Capítulo 37
1644palabras
2022-11-03 13:59
Gracie.
Algunas semanas después, los exámenes comenzaron a agobiarme.
Desde aquel día, él me prohibió que saliera con mis amigos, aunque sentí un gran alivio que no hubiera lastimado a Clarissa, y a pesar de que pensé que no me escucharía, afortunadamente lo hizo.
Sin embargo, me sentía terriblemente triste, los extrañaba demasiado, especialmente la relación que teníamos antes de que Hayden decidiera regresar a mi vida.
De hecho, eran mis únicos amigos y ni siquiera había podido pasar aquellos últimos días con ellos.
En efecto, la posesividad de Hayden se volvió más intensa con el correr de los días, los mensajes de amenazas empeoraban aún más las cosas, por lo que se llevó mi teléfono, insistiendo que me iba a conseguir uno nuevo. Ni siquiera traté de discutir al respecto, ya que de todos modos no ayudaría en nada. Sebastian se había ido hacía ya un día, así que estábamos solos en la casa...
En tanto, durante los últimos días noté que estaba de mal humor, parecía tenso y preocupado y se irritaba ante la menor molestia, seguramente algo lo estaba molestando demasiado, pero no le pregunté qué, aunque de todos modos tampoco me lo hubiera dicho.
Las únicas veces que parecía normal, e incluso humano era cuando teníamos sexo, lo cual se había vuelto frecuente. Sorpresivamente, durante aquellos momentos sentía como si quisiera conectarse conmigo de la manera más profunda.
Definitivamente, él no quería dejarme sola en casa, así que habíamos ido a la tienda de comestibles a buscar algunos suministros, también me había quedado sin ropa, pero Hayden fingía no darse cuenta, ya que creo que le encantaba verme con su ropa y que usara su champú para que tuviera su perfume.
En ese momento, sus brazos estaban envueltos protectoramente alrededor de mis hombros, mientras buscábamos lo que necesitábamos.
No obstante, tenía la sensación como si alguien me estuviera observando, lo cual me atormentaba por completo.
De repente, mi mirada captó algo, o más bien a alguien... y de pronto, todo se detuvo por un segundo...
Inesperadamente, aquel extraño asintió levemente desde la ventana y desapareció rápidamente.
Sin embargo, la voz de Hayden me devolvió a la realidad.
—¿Qué pasa? —preguntó mirando a su alrededor, probablemente buscando lo que había llamado mi atención.
En verdad, no sabía qué decirle...
—No es nada —le respondí de prisa, lo que pareció despertar aún más sus sospechas, e inmediatamente sus ojos se entrecerraron ligeramente mientras echaba un vistazo a su alrededor.
—Realmente no es nada —repetí forzando una sonrisa en mi rostro.
Rápidamente, él asintió, pero estaba segura de que no me creía del todo, siempre había sido demasiado observador, especialmente cuando se trataba de mí.
Ciertamente, necesitaba salir, sabía que él me estaba esperando, aunque tenía que encontrar alguna forma de distraer a Hayden.
—Mmm, ¿puedo usar el baño antes de que nos vayamos?
En ese preciso instante, su mirada buscó la mía por un segundo.
—Te acompaño —me respondió.
—Es el baño de damas, no puedes seguirme adentro.
—No sería la primera vez —contestó, a medida que una leve sonrisa comenzaba a deslizarse en sus labios.
Inevitablemente, me sonrojé intensamente cuando comprendí el verdadero significado de sus palabras.
No obstante, todavía tenía que encontrar la oportunidad para salir del centro comercial.
—Hayden, el otro día lo vi —mi voz sonó como un leve susurro.
—¿A quién viste?
Y aunque su mirada sugería que sabía exactamente de lo que estaba hablando, parecía como si él necesitaba escucharlo directamente de mí.
—Él... nos estaba mirando.
En ese preciso instante, una mirada asesina se dibujó en su rostro, aunque creo que parte de ella estaba dirigida hacia mí.
—¿Por qué no me dijiste nada antes, y cuándo sucedió? —Gritó, tomándome con fuerza de mis hombros.
Por lo cierto, me retorcí bajo aquella expresión apabullante.
—No pensé que...
—¿No pensaste qué? ¡Mie***! Gracie —murmuró, mientras soltaba lentamente mis hombros.
—Dime, ¿cuándo lo viste?
Y aunque no había mucho que contar, le expliqué lo poco que sabía.
Entonces, él exhaló bruscamente, luciendo completamente tenso, por lo que sentí que estallaría en cualquier momento.
—¿Crees que él podría estar aquí? —Incluso mientras se lo preguntaba, aquel pensamiento me helaba hasta los huesos.
Mientras tanto, nuestras miradas se mantuvieron enfocadas, aunque tuve que contener el aliento cuando él se inclinó para quitarme un mechón de cabello de la cara.
—No sé quién diablos es, moriré antes de permitir que te toque —murmuró suavemente.
En realidad, no debería haberle creído, pero no sé por qué lo hice.
A pesar de que me hubiera lastimado durante tantos años, en aquel momento parecía ser la única persona que me quería... que quería protegerme... y por más que yo no quisiera, había tocado una parte de mi corazón.
Inesperadamente, había provocado algo dentro mío... y aunque no sabría bien como explicarlo, lo único de lo que estaba segura era que no deseaba que muriera, especialmente por mi propio bien.
De repente, se enderezó y pude respirar nuevamente.
