Capítulo 86
1267palabras
2022-09-16 00:01
Eleonora estaba deprimida sentada en una silla de piedra en medio de un parque.
De pronto, su celular sonó. Era Henric.
Entonces se secó las lágrimas y contestó.

"Eleonora, ¿estás ahora en casa? Tengo que hablar contigo", la voz suave y baja de Henric provenía del otro lado de la línea.
"Oh, no estoy en casa en este momento, y puede que tarde en volver. ¿Necesitas algo?" Cuando Eleonora habló, no pudo evitar inhalar con fuerza. Y Henric captó ese sutil sonido.
A él se le puso el corazón en un puño por los leves sollozos. "¿Qué te pasa, Eleonora? ¿Dónde estás?" Agarró con fuerza su celular. Deseaba poder transportarse a través de él y poder estar con ella en ese momento.
"Estoy bien, no te preocupes. Oh, me temo que la señal aquí no es muy buena. Voy a colgar". Rápidamente, ella colgó su celular.
"Eleonora, Eleonora..."
Cuando volvió a marcar su número, la línea estaba ocupada.

Henric sintió como si le clavaran un puñal por la espalda.
Después llamó a Anna.
"Anna, ¿sabes dónde está Eleonora hoy?".
"No, no lo sé. Dijo que estaba un poco aburrida y que quería salir un rato. También dijo que aprovecharía para comprar algo para la casa".

