Capítulo 75
1101palabras
2022-09-05 00:00
Anna estaba sorprendida cuando por fin pudo comunicarse con Eleonora.
Según la hora de Londres, deberían ser más de las doce de la noche, pero el teléfono decía que estaba en línea.
¿Acaso Quentin estaba siendo indulgente?

"Eleonora, estoy llamándote en secreto desde el baño, no esperaba que entrara la llamada". Anna bajó la voz tanto como pudo. Su pequeño departamento apenas tenía unos cuarenta metros cuadrados, con un solo dormitorio, una sala de estar y un baño. Era muy probable que se escuchara todo hasta la sala.
En ese momento, Jason comía y bebía a sus anchas. Estaba muy a gusto viendo la televisión.
Jason se los comió todos los dumplings que Eleonora tenía en el congelador.
'No esperaba que fuera tan tragón', Anna murmuró.
Le dio vergüenza cenar algo cuando vio la forma de comer del muchacho.
"Ya es muy tarde, ¿estás metida en algún problema?".

"Bueno, apenas son las seis de la tarde aquí. Probablemente sea pasada la medianoche donde estás, ¿verdad? ¿Por qué no estás durmiendo? ¿Ese hombre está a tu lado?", Anna preguntó con cautela.
"Si estuviera aquí, ¿crees que podría contestarte el teléfono?", la chica sonrió amargamente, se sentía como un pájaro enjaulado que había perdido su libertad. Ni siquiera tenía la oportunidad de hacer una llamada telefónica. 
Como Quentin había logrado sus objetivos estaba feliz, por lo que no le importó devolverle su celular. Además, el chico cumplió su promesa y no la tocó ni durmió en la misma cama con ella. En vez de eso, se encerró en el estudio para trabajar, tenía que clasificar la información del plan de cooperación de la próxima empresa con Karl.
Ahora que estaba sola, al menos logró relajarse un poco.

Tenía muchas ganas de llamarle a Anna. Ambas estaban pensando lo mismo, de hecho Anna ya la había marcado antes.
"Qué bueno que me llamas, tengo algo importante que decirte. ¿A que no te imaginas quién está sentado en el sofá viendo la televisión?. La chica estaba emocionada.
"¿Quién? ¿El jefe del que has estado enamorada desde hace tiempo?".
"¡No, para nada! No creo que adivines aunque uses toda tu imaginación".
"¿Te levantaste un macho?".
"¡Iiiuuuu!".
"No lo habrás metido a nuestra cama, ¿verdad?", Eleonora inmediatamente se imaginó puras cochinadas.
"¿Cómo crees? ¡Es un adolescente! ¡No seas tan mal pensada!", Anna dijo con una sonrisa.
"¿Un adolescente?". Eleonora bromeó: "No me digas que secuestraste a un niño pequeño...".
Anna dejó escapar un largo suspiro y dijo: "¿Sabes?, en este momento me siento como uno".
"¡Ay ya dime! ¿Con quién estás? No me hagas adivinar".
"Estás demasiado familiarizada con esta persona. ¡Es Jason, el joven maestro de la familia Lance, tu cuñado bobo!".
Eleonora se sorprendió mucho al escucharla.
¿Cómo era posible que él estuviera en casa de Anna?
"No lo tendrás como rehén para intercambiarlo por mí con la familia Lance, ¿verdad?". Eleonora la conocía muy bien y sabía que era capaz de arriesgar la vida por su amiga. El est*pido de Jason no habría ido solo a su casa.
"Eleonora, ¿así es como me ves? ¿Qué tipo de persona crees que soy?".
"Anna, sé que por mí, serías capaz de todo. Escúchame, no hagas nada inapropiado. Ya te he explicado que Jason es muy tonto, es tan puro como una hoja de papel blanco. No le hagas daño por lo que pasó entre Quentin y yo".
Anna se sentía herida por las palabras de su mejor amiga.
"Eleonora, ya me has regañado por esto antes. Además, ¡su madre es super arrogante! Ella me insultó ofreciéndome dinero, si me llevara a Jason, sé muy bien que tendría problemas. El tipo vino solo hasta aquí e incluso tuve que pagarle al taxi. Ya me di cuenta que mientras lo vea, tendré mala suerte. ¿Recuerdas el accidente y la compensación de ayer? Hoy, dejé la llave adentro de la casa y tuve que pedirle al administrador que me abriera la puerta, ¡hasta tuve que cambiar la cerradura! No solo eso, tiene tanto apetito que se comió todos los dumplings que dejaste en el congelador. Yo solo me comí una manzana!".
A la mitad de sus interminables quejas, Anna gritó de repente:
"Estoy en el baño. ¿Por qué entras sin tocar? ¿Qué estás planeando?".
"No, no estoy planeando nada, solo estaba un poco preocupado porque estuviste en el baño mucho tiempo. Toqué, pero no contestaste".
No escuchó porque estaba usando audífonos mientras hablaba por teléfono.
"¡Estoy bien, salte! Necesito ponerme mis pantalones. Estás acabando con mi reputación". Anna no sabía si reír o llorar.
Claramente notó que Jason la miraba de arriba abajo con los ojos desorbitados.
La chica estaba desnuda, sus nalgas eran blancas como la nieve.
"¡Qué vergüenza, quiero morirme!", Anna gritó.
Eleonora escuchó todo y se dio cuenta que Jason había irrumpido en el baño. 'M*erda, no me atrevo a imaginar esa escena', pensó para sí misma.
Con la cara roja, le dijo: "Es que quería decirte que también necesito usar el baño", el chico cerró rápidamente la puerta.
"Eleonora, me tengo que ir, tengo una emergencia!". 
La chica se vistió y salió del baño. Jason estaba parado obedientemente junto a la puerta, como un niño que se había portado mal y que lo iban a castigar. Se miraba los dedos de los pies.
"A ver jovencito, ¿qué viste hace un momento? ¿Sabes que las consecuencias son muy graves?". Anna tenía ganas de golpearlo en la cabeza.
Jason sabía que había hecho algo malo. Se sonrojó y dijo en voz baja: "No vi nada, pero si estás muy enojada, ¡también puedes entrar cuando yo esté en el baño!".
"¿Lo hiciste a propósito? Jason, ¿crees que soy una pervertida? ¿A quién le importa esa pequeña parte tuya? ¿Estás bromeando? ¡Qué vergüenza!".
Jason levantó la cabeza y miró a la chica inocentemente, le dijo en tono muy serio: "El mío no es pequeño".
'M*erda, no sé qué decir. ¡Es est*pido pero lindo!', Anna se dijo a sí misma mientras se palmeaba la frente con impotencia.
Estaba tan enojada que casi se desmayó. ¿Qué quería decir, que lo tenía tan grande?
'Tengo ganas de morirme, ¿es una típica provocación?', pensó.
“Soy una mujer pura, una mujer pura, ¡soy pura!".
'¡Las cosas importantes deben decirse tres veces!', Anna enfatizó en su corazón.
Él le preguntó tímidamente: "Oye, ¿puedo decirte una cosa más?". 
Anna estaba asustada. ¿Además de querer verse increíble, el joven maestro intentaba también abrumarla?
"¡Momento, no quiero seguir hablando de tus partes íntimas!", y continuó: ¿Qué más quieres decirme? 
Jason patéticamente preguntó: "¿Ya puedo ir al baño?". 
Anna estaba de mil colores, solo agitó la mano con impotencia.