Capítulo 3
1753palabras
2022-10-31 14:51
Me desperté con el sonido insoportable de la alarma. Estiré mi mano con flojera para apagarla de un solo golpe, porque no había logrado dormir en toda la noche.
¡Todo era culpa suya!
¡Muy bien!

¡Hayden estaba hasta en mis sueños!
Me senté en la cama, bostezando de cansancio, antes de pararme para ir al baño.
Después de ducharme con agua tibia, peiné mi larga cabellera color castaño, y me la recogí en una cola de caballo bien apretada, como solía hacerlo siempre. Luego, me miré al espejo, y suspiré, al percatarme de que tenía un pequeño círculo oscuro debajo de mis ojos.
Decidí aplicarme un poco de maquillaje para cubrir las ojeras, algo nada habitual en mí.
De regreso a mi habitación, agarré mis lentes que estaban en la mesita, junto con mis libros, y bajé las escaleras.
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Escuché unas voces discutiendo, pero al terminar de bajar, vi qué estaba pasando.
Mamá y Ashley estaban discutiendo por algo, pero al verme, una sonrisa iluminó su rostro.
"Buenos días mami", le dije, mientras me dirigía a la mesa a desayunar.
"Cariño, ¿dormite bien?", preguntó.

Antes de que respondiera, Ashley decidió hablar por mí.
"¿Por qué le preguntas eso? Estoy segura de que fue la típica noche de una nerd", dijo.
"¡Ashley, sé más amable!", ordenó mi madre, mirándola fijamente, y luego se volteó hacia mí, y me dijo: "Cariño, desayúnate, antes de que Lyn venga a buscarte".
Marilyn, Clarissa y Jasper eran los amigos, que mamá y papá conocían, porque ellos eran los únicos que tenía, desde que había comenzado en la secundaria, y en donde Hayden había empezado a acosarme. Nadie quería ser mi amigo, y no tenía novio, porque él mismo había hecho correr el rumor, de que yo padecía de herpes.
"¿Algún problema?", escuché la voz de mamá, sacándome de mis pensamientos.
"Um... Ya voy a comer", respondí.
Agarré un pedazo de pan, lo unté con mantequilla, y le di un mordisco grande.
"¿Por qué siempre tienes que comer así?", preguntó Ashley riéndose.
"Yo hago lo que me venga en gana", le respondí.
Mamá se limitó a negar con la cabeza, pues sin duda, estaba acostumbrada a nuestras peleas.
"¿Pero hasta te maquillaste?", añadió Ashley, como si me estuviera acusando.
Volteé los ojos, y le acerqué la cara, para que viera que sólo me había colocado corrector de ojeras.
"¿Te lo pusiste para mostrárselo a alguien?", insistió ella. Luego levanté la cabeza, para verla a los ojos.
"¿Qué te pasa a ti?", le pregunté sin mostrar ninguna emoción, mientras le daba otro mordisco a mi pan.
"¿Tienes novio?", continuó ella preguntando.
Me atraganté con el pan, y empecé a toser. Por eso acepté con gusto el vaso de agua que me ofreció mamá, y me lo bebí de un solo golpe.
"Sinceramente no me parece mala idea. Ya tienes diecisiete años, y deberías salir más seguido a divertirte, como lo hacen las chicas de tu edad, y..", afirmó mi madre.
Afortunadamente en ese momento, sonó la bocina de un auto. Era Lyn que había llegado a buscarme, y me había salvado de escuchar una de las muchas letanías mañaneras de mamá.
"¡Adiós, mami", grité, mientras agarraba mis cosas, y salía a encontrarme con Lyn.
"¿Por qué estás tan nerviosa?", me preguntó, apenas me vio llegar al auto.
"Ya sabes, la típica conversación, de si tienes novio, de las madres", respondí.
Lyn encendió la radio, mientras íbamos de camino a la escuela.
"No te pregunté ayer, pero ¿qué pasó con Hayden? ¿Te volvió a molestar?", me preguntó ella.
Dejé escapar un suspiro, y me quedé viendo por la ventana, sin decir una palabra.
"En algún momento, vas a tener que darte a respetar, ¿eres consciente de ello, verdad?", dijo viéndome a la cara.
Sólo hubiera deseado que fuese así de sencillo hacerlo.
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Ese día no podía haber sido peor, ya que Hayden estaba en la clase, y estuvo todo el tiempo, clavándome cosas en la espalda. Luego, sentí un taquito de papel en mi cabeza, y al voltear, me encontré con su cara sonriente.
"¿Qué te pasa?", le pregunté molesta.
"Evans, ¿estás prestando atención a lo que estoy explicando?", preguntó la Sra. Claire, nuestra profesora de historia.
¡Genial! Ella sólo me vio cuando estaba hablando, pero no se había percatado de que Hayden me había lanzado un taquito de papel.
Me pareció que había transcurrido una eternidad, cuando sonó el timbre del receso.
Guardé mi libro en el casillero, y cuando me dirigía a la cafetería, alguien me arrastró hacia un aula vacía. En ese instante, cuando ya me disponía a gritar, escuché su voz, diciendo: "Ni lo intentes".
Parpadeé un par de veces, para tratar de ver mejor, pues estaba oscuro, y pude distinguir su cara.
"¿Qué pretendes? ¡Déjame salir!", le dije, tratando de zafar mi brazo, pero fue sólo eso, un "intento".
Hayden se inclinó peligrosamente hacia mí, y me dijo con tranquilidad: "¿Acaso pensaste que después del truquito de ayer, te librarías de mí, tan fácilmente?"
Sin embargo, yo habría sido una idiota, si hubiese creído que sí sería así.
"Quiero decirte que llegó la hora de darte tu merecido, porque ahora estamos los dos solos aquí, conejita".