"¿Estás en el trabajo?".
"¡No, estoy en casa!".
"Y si estás en casa, ¿por qué no saliste con Eleonora? Si ella quería salir, deberías haberla acompañado. ¿No te da miedo de que esté en peligro?" Henric ya no podía ocultar su ansiedad.
"Henric, no te pongas tan nervioso. ¿De verdad crees que Quentin no tiene nada mejor que hacer que secuestrar a Eleonora? Te preocupas demasiado. Ahora que han vuelto a casa estará con Yvonne, ¿no crees? Quentin no está acosando a Eleonora, ¡así que no tienes por qué preocuparte!" Anna lo consoló.
"Abre la puerta. ¡Estoy afuera!".
Anna se levantó rápidamente del sofá y le abrió la puerta. A quien se encontró allí fue a Henric.
Entró a toda prisa, desesperado.
A Anna le resultaba muy extraño ver a Henric perder la calma de ese modo.
"Henric, ¿qué te pasa? Eleonora ya es una persona adulta. Ya le pasó una vez, ¿crees que volverá a suceder? Excepto por esa bestia de Quentin, nadie más se atrevería a hacerle daño".
"No seas condescendiente. Lo que tienes que hacer es llamar a Eleonora y averiguar dónde está. ¡No contesta a mis llamadas! Y, por cierto, no le digas que te pedí que lo hicieras. De lo contrario, no querrá volver a verme", Henric frunció el ceño ligeramente.
Con desconocimiento, Anna se encogió de hombros, tomó el celular y la llamó.
"Ya está, ya la he llamado. ¡Dijo que regresará pronto! Así que no montes tanto alboroto, ¿de acuerdo? ¡Si de verdad estás preocupado por ella, métetela debajo del brazo y que vaya contigo a todos sitios!", bromeó ella.
"Anna, no digas tonterías. ¿Puedes decirme en qué está pensando Eleonora? Ustedes dos son buenas amigas, así que deberías saber lo que está pasando entre ella y Quentin. ¿Por qué se siguen viendo todavía a pesar de que están divorciados?" En la mirada profunda de Henric abundaba la esperanza. Esperaba su respuesta como agua de mayo.
Anna conocía los sentimientos de Henric hacia su amiga. Desde que estaban en la universidad, siempre le había gustado ella. De no haber sido porque decidió casarse repentinamente con Quentin, tal vez habrían sido una pareja tan cariñosa que provocaría la envidia de todos.
Sin embargo, la realidad no siempre era lo que uno esperaba.
Anna sintió pena por Henric.
Había sido uno de los hombres más guapos de la universidad y un excelente estudiante que tenía un gran círculo de admiradores a su alrededor. Por Eleonora, estaba dispuesto a renunciar a su orgullo y autoestima.
Como amiga suya que era, a Anna le hubiese gustado que Henric y Eleonora tuviesen una relación más estrecha.
Sin embargo, ese rencor que sentía por Eleonora y Quentin no podía desvanecerse tan fácilmente.
Por otra parte, Anna era muy consciente del dolor que le había provocado a su amiga, ya que le había dicho que ya no era digna de recibir el amor de Henric.
"Anna, dime en qué está pensando Eleonora. Si no, vas a hacer que me vuelva loco. Lo primero que hago todos los días cuando abro los ojos, es pensar en ella. Y cuando cierro los ojos, sigo pensando en ella. Anna, te lo digo en serio, me estoy volviendo loco. Dime, ¿en qué piensa?".
"Henric". Anna mostraba una expresión difícil de descifrar y no supo qué decir.
Al ver su rostro, a Henric se le cayó el alma a los pies. No obstante, reunió coraje y le preguntó: "Eleonora no ha dejado de sentir cosas por Quentin, ¿verdad?".
Henric negó con la cabeza y siguió con voz ronca: "Anna, creo que sé la respuesta. No importa en lo que esté pensando Eleonora ahora mismo, no me rendiré. Hace un año, decidí marcharme como un cobarde. Ahora que he regresado, lo único que quiero es quedarme a su lado. Pase lo que pase, me quedaré a su lado".
Al escuchar lo que le dijo, a Anna le entraron ganas de llorar.
"Henric, no sé qué decirte. Ya conoces el resentimiento que existe entre el tío Balton y la familia Lance. Balton fue quien tuvo la cupa de que la familia Lance casi rompiera los lazos que les unían. ¿Y cómo pudo Quentin dejar ir a Eleonora cuando le tiene un odio tan profundo? Ya la conoces, no le gusta deberle nada a nadie. Siente que su padre le debe mucho a la familia Lance, por lo que está dispuesta a aceptar y soportar las irrazonables peticiones de Quentin. Y no tiene otra opción. Frente a familia Lance, ella es débil como un corderito. Es sumisa, como una esclava a las órdenes de su amo. Henric, Eleonora tiene sus dificultades. Para ella, es muy difícil ahora mismo estar contigo como si nada. Sin embargo, como su única amiga que soy, quiero verla feliz. Y tú eres alguien que puede hacerla feliz, así que debes ayudarla a superar este momento tan difícil".
Henric agachó la cabeza y miró hacia abajo. Tenía que asimilar todo lo que sabía ahora. Toda esa presión se le agolpó en el pecho y le impedía respirar.
Estaba con Quentin en ese momento y parecía que no estaba dispuesto a dejarla ir. Él era el mayor obstáculo entre Henric y Eleonora. Había negociado con él sobre este asunto, pero seguía tan terco como siempre.
"Anna, sé lo que debo hacer", dijo Henric en voz baja. Su profunda mirada dejaba entrever que le habían roto el corazón. "No te preocupes. Ya te dije que no importa lo difíciles que sean los próximos días, no la dejaré ir otra vez. Me quedaré a su lado".
Ahora mismo, Henric sabía que lo primero que debía hacer era sacar a su tío del Great Love Hospital y privarlo de la vigilancia de su padre. Solo así su tío podría recibir un mejor tratamiento y una vez que se recuperara, podría aliviar la culpa que Eleonora sentía hacia la familia Lance. Solo entonces Quentin dejaría de odiarla tanto.
A Anna se le hizo el corazón pedazos al ver a su amigo así. Lo consoló dándole ligeros golpes en el hombro.
Por su parte, él pensó en la nota que su tío le dio. Era hora de crear un plan minucioso para mover a su tío sin que nadie se diera cuenta.
Hacer esto iba en contra de su padre, sin embargo, Henric no permitiría que los dos hermanos se hicieran daño.