—Yo no maté a Brittany.
Enseguida, dirigí mis ojos hacia los suyos. ¿Él no había sido?
No obstante ¿por qué me lo estaba confesando en ese momento?
—Pero fui allí con la intención de matarla, y probablemente lo hubiera hecho —dijo en un tono demasiado serio.
—P.. ¿Por qué? —le pregunté.
Ciertamente, jamás me acostumbraría a la forma en que se refería cuando hablaba de terminar con una vida, como si se tratara tan solo de matar a una gallina.
—Ella te amenazó, le advertí que se mantuviera alejada... aparentemente lo hizo, pero se ve que alguien más continuó con eso.
A continuación, me tomé un tiempo para comprender el significado de sus palabras, aunque tan solo un pensamiento asaltó mi mente en aquel momento.
—E... Ella envió… —No quise completar aquella frase, ya que podría estar equivocada.
Enseguida, él asintió, y luego continuó.
—No fue solo ella, fue enviada por alguien más, lo que lo hace más peligroso aun, porque no sabemos quién es la otra persona... no deberías ocultarme nada, conejita.
Al instante, asentí lentamente, ¿por qué sentía como si él supiera lo que estaba pasando por mi mente en este momento?
Probablemente, podría llegar a ser peligroso, pero estaba dispuesta a correr el riesgo...
Necesitaba reunirme con el de alguna manera, ya que de ese modo por lo menos obtendría algunas respuestas.
De prisa, entré al baño, Hayden me estaba esperando justo afuera, y unos dos minutos después asomé la cabeza por la puerta.
En ese momento, él estaba mirando en otra dirección, por lo que advertí que aquella era la oportunidad perfecta que tanto necesitaba.
Por lo tanto, me escabullí en silencio y salí de prisa del centro comercial.
************
*
*
De pronto, observé aquella figura inconfundiblemente familiar que me estaba dando la espalda.
En realidad, él había sido quien me había llamado desde la ventana ¿cómo sabía que Hayden y yo estábamos allí?
—¿P…papá?
De inmediato, él se volteó para mirarme, mientras una sonrisa tensa se deslizaba a lo largo de sus labios.
—Hola Gracie, has crecido demasiado.
Efectivamente, sus últimas palabras me atraparon, ¿por qué habría dicho eso?
¿Era solo idea mía o verdaderamente sonaba diferente?
—He venido para llevarte conmigo, ¿de acuerdo?
Mientras tanto, su mirada recorría nuestro entorno en un estado de completo nerviosismo.
—Vámonos, ¿de acuerdo? Te explicaré todo más tarde —Rápidamente, me tomó del brazo y comenzó a caminar hacia el auto.
Sin embargo, enseguida intenté soltarme con tanta fuerza que hasta incluso él pareció sorprendido.
—¿Qué tienes que explicarme? La forma en que me entregaste justo el día de mi cumpleaños. ¡Ni siquiera trataste de ayudarme!
¿Cómo había podido regresar y actuar como si no hubiera ocurrido nada? Ni siquiera me había preguntado si estaba bien.
—No seas tan terca, solo ven.
Indudablemente, casi me río de sus palabras, ¿era yo la que estaba siendo terca?
¿Por qué habría dejado el centro comercial y habría ido hasta alli? No sé qué era lo que esperaba, pero... no era esto.
—No me iré contigo, puedes marcharte, estoy perfectamente bien...
—¡Haz lo que te digo y, no hagas preguntas! —exclamó, mientras una sensación de irritación e impaciencia atravesaba su mirada.
—Tú me abandonaste, ¿sientes lástima por mí ahora? ¿Es por eso que viniste a buscarme? ¡Te mudaste con mamá y Ashley sin mí! ¿Ni siquiera te preocupaste por mí en absoluto? ¡Nuca te importé para nada, o quizás sea porque no soy tu verdadera hija! — y en ese momento grité todas las emociones reprimidas que amenazaban con asfixiarme por dentro.
—Te sorprendería la verdad, solo tienes razón en una cosa, no me he preocupado por ti —admitió con una sonrisa astuta.
En consecuencia, tuve que luchar para respirar mientras una punzada aguda de dolor amenazaba con explotar mi corazón, ¿cómo podía admitirlo tan fácilmente?
¿Y de qué verdad estaba hablando?
—¡Ven ahora mismo o lo arruinarás todo! ¡Mie**! —luego me tomó del brazo bruscamente y me obligó a entrar en el coche.
Nunca antes había escuchado maldecir a mi papá, ni siquiera una vez, pero ahora no era el momento de debatir sobre eso. Sin embargo, estaba completamente segura de algo, no iría a ninguna parte con él.
Después de todo, Hayden tenía razón, no les había importado una mie**, y encima lo había admitido en mi propia cara.
—¡Suéltame! —Grité y comencé a luchar contra él, cuando de repente sentí que un objeto metálico ejercía presión a un lado de mi cabeza.
¿Un arma?
—P…papá q…qué… —le pregunté en estado de shock y absoluta incredulidad.
—Quería hacer esto de la manera más fácil... pero eres tan terca y estás haciéndome perder el tiempo.
A continuación, no pude discernir mis últimas palabras, ya que enseguida sentí un dolor insoportable en mi cabeza.
—Maldita sea, te pareces tanto a ella —murmuró.
Y eso fue lo último que recordaba antes de que el mundo se tornara negro.