Sentí mi frente empapada de sudor, a la vez que mis manos comenzaban a crisparse.
"Suéltame por favor, me estás lastimando", le pedí.
Su expresión se tornó fría y molesta, y me sujetó tan fuerte por los hombros, que hice un mueca de profundo dolor. De hecho, no tenía duda de que sus dedos quedarían marcados en mi piel.
En ese momento, sentí rabia, por ser tan vulnerable.
"Por favor, Hayden, déjame salir", dije, ahogando un sollozo, y luego me estremecí, al sentir su puño, estrellarse contra la pared, justo encima de mi cabeza.
Ya no pude controlarme más, y estallé en llanto, pues él se veía tan enojado e intimidante, que pensé que el próximo puñetazo sería, sin duda, para mí.
Sin embargo, se apartó de mí, con aire de crueldad en el rostro.
"¡Me repugnas! ¡Así que no vuelvas a cruzarte en mi camino!", sentenció él, saliendo del aula.
Tomé aire con fuerza por la nariz, ya que una vez más, había permitido que me pisotearan, sin tan siquiera emitir una palabra. Quizá creía, que eso no habría servido de nada.
Me quité los lentes, y los limpié con la manga de la camisa, antes de dirigirme a la puerta.
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Después me fui a la cafetería, para reunirme con Lyn, Clarissa y Jasper.
"¿Por qué te tardaste tanto?", preguntó Clarissa, entre bocado y bocado.
"Um, porque la Sra. Clark me llamó para hablar algo conmigo", respondí, mintiéndole a mis compañeros.
Tras mi respuesta, reanudaron la conversación, pero yo no estaba de humor para eso.
En ese instante, mis ojos se toparon con los de Hayden, y le sostuve....
"Entonces, ¿qué te parece? ¿Crees que es gracioso?", me preguntó Jasper, mostrándome su tableta, para que viera unas fotos. Le quité rápidamente la vista a Hayden, pero sentía que él seguía mirándome con insistencia".
"Claro que sí", respondí sonriendo al verlas, antes de que me la diera de nuevo.
Una vez más, vi a Hayden, y me percaté de que seguía mirándome.
¿Por qué me estaba observando de esa manera?
Luego, él se levantó de la mesa, donde estaba con su grupo de amigos, y enfiló en nuestra dirección.
Al llegar a la mesa, se detuvo frente a mí, y me vio con expresión de burla en el rostro.
"De verdad, que comes como un animal", gritó tan fuerte, que todos voltearon a vernos. Sentí que me sonrojé hasta las orejas, al escuchar que el cafetín en pleno estallaba en carcajadas.
Sin embargo, él siguió insultándome: "Ya pereces una pu*rc*, de lo gorda que estás, así que ya no deberías seguir comiendo", añadió, mientras me arrancaba la mitad de emparedado, que me quedaba en la mano. Después, lo lanzó al piso, y lo aplastó con su bota. Al instante, se escucharon las carcajadas, y yo deseé que me tragara la tierra, en ese preciso momento.
Siempre había creído que tenía cierto sobrepeso, pero mi mamá insistía en que estaba bien así, y que mi estado de salud era excelente. No obstante, en ese momento...
"¿Qué di*bl*s pasa contigo Hayden?", dijo Jasper, parándose muy molesto, a defenderme.
Parecía que éste había reparado por primera vez en él, pues lo recorrió brevemente, volvió a verme a mí, y luego posó sus ojos de nuevo en él.
"Éste es otro nerd", murmuró Hayden.
Me levanté, y le puse la mano sobre los hombros a Jasper, y lo miré suplicante, con la esperanza de que si lo ignorábamos, quizá Hayden se marcharía, y nos dejaría en paz.
Traté de no darle importancia a la manera cómo entrecerró los ojos, al percatarse de que le coloqué la mano en el hombro a Jasper, esbozando su típica sonrisita.
"Bueno, si de verdad te gusta comer de esa manera, puedes seguir haciéndolo", dijo, y luego tomó el vaso de leche que estaba sobre la mesa, y me lo echó en la cara, bañándome incluso el cabello.
No sé exactamente lo que pasó, pero creo que Jasper le dio un empujón, y en ese momento, empezaron a pelear. Todos se acercaron, y se colocaron alrededor, para ver mejor.
Lancé un grito, al ver que Hayden golpeó a Jasper en la cara.
Luego, le dio otro, y otro...
Parecía estar realmente enojado, cuando se montó encima de él a seguir golpeándolo, a pesar de que éste estaba en clara desventaja.
Miré a mi alrededor, presa de pánico, y me pregunté a mí misma, por qué nadie se metía a separarlos. Todos estaban observando, celebrando y silbando, como si fuese algo normal. ¡Era un espectáculo repugnante!
"¡Basta!", grité corriendo hacia los dos. En ese instante, Hayden estaba a punto de golpearlo otra vez, pero lo agarré por el brazo, y se lo torcí hacia atrás.
"Déjalo ya, por favor", añadí.
Vi su mirada parpadeante, como si estuviera en estado de contemplación, y repetí: "Por favor", y para mi sorpresa, esta vez, sí me escuchó.
Para mi alivio, se apartó de Jasper, y yo me agaché, y le pregunté, tocándolo suavemente: "¿Estás bien?"
Por supuesto que no, porque tenía moretones por todos lados, mientras que Hayden parecía no haber recibido ni un sólo golpe. Lyn y Clarissa se acercaron, a ayudarme a levantarlo.
"Vamos a llevarlo a una clínica", sugirió Lyn.
Mientras escoltábamos a Jasper, pude ver de reojo, que Hayden me estaba mirando con los labios fruncidos.