Capítulo 28
1056palabras
2022-11-02 14:40
Por un momento no reconocí dónde estaba; mi cuerpo estaba adolorido, como si me hubiera atropellado un camión.
Mis piernas se sentían como gelatina cuando me incorporé para sentarme. Entonces, las sábanas se deslizaron sobre mi piel: vi su s*men ya seco todavía cubriendo mis muslos.
Los recuerdos de la noche anterior inundaron mi mente como aguas correntosas.

En algún momento, en mi subconsciente había rezado para no despertarme o despertar y que todo hubiera sido una pesadilla.
Pero sucedió.
Todo era demasiado real.
Hice una mueca por el dolor entre mis piernas al salir de la cama.
Lentamente me dirigí a la puerta que supuse era el baño y, afortunadamente, tenía razón.
Estaba demasiado preocupada por mí misma como para apreciar cualquier detalle de mi entorno.

Me vi en el espejo y casi no reconocía a la chica que me devolvía la mirada.
Mis ojos grises estaban apagados, reflejaban lo muerta que me sentía por dentro.
Parecía una muñeca rota.
Además, mi cabello estaba revuelto y tenía marcas de mordeduras por todas partes.

Sus marcas: en mi cuello, hombros, estómago. Ya estaban tornándose de un púrpura oscuro.
Podría haber llorado al verme, pero no lo hice; mis ojos permanecieron secos.
Tal vez mi mente todavía estaba en estado de shock, estaba en blanco, como una cáscara vacía.
Rota.
Abrí la ducha y me introduje. Sentí el calor contra mi piel y perdí noción del tiempo que pasé bajo el chorro de agua caliente. Me quedé mirando el agua que fluía dentro del desagüe y deseando poder escurrirme con ella, para liberarme de todo aquello.
para liberarme de todo aquello.
Cerré los ojos por un momento y cuando los abrí, él estaba justo allí.
Un par de ojos verdes fijos en mí.
Ni siquiera lo escuché acercarse. Su mirada permaneció inquebrantable y no reveló nada.
¿Quién hubiera dicho que unos ojos tan hermosos pudieran albergar tanta crueldad?
Entonces, algo pasó entre nosotros y milagrosamente él desvió la mirada primero.
Había conseguido lo que quería; su venganza contra mí debería haber terminado.
Había logrado doblegarme. Ahora, sentía que estaba más allá de cualquier posible redención.
Cerró la perilla de la ducha y me estremecí cuando envolvió sus dedos alrededor de los míos, guiándome para salir del baño.
"Quiero irme a casa", dije sin darle importancia al hecho de que estaba desnuda.
No tenía sentido.
Me estremecí de nuevo cuando envolvió una toalla blanca y esponjosa alrededor de mi cuerpo.
"Quiero irme a casa", repetí con más fuerza esta vez.
Sin embargo, no obtuve respuesta; él caminó hacia el cajón al lado de su cama, sacó algo blanco de una pequeña botella y me lo tendió.
Miré en silencio la píldora en sus manos y luego de nuevo a él.
"No querrás quedar embarazada, ¿verdad?" espetó sonando impaciente.
Sus palabras me tomaron por sorpresa, me había olvidado por completo, se había liberado dentro de mí dos veces anoche.
La acepté y la bajé de un trago con el vaso de agua que me había proporcionado sin pensarlo dos veces.
Creí que no podía haber nada peor que mi situación actual, pero me había equivocado.
Me negaba a imaginar quedar embarazada de él.
Ese destino sería peor que la muerte misma.
Tomó el vaso de mi mano y lo dejó encima del cajón.
Noté que la habitación estaba completamente limpia y ordenada, a diferencia de cuando me desperté. Supuse entonces que debió haberlo hecho mientras me duchaba.
Entonces, ¿dónde estaba mi ropa?
"No te vas a ir", dijo acercándose a mi.
Di un paso vacilante hacia atrás, quería irme lejos de allí; a cualquier lugar lejos de él.
"No te irías. Por el bien de tu familia, no lo harás," dijo muy serio.
Mi ritmo cardíaco se aceleró preocupada ante lo que acababa de decirme. Era la primera vez que sentía algo desde que desperté de esta pesadilla.
"¿Mi familia? ¿Qué va a pasar con ellos?", pregunté.
"Eres demasiado ingenua para tu propio bien, demasiado amable. No lucharon por ti, ¿por qué todavía te preocupas por ellos? No se lo merecen."
No permitiría que me manipule para creer que él y su enfermiza venganza no eran los responsables de todo lo que estaba sucediendo.
Él era el villano, nadie más.
Después de las cosas crueles que me había hecho anoche; me había violado de una forma terrible y sabía que era capaz de hacer cualquier cosa, incluso hacerme daño.
me había violado de una forma terrible y 
sabía que era capaz de hacer cualquier cosa, incluso hacerme daño.
Estaba segura que no había línea que no estuviera dispuesto a cruzar.
"¿Vas a matarlos también? No te lo permitiré, denunciaré a la policía y..."
Su risa oscura interrumpió mis amenazas.
Estaba muy confiado de sí mismo.
"No te detendré si quieres hacer eso, pero sería muy tonto de tu parte. Sé que no me decepcionarás, conejita", dijo.
Solo pude quedarme allí mirándolo, impávida. ¿Cómo quedé atrapada en esto? No se lo desearía a ninguna otra chica, pero ¿por qué yo? Todo lo que siempre quise fue una vida normal, pero nunca volvería a ser normal.
Se había asegurado de eso.
¿Realmente no había salida para mí?
Ya me había doblegado, robado mi virginidad, quitado toda pelea en mí. ¿Qué más pretendía al mantenerme con él?
"Eres mía Gracie; tus miedos, tus lágrimas, todo me pertenece. Te voy a destrozar por completo hasta que no sepas nada más que mi nombre."
"Ya obtuviste lo que querías, tu venganza. Me has arruinado la vida; nunca viviré una vida normal porque siempre tendré pesadillas contigo. Ya tomaste muchos años... Nunca podré recuperarlos: ganaste Hayden, ya estoy destrozada, deberías estar satisfecho", susurré mirando fijamente su mirada abrasadora.
"Pero no lo estoy. Ni siquiera cerca."
En seguida, me acorraló contra la pared. No se detuvo hasta que me presionó contra los duros músculos de su pecho.
Mi cuerpo se estremeció ante su mirada dominante y cerré los ojos cuando enterró su rostro en el hueco de mi cuello.
"Me perteneces: tu cuerpo, tu alma. Te haré comprender cuánto..." susurró, sus dientes rozando suavemente mi piel.
De repente, se oyó un golpe en la puerta y él se apartó de mí ligeramente, con el ceño fruncido en irritación.
Al instante siguiente, la puerta se abrió violentamente y entró un hombre que se parecía mucho a Hayden.