Capítulo 27
1311palabras
2022-11-02 14:30
Advertencia: contenido adulto y escenas fuertes.
Me empujó a la cama y comenzó a deshacerse de su ropa, luego se dirigió hacia mí.
Su p*lla estaba dura; se veía amenazante e implacable... igual que su dueño.
"No tiene n... nada qu... que ver conmigo... ya está muerto... ¿qué más quieres?", lloré intensamente, acercándome más a la cama en un intento de alejarme de él.
Su mirada se endureció desaprobatoriamente; tiró de mi pie, atrapándome debajo del suyo con el peso de su cuerpo.
Luego, sus dedos rodearon uno de mis ya hinchados pezones antes de retorcerlo con fuerza; no pude contener el grito ahogado que escapó de mis labios.
"Tú. Esto tenía que pasar... y pasará"
Mis hombros cayeron en derrota, él realmente iba a hacerlo; no había forma de que pudiera detenerlo.
"¿Puedes ser amable conmigo? N...no me lastimes", mi voz salió como un leve susurro.
"No lo haré"
Mantuvo su mirada fija en mí, mientras se posicionaba en mi entrada. Entonces, comencé a retorcerme violentamente contra él.
"Hayden, no hagas esto... lo qu... que le pasó a tu m.. mamá y..."
No tuve tiempo para prepararme cuando él embistió contra mí con una fuerza brutal, enterrándose profundamente dentro de mí.
El dolor desgarrador que me produjo arrancó un grito de mi garganta y me convulsioné debajo suyo, arañando su espalda en un intento de liberarme; sentí como si me estuviera destrozando.
Su mirada era despiadada y estaba fija en mis ojos llorosos. Atrapó una lágrima con los dedos y se los llevó a los labios; inmediatamente, cerró los ojos como si estuviera sintiendo un placer sádico.
"¡Eres mía!.... Toda mía", su voz develaba una posesión primitiva.
Me sujeté a la manta con fuerza, como si mi vida dependiera de ello.
Jadeé por aire cuando comenzó a embestirme sin piedad y sentí su cálido aliento abanicar mis hombros mientras jadeaba y gruñía con cada embestida despiadada.
sentí su cálido aliento abanicar mis hombros mientras jadeaba y gruñía con cada embestida despiadada.
"M*ldición, estas tan m*lditamente apretada"
Sus dientes rozaron mi cuello, chupando... mordiendo... su lengua bañando mis oídos mientras continuaba su asalto a mi cuerpo.
Su lengua recorrió el lóbulo de mi oreja y, sin quererlo, sentí un estremecimiento recorrerme...
Primero, mordió mi lóbulo y luego, deslizó la punta de su lengua dentro de mi oído y comenzó a moverla al ritmo de cada embestida de su p*ne.
El dolor inicial se había ido, reemplazado por algo aún más poderoso.
Sentí acumularse en la parte inferior de mi estómago una presión poderosa, apreté los labios con fuerza tratando de suprimirla.
Él se pegó a mi pelvis, frotando su cuerpo contra mí y enviando una ráfaga de placer que me atravesó. Dejé escapar un gemido de placer antes de que pudiera detenerlo.
"Estás tan mojada... te gusta, ¿no? Quieres que exprima tu c*ño, ¿verdad?", susurró acaloradamente contra el hueco de mi cuello.
Podía escuchar la presunción en su voz mientras aumentaba el ritmo...
"Tú. Eres. Totalmente. Mía", gruñó en mis oídos.
Solté otro gemido, acompañado de un sollozo ahogado y comencé a devolver sus embestidas.
La presión en la parte inferior de mi estómago se intensificó, mi respiración salía en jadeos cortos, mordí con fuerza su hombro mientras apretaba su p*lla entre mis muslos y gritaba en éxtasis.
"Oh, sí, voy a explotar ahora mismo dentro de tu c*ño mojado", rozó mis hombros con los dientes.
De repente, sus palabras enviaron una advertencia a mi cabeza.
¡No estaba usando protección!
"¡Hayden, no!", grité golpeando sus hombros
"No estás usando un condón. T... tú ... tú ... ", jadeé sin aliento.
Parpadeó sorprendido, me miró fijamente por un momento y, de repente, vi un brillo desquiciado en sus ojos; comenzó a embestirme de nuevo, solo que aún más profundo esta vez.
No se atrevería... mis ojos se abrieron de puro terror...
"No... no... no lo hagas", grité y luché en un vano para apartarlo.
