Capítulo 52
1400palabras
2022-11-13 00:01
Punto de vista de Grace
Abrí los ojos lentamente y parpadeé preguntándome dónde me encontraba. Paseé la mirada a mi alrededor y de repente advertí la presencia de Shawn. Nos miramos el uno al otro.
En ese momento pude volver a pensar con claridad y recordé que debía hacer algo muy importante.

Debía encontrar a Hazel. Esa era mi prioridad; era lo único que me interesaba hacer en esos instantes.
Me levanté de un salto del sofá con la intención de emprender de inmediato la búsqueda de Hazel mientras luchaba contra un fuerte dolor de cabeza.
Miré a mi alrededor rogando que Hazel entrara por la puerta en ese preciso momento, pero la sombría expresión de Shawn me hizo pensar que eso no sucedería.
"¿Cómo te sientes?", me preguntó él mientras me tomaba por los hombros obligándome a mirarlo.
"Debes guardar la calma. Si permites que el nerviosismo te domine no vivirás para presenciar el regreso de Hazel", me dijo Shawn tratando de hacerme entrar en razón.
"Tú no comprendes la gravedad de la situación. Él...", comencé a decir. Sin embargo, fui incapaz de seguir hablando. Había vuelto a hiperventilar.

Él me abrazó con fuerza acariciándome los hombros para tratar de calmarme.
"Cálmate y respira.  No te preocupes; todo estará bien. Seguramente la encontraremos", me tranquilizó él.
"Lo único que me interesa es encontrar a mi pequeña Hazel", dije. Mi voz sonaba débil porque mi boca estaba presionando sus hombros.
Por mi culpa Hayden consiguió encontrarla. Yo debía haber estado con ella en todo momento para protegerla. Jamás debería haberla dejado sola.

