Capítulo 43
1627palabras
2022-11-03 15:18
Nuevo comienzo
Caminé de regreso a mi apartamento después de dejar a Hazel en la guardería, que estaba relativamente cerca, a tan solo cinco minutos.
El olor a pintura fresca me dio la bienvenida cuando entré en la sala de estar.

Shawn seguramente ya estaba allí, había llegado mucho antes de lo esperado, entonces subí las escaleras rápidamente y no pude evitar quedar asombrada en la puerta.
—¡Es hermoso! —exclamé, mientras observaba la habitación recién pintada con colores brillantes.
De hecho, los diseños y los arreglos eran perfectos, no podía esperar a escuchar la risa emocionada de Hazel.
En tanto, Shawn se volteó para mirarme, con el pincel todavía en su mano, su ropa de trabajo y parte de su rostro manchado con pintura.
—Has vuelto —dijo con una gran sonrisa en su rostro y luego eché un vistazo a su obra.
—Realmente no es para tanto... solo elegí el color rosa y plata, ya que pensé que le gustaría...

—¡En verdad, es perfecto, a Hazel seguro le va a encantar! —exclamé mientras me adentraba en la habitación.
En ese momento, una sonrisa se extendió por su rostro, mientras se rascaba la nuca con torpeza.
—Muchas gracias por todo Shawn, estoy realmente agradecida.
—Me alegro de haber podido ayudarte... De verdad, Grace.