Sin embargo, me ignoró por completo y tiró con fuerza de mi cabello, entrando y saliendo de mí a un ritmo vertiginoso.
"¡Ah, m*erda!", dijo. Inmediatamente, me soltó el pelo y echó la cabeza hacia atrás, rugiendo con fuerza al acabar, arrojando s*men caliente dentro de mi v*gina.
Por un momento, su sexo se intensificó y palpitó mientras me llenaba de sus fluidos. Entonces, de repente, todo terminó. Se derrumbó encima de mí jadeando y soltó una risa profunda ante mi expresión llena de horror
¿Qué tan enfermo estaba? ¡Podría quedar embarazada!
¡Oh Dios!
"¡Te odio, eres un monstruo! Te odio tanto, ¿cómo pudiste hacer eso? Tu madre y tu hermana estarían tan avergonzadas de ti en este momento", escupí sin pensar.
De repente, algo en él se detuvo, su expresión se volvió oscura y asesina; hizo que me encogiera de miedo.
"Yo... yo...". Ni siquiera pude hilar palabras de disculpa ya que mis labios temblaban muchísimo; nuevas lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos mientras sus dedos se cerraban con fuerza en mi cuello, amenazando con aplastar mi tráquea.
No podía respirar; estaba segura que me iba a matar y no luché contra eso puesto que estaba muy cansada.
Repentinamente, me volteó y mi cabeza quedó presionada contra la almohada. Su p*lla comenzó a moverse aún dentro de mí, pronto, sentí que se endureció de nuevo, pulsante...
Empezó a amasar mis nalgas. En aquella posición, no podía ver su rostro. Tampoco entendía lo que estaba pensando.
Ya se había terminado todo, ¿por qué tuve que enfurecerlo?
Sin embargo, cometí el error de pensar eso, hasta que hundió el pulgar en mi coño húmedo y luego untó esa humedad en la entrada de mi ano.
Después, mojó su dedo índice en mi c*ño y lo insertó lentamente en mi ano, provocando que me estremeciera ante la repentina intrusión; metió y sacó el dedo unas cuantas veces y luego lo retiró por completo. Lo sentí sacar su p*lla de mi c*ño y colocar su gruesa y húmeda cabeza en la abertura de mi culo.
Todo en mí se congeló cuando comenzó a empujar.
"Te mostraré un verdadero monstruo"
"H..Hayden lo..lo siento...yo..yo...no quise decir eso. Lo juro"
"Lo sentirás..."
"Por favor... no...", lloré al sentir la gruesa cabeza estirando mi abertura anal. Nuevas lágrimas escocían en mis ojos cuando comencé a sentir aquel dolor; desgarrador, insoportable.
Abrí la boca para gritar, pero ni siquiera pude hacerlo.
Las palabras estaban atrapadas dentro de mi garganta.
Sentí como si me estuviera destrozando, mis ojos ardían dolorosamente. Una vez dentro, empezó a embestirme y deseé perder el conocimiento, pero no tuve esa suerte.
Solo quería que el dolor acabara. Sentí, entonces, sus dedos jugar con mi clítoris hinchado; lo frotaba primero y, luego, abrió los labios de mi vagina con las yemas de los dedos. Comenzó entonces a mover sus dedos y su p*lla en una sincronía vigorosa.
Todo aquello era demasiado:
El dolor, el placer...
Un grito estremecido escapó de mi boca cuando el org*smo se desató. Pero el dedo en mi c*ño no se detuvo; siguió jugando y toqueteando.
Jadeé y temblé ferozmente cuando un segundo org*smo se liberó y grité aún más fuerte esa vez.
Su pelvis golpeó incesante contra mis muslos mientras su gruesa p*lla embestía mi ano.
Entonces, su p*lla se deslizó fuera de mi culo y dentro de mi coño una vez más, donde me embistió con fuerza unas cuantas veces antes de sentirlo hincharse dentro de mí.
Gruñó en voz alta cuando llegó al éxtasis y se corrió duro y profundo dentro de mí. Otra vez.
Finalmente, quedé acostada debajo de él, agotada; ya no me quedaban fuerzas para luchar.
Él me arrimó a su cuerpo y simplemente lo dejé; sentí que los dedos que pasaban por mi cabello eran gentiles.
Justo antes de quedarme dormida, me pareció oírlo murmurar algo.
Que...
Tal vez me equivoqué,
'Debía equivocarme...', pensé mientras me alejaba lentamente hacia la oscuridad.