Capítulo 25
986palabras
2022-11-02 14:10
Me fui de la casa de Gracie bien temprano en la mañana; tenía algo muy importante de lo que ocuparme.
Todavía no podía creer cómo ella seguía siendo tan ingenua respeto de todo.
No podía esperar a mañana para ver la conmoción en su rostro.
Una vez más, leí los detalles del texto de Sebastian.
Sentí que la sangre corría por mis venas, mis dedos me dolían del deseo que sentía de quitarle la vida. Era momento de hacerle una maldita visita.
Detuve el auto y bajé.
Abrí la puerta del apartamento de Brittany y entré con pasos largos. Pude escuchar unos ruidos que venían de arriba, por lo que decidí subir...
La puerta estaba apenas entreabierta y la empujé sin dudarlo.
Estaban los dos desnudos y él se la cogía desde atrás. Sus gemidos eran fuertes como los de una perra en celo, como si no amenazara la vida de alguien.
Me di cuenta que él era un chico de la clase; no sabía que a ella también le gustaban los nerds. Era muy temprano, lo que quería decir que se había quedado a dormir. Quizás debía dejarla disfrutar de su última cogida.
Él entraba y salía de ella; ninguno había notado mi presencia hasta el momento.
Entonces, entré en la habitación y golpeé mi puño con fuerza contra un cajón que había al lado de la cama.
Casi inmediatamente, se separaron, ambos con una expresión de completa sorpresa en sus rostros.
La cara de él enrojeció como si lo hubieran encontrado haciendo algo sucio. Aunque, esa era la verdad, de hecho.
"Vete, tengo cosas que arreglar con ella", le dije.
Fue lo suficientemente inteligente como para no perder el tiempo; fue hasta cómico cómo desapareció del cuarto todavía desnudo y con su pequeño p*ne colgando entre sus piernas.
Y ella salió de la cama sin ocultar su desnudez.
"Hayden, viniste. Ha pasado mucho tiempo, me deberías haber avisado así no...".
"¡No estoy aquí por eso!", grité.
"Entonces...".
"Tuve que venir porque alguien ha estado jugando a un juego... a pesar de mis advertencias".
"¿Qué...juego?".
La agarré fuerte del pelo y comencé a enroscar mis dedos y a tirar mientras golpeaba su cabeza contra la pared más cercana. Un silbido de dolor escapó por su boca.
"¡No te hagas la tonta! Estoy hablando de Gracie", dije en voz baja.
"Yo... no... no sé de qué estás hablando, Hayden".
Dejé escapar una risa oscura. Supuse que ella todavía no tenía idea de la seriedad que tenía eso para mí.
Era momento de ocuparse.
Saqué mi arma y apoyé el cañón sobre su sien.
Ella se congeló; todo su cuerpo se erizó del miedo mientras yo rozaba el metal de nuevo contra su piel.
"¿No lo sabes? Quizás una bala en tu cerebro te haga recordar, aunque no puedo decir que estarás viva para contarme toda la verdad...".
"Lo siento... Lo siento mucho, te contaré".
Un suspiro de decepción escapó por mis labios, realmente me gustaba la idea de pegarle un tiro en la cabeza.
"¿Por qué pides perdón, Brittany?", le pregunté en voz baja.
"No debí... haber enviado esos mensajes... y la muñeca".
"Realmente no debiste haberlo hecho. Te lo advertí el otro día, mi*rda, pero seguiste jugando con ella. ¿No tomas en serio mis palabras?".
"No... no..., por favor, yo solo quería asustarla. Nunca podría haberlo llevado a cabo, lo juro...".
"Estaba celosa, mantienes a todos los chicos de la escuela lejos de ella... Ella no es tan linda como yo, es una p*ta gorda...".
Mis ojos se entrecerraron mientras mi dedo se apretaba contra el gatillo en señal de advertencia por sus palabras.
"¡Te reto a que vuelvas a decirlo!".
Su expresión era de duda mientras miraba el arma en mis manos.
"No puedes matarme, te encontrará la policía".
Y con la sonrisa cruel que se formó en mis labios, le dije: "¿Estás segura? ¿Por qué no lo averiguamos?".
Sus ojos se abrieron de terror mientras yo apretaba más el gatillo...
Un gritó escapó de su boca cuando finalmente lo apreté...
Pero no pasó nada.
Entonces, la solté y ella se tambaleó alejándose de mí.
"Estaba vacío, pero te prometo que la próxima vez no lo estará. Quiero que desaparezcas".
"No puedo... ¿Qué pasa con la escuela? Quiero decir, no puedo simplemente irme; dentro de poco son los exámenes".
"Esta es tu última maldita oportunidad. Te pegaré un tiro si vuelvo a verte de nuevo, p*rra", dije con toda la intención.
Y me fui sin mirar hacia atrás.
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"Me la llevaré mañana", dije mientras fumaba un cigarrillo y exhalaba el humo.
"Haz lo que quieras, no me importa. De todos modos, tendrás que regresar pronto; no puedes escaparle para siempre".
"Lo sé, no tienes que recordármelo cada maldita vez, ya no somos unos niños", dije con tono de hartazgo.
"Eres el hijo preciado de papá, pero hay un límite para todo. Dejaste todo y regresaste aquí, y él lo permitió. Incluso te dejó jugar con ella cuando debió haberla matado hace años cuando supo quién era. ¿La estás haciendo pagar o simplemente la quieres para ti?".
"¡Ya expliqué que le iba a hacer pagar a mi modo!", grité.
"No suenas convencido", me respondió encogiéndose de hombros.
"No voy a perder más el tiempo contigo, la buscaré mañana".
"En su cumpleaños... ¿Y todavía no tiene idea? Eres realmente bastante cruel".
"Le di una pista ayer".
"Ayer, sabía que habías pasado la noche ahí".
Ignoré las palabras de Sebastian y subí las escaleras hacia mi habitación. Me desnudé y entré a la ducha.
Pensaba en todas las cosas que le iba a hacer mientras ellas yaciera indefensa y desnuda debajo mío...
Mi p*ja ya estaba chorreando. Me masturbé con los ojos cerrados imaginándome sumergido en su c*ncha húmeda y virgen, cog*éndola fuerte y duro.
Ella me iba a ordeñar el p*ne mientras yo le llenaba cada uno de sus agujeros.
De nuevo...
Y de nuevo...