hazel?".
Seguía teniendo una expresión de duda y pude notar la impaciencia creciendo en Hayden. En cualquier momento estallaría.
Iba a tener que convencer a Shawn de algún modo, no podía permitir que investigara a Hayden por mí y que saliera lastimado...