Logré recuperar la compostura y entonces me aparté de Shawn.
"No perdamos el tiempo culpándonos a nosotros mismos por lo que sucedió. Eso no servirá de nada. Lo que debemos hacer es intentar encontrarla juntos, ¿de acuerdo?", explicó Shawn con serenidad.
Asentí con lentitud mientras parpadeaba para contener las lágrimas.
"Momentos antes de que perdieras el conocimiento alcanzaste a decir que él se la había llevado. Quiero que por favor me expliques a quién te referías", me pidió él.
Debí haber tardado demasiado tiempo en responder porque él me sacudió tomándome por los hombros. La expresión de su rostro indicaba que él estaba esperando que yo le dijera quién era la persona que se había llevado a Hazel.
"Debes decirme a qué hombre te referías para que así yo pueda ayudarte a encontrar a Hazel y lograr que ella regrese sana y salva", comentó él.
Volví a asentir en silencio antes de decirle quién era el hombre que se había llevado a Hazel.
"Fue su padre. La persona que se llevó a Hazel es su padre", expliqué.
Yo no pude reconocer mi propia voz cuando dije aquello. Exhalé con fuerza juntando firmemente los dedos de mis manos.
Antes de que él volviera a hablar yo ya había adivinado qué diría.
"¿Quién es el padre de Hazel, Grace? ¿Y por qué razón querría llevársela?", me preguntó él.
No logré articular palabra alguna. Era como si pensara que si no decía su nombre esa terrible pesadilla no estaría sucediendo en realidad.
Él tomó mi cara entre sus manos mientras me lanzaba una mirada muy serena.
"Quieres que Hazel regrese, ¿no es así? ¿Entonces por qué dudas en decirme quién es su padre? Por favor dímelo; tú sabes que puedes confiar en mí", señaló él.
"Su padre es Hayden McAndrew", dije esperando que esa información permitiera localizar a mi pequeña Hazel.
Sintiéndome muy nerviosa humedecí mis labios y miré a mi alrededor con aprehensión como si el mero hecho de mencionar su nombre fuera algo prohibido, como si al hacerlo él fuera a aparecer súbitamente y atraparme.
En el momento en que mencioné el nombre del padre de Hazel advertí que el semblante de Shawn se había transformado. Su mirada indicaba sorpresa, reconocimiento y algo más que yo no acertaba a definir. Hasta ahora siempre había visto a Shawn comportarse con naturalidad y amabilidad, pero ahora él era una persona completamente diferente.
"¿Cuál crees que pueda ser el motivo por el cual él se la llevó? Hasta ahora jamás lo habías mencionado a él. Quiero que por favor me digas todo lo que sepas sobre él. Hazlo, por favor", me instó Shawn.
Él se había llevado a mi pequeña Hazel. La había alejado de mi lado.
Y yo estaba segura de que la próxima persona a la que él atraparía sería yo. No me cabía la menor duda de que si él había conseguido llevarse a Hazel entonces él también me atraparía a mí. Lo conocía lo suficientemente bien como para no albergar la menor duda al respecto. 
"¿Te importaría esperarme aquí mientras voy a traer los materiales necesarios para que hagas una declaración oficial con respecto a la desaparición de tu hija?", preguntó él.
Asentí lentamente mientras lo veía alejarse. Junté los dedos de mis manos con fuerza haciendo un gran esfuerzo para conservar la fortaleza y la serenidad.
Subí las escaleras lentamente mientras esperaba el regreso de Shawn. Entré lentamente en el baño ocultando la cara entre las manos y observé mi reflejo en el espejo.
Bien podría decirse que yo estaba viviendo un verdadero calvario debido a la desaparición de mi pequeña Hazel.
Abrí el grifo para echarme agua en la cara, hinchada por el llanto. Mi pelo, rubio y corto, era un completo desastre. Comencé a arreglarlo pasando mis dedos a través del mismo y en ese momento escuché pasos suaves detrás de mí. 
No me alarmé al oír aquellos pasos, pues pensé que se trataba de Shawn. Pero entonces miré el espejo del baño y vi que estaba equivocada.
Me quedé petrificada ante lo que vi. Los vellos de mi cuerpo se erizaron al ver el reflejo de él en el espejo.
Advertí que un par de ojos color verde oscuro me contemplaban.
Mientras yo permanecía allí inmóvil observé que él daba otro paso prohibido al frente.
Después dio un paso más. Parecía decidido a llegar hasta donde yo estaba.
Todo mi cuerpo se estremeció mientras me volvía lentamente. Entonces nuestras miradas se cruzaron.
"Hola, conejita", me saludó él con voz rasposa mientras seguía avanzando, acercándose a mí cada vez más.
El silencio que reinaba en ese momento era verdaderamente ensordecedor.
Mi mirada escrutó su rostro. Yo no había podido ver con claridad la otra noche.
Él había cambiado pero no era muy diferente de como yo lo recordaba. Su rostro se veía aún más endurecido, la curva de su mentón era aún más pronunciada de lo que yo recordaba, una impresión acentuada por su barba de tres días.
Su cabello oscuro era más corto y su mirada más profunda, lo que le daba un aspecto aún más sombrío.
Mientras detallaba su fisonomía me percaté de que él también estaba examinando mis rasgos faciales.
Su mirada veladamante sensual se cruzó con la mía en ese momento.
No me percaté de que mi cuerpo presionaba la pared cada vez con mayor intensidad hasta que él extendió sus manos hacia mí y sus dedos se deslizaron lentamente por mis mejillas hasta mi labio inferior. Era exactamente su mismo ademán de la otra noche.  
Él flexionó los músculos de sus hombros contra la ajustada camisa que vestía.
El toque de su mano alrededor de mis hombros me devolvió a la realidad.
"¿Dónde está Hayden? ¿Dónde está mi hija?", le pregunté con voz histérica.
Él no parecía sorprendido en absoluto por aquella vehemente pregunta que yo acababa de hacerle.
Él dejó mi pregunta sin responder y me tomó con fuerza por el brazo, sacándome del baño.
"¡Suéltame! ¿A dónde me llevas? ¿Adónde la llevaste? ¡Sé que tú te la llevaste!", grité al tiempo que trataba de liberarme de sus fuertes brazos.
Él se detuvo súbitamente sin dejar de aferrarme. Él me estrechó con fuerza contra su pecho.
"Lo único que puedo decirte es que ella está en un lugar seguro donde está contenta, pero lamento no poder decir lo mismo de ti", respondió él finalmente.
Él había hablado en voz baja pero fue como si hubiese gritado.
Una sonrisa siniestra se dibujó en sus labios mientras él presionaba su rostro contra el hueco de mi cuello e inhalaba profundamente mi aroma. Él me sujetó con fuerza por la cintura mientras sus dientes mordisqueaban mi vulnerable piel. Las palabras que él dijo a continuación hicieron que la sangre se helara en mis venas.
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