Enseguida, una pequeña sonrisa se curvó en mis labios, y me volteé para bajar las escaleras, cuando de repente él me llamó.
—Ahí está.
—¿Qué? —Rápidamente, giré para mirarlo de frente, a medida le dedicaba una mirada confundida.
—Estás sonriendo, es raro verte reír —murmuró en voz baja.
Por lo cierto, sus palabras realmente me sorprendieron, no sabía qué decirle.
—Deberías hacerlo más a menudo, sabes, te hace ver aún más bonita.
Y allí estaba con sus cumplidos de siempre que tanto me incomodaban. Luego, eché un vistazo a mi reloj pulsera antes de dirigir mi mirada hacia él.
—No estoy dispuesta a que me halagues tan temprano en la mañana, ¿de acuerdo?
Entonces, decidí ignorarlo y caminé hacia la puerta, cuando de repente, el comentario que hizo provocó que me detuviera de inmediato.
—Lo digo en serio, realmente eres tan linda como una conejita, confía en mí.
Inevitablemente, me paralicé a mitad de camino, mientras el vello de mi cuerpo se erizaba por completo, y comencé a voltearme lentamente para mirarlo.
—¿Qué dijiste? —Mi voz resonó como un débil susurro.
—¿Dije algo malo? —Su expresión irónica se esfumó rápidamente, para ser reemplazada por una mirada de preocupación.
A continuación, negué con la cabeza lentamente, y tomé una bocanada de aire tratando de relajar mis músculos tensos, y mantener mis nervios bajo control.
—No.
En consecuencia, me apresuré a salir de la habitación, ignorando la mirada de confusión en su rostro.
Me había dicho Conejita. Solo Él solía llamarme así.
"Él no te encontrará…"
"Había pasado tanto tiempo... Seguramente, él se debió haber olvidado de mí."
A pesar de que continuamente me repetía a mí misma aquellas palabras para tranquilizarme, todavía no había podido deshacerme de aquella sensación de miedo que me carcomía la parte inferior del estómago, devorando lentamente mis entrañas por dentro.
Por consiguiente, me apresuré a mi habitación para ponerme mi ropa de trabajo, era lunes y probablemente estaría bastante ocupada en el orfanato donde trabajaba en ese momento. 
Me decidí por una camiseta sencilla y un par de pantalones vaqueros desteñidos. Luego, observé mi reflejo en el espejo, mientras me pasaba los dedos por el cabello para deshacerme de los nudos.
Aunque había cambiado mi apariencia, mi largo cabello castaño se había transformado en un rubio corto hasta la barbilla y la gente ahora me conocía como Grace, aquella niña asustada todavía permanecía en algún lugar dentro de mío, por lo que aquella declaración amistosa de Shawn me había alterado más de lo que podía admitir.
Sin dudas, aquella noche lluviosa en la que decidí marcharme hace cinco años, quedaría grabada para siempre en mi memoria.
Aquel día, luego de salir corriendo, me subí a un taxi y en voz baja le dije al conductor que me llevara lo más lejos posible...
Quería alejarme de él...…
En ningún momento me cuestionó nada mientras tuviera el efectivo para pagarle, y tenía más que suficiente, ya que Sebastian se había asegurado de eso.
Ciertamente, era una muchacha en una ciudad nueva, sin familia... amigos ni nadie a quien pudiera llamar propio, por lo que comencé a deambular sin rumbo durante algunas horas hasta que me encontré con la Señora Paula. Ella fue la primera persona que me recibió con una sonrisa amistosa, que tanto necesitaba en ese momento.
Más tarde me enteré de que ella era dueña de un pequeño orfanato donde comencé a trabajar a partir de ese momento. Tanto ella como su nieto Shawn eran buenas personas, amables y amigables, aunque no quise involucrarme demasiado con ellos.
Después de todo lo que había pasado, no creo que alguna vez pudiera volver a confiarle mi corazón a alguien.
De hecho, me había preguntado tantas veces si había tomado la decisión correcta al dejarlo aquella noche. Durante las primeras semanas sentí que había perdido una gran parte de mí y a menudo me encontraba pensando en él. Me intrigaba saber cómo habría reaccionado cuando se despertó y descubrió que me había ido.
Seguramente, debió haber armado un escándalo.
A partir de ese momento, empecé a repetirme a mí misma, que nunca podía haberme enamorado de mi torturador, y que ya no lo extrañaba. En verdad, ¿cómo podría haber sentido eso? Él había hecho mi vida tan miserable, había corrompido cada pedacito de mi inocencia y me había arrastrado a su oscuridad...
Sin embargo, aunque continuamente trataba de mantener presente esos pensamientos, durante todos aquellos años, continúe llorando cada noche hasta dormirme. La cama se sentía tan fría y vacía, por lo cierto, nunca me había dado cuenta de que me había acostumbrado a su calidez y su contacto.
Realmente, odiaba cómo me había acostumbrado a él sin siquiera darme cuenta, y a pesar de estar lejos, una parte de mí anhelaba su oscuridad y su contacto.
¿Podría ser posible temer a alguien tan profundamente y al mismo tiempo desearlo con locura?
No obstante, eso me demostraba exactamente cuanto me había arruinado.
Durante aproximadamente un mes no salí de mi apartamento a menos que fuera absolutamente necesario, y las pocas veces que lo hice tuve un miedo terrible, por lo que siempre trataba de estar alerta a lo que sucedía a mi alrededor.
La Señora Paula se había dado cuenta enseguida, ella también era mi casera, y me visitaba todos los días ofreciéndome galletas y otras cosas, probablemente sabía que su atención no era deseada, pero aun así nunca se rindió, siempre se aseguraba de verme al menos dos veces al día.
Shawn también hacía lo mismo cada vez que estaba fuera de servicio. Solo se había convertido en policía hacía cuatro años, pero siempre se había sentido obligado a garantizar el bienestar de todos. Por lo tanto, decidí acostumbrarme a ellos, ya que ambos no se darían por vencidos.
Además, el vecindario era completamente seguro. El dinero que me había dado Sebastian me permitió que viviera cómodamente, pero me preguntaba si sería suficiente para protegerme de ÉL.
Sorpresivamente, tres meses después me enteré de que estaba embarazada de él.
No me había dado cuenta antes porque había estado preocupada con demasiadas cosas, especialmente porque temía ser descubierta.
Cuando el hospital lo confirmó, no me sorprendió en absoluto, no sentí nada más en ese momento, parecía como si una parte de mí simplemente hubiera aceptado el hecho de que nunca podría deshacerme de él.
A pesar de todo, él se las había arreglado para dejar dentro mío una parte suya, que continuamente me lo recordaría, me gustara o no.
Durante aproximadamente una semana, me limité a mirar el informe de los médicos en un estado de aturdimiento.
Ni siquiera era capaz de protegerme a mí misma, ¿cómo podría proteger aquella vida que crecía dentro de mío?
Sin embargo, decidí quedarme con ella, por alguna razón que se extendía más allá del miedo. Había despertado algo dentro de mío, un sentimiento de pertenencia muy fuerte, como si ya no estuviera sola, finalmente podría tener a alguien que me amara de verdad.
Un bebé, que realmente me amaría sin importar nada más.
.
El día que di a luz a Hazel, y la sostuve en mis brazos, fue la primera vez que se dibujó una sonrisa en mis labios, y aunque se sintió tan extraño al principio, mi sonrisa se transformó en una risa y luego no pude dejar de reír.
Realmente, era tan hermosa y perfecta en todos los sentidos, se parecía mucho a mí excepto por sus ojos verde oscuros, que le pertenecían a él.
A partir de ese momento, le ofrecí todo el amor que tenía, todo mi cuidado, mi propia existencia se centraba en ella, y cada pequeña sonrisa que me dedicaba era lo único que necesitaba para seguir adelante.
Indudablemente, su primera sonrisa..., sus primeras palabras, e incluso la primera vez que caminó quedaron grabadas para siempre dentro de mi corazón, no podría imaginar una vida sin ella.
Más aún, ella cumpliría cinco años en aproximadamente una semana, se sentía tan extraño, ya que parecía como si la hubiera dado a luz hacía tan poco tiempo, pero me llenaba de emoción saber que estaba creciendo con toda la felicidad y el amor que necesitaba. 
Siempre quise que tuviera su propia habitación, había dormido a mi lado desde que nació, por lo que me resultaría difícil volver a acostumbrarme a estar sola en mi cama.
Efectivamente, Shawn había aceptado mi pedido para que pintara la habitación contigua a la mía.
En ese preciso instante, tome mi bolso y salí de la habitación.