Capítulo 76
1222palabras
2022-09-06 00:00
Jason ya había terminado de cenar. Aunque era testarudo, Anna sentía que tenía la obligación de llevarlo a casa. 
Como el auto todavía estaba en reparación, no tuvo más remedio que pedir un taxi.
Al principio, ella pensó darle al conductor la dirección y pagarle para que lo llevara de regreso. Pero tomando en cuenta la poca inteligencia del muchacho, que ya era de noche y que el área en la que vivía la familia Lance era una colonia de ricos, si alguna mala persona se aprovechaba de este est*pido, ella no iba a poder lidiar con la culpa.

Eleonora le recalcó una y otra vez que debía cuidar a su cuñado y que no le podían hacer daño en lo más mínimo.
Al pensar en esto, la chica apretó los dientes. Sentía que, además de todo, tenía que llevarlo en persona.
Aproximadamente media hora después, llegaron a la casa de la familia Lance.
Anna sacó rápidamente a Jason del auto y le pidió que no le dijera a nadie que había ido a buscarla. De lo contrario, las consecuencias podrían ser muy graves.
Jason preguntó con tristeza: "Anna, la próxima vez que me escape, ¿puedo ir de nuevo a tu casa?". El chico no quería irse.
Anna agitó la mano con impaciencia y dijo: "Jason, por favor, ya no me generes más problemas".

Al oír esa respuesta, el muchacho se dio la vuelta y caminó hacia su casa completamente decepcionado.
"¡Señor, regresemos por la misma ruta!".
Tan pronto como el conductor encendió el auto, Anna sintió que había algo en el asiento. Se dio cuenta de que era el teléfono de Jason.
Anna rápidamente dijo: "¡Señor, detenga el auto!". 

Cuando el chico estaba a punto de entrar a su casa, Anna gritó apresuradamente: "Jason, dejaste tu celular".
Al escuchar su voz, Jason se dio la vuelta y le brillaban los ojos.
Para su sorpresa, Anna se bajó del auto y se acercó para entregarle el teléfono.
Al escuchar los gritos, mucha gente salió al patio a asomarse.
Eran las mismas cinco o seis personas que estaban en el restaurante aquel día.
Ella solamente pensaba en escabullirse.
"Jason, eres tú. Me tenías muy preocupada. ¿Dónde te habías metido?". Petty miró a su hijo de arriba abajo con emoción, solo quería ver si estaba sano y salvo.
La chica se despidió con un gesto y se dio la vuelta para subirse al auto.
A Anna se le pusieron los pelos de punta al ver a la arrogante y dominante madre de Jason.
Justo cuando estaba a punto de abrir la puerta del taxi, escuchó un grito detrás de ella: "¡Detente!".
La mujer se acercó a Anna. El problema era que había dos feroces guardaespaldas detrás de ella.
'M*erda, ¿qué está haciendo?', se preguntó Anna.
El taxista nunca había visto una escena así. Antes de que Anna pudiera reaccionar, pisó el acelerador y se fue sin mirar atrás.
"¡Oiga, espere un minuto!". Trató de alcanzar al taxi, pero el guardaespaldas la agarró tan fuerte que le dolió el brazo, sus manos eran como pinzas de hierro.
"¡Déjame ir! ¿Qué estás haciendo?". Anna hizo todo lo posible por zafarse del guardaespaldas de dos metros de altura, mientras pensaba para sí misma: 'M*erda, está vestido de negro y hace mucho calor, ¿será del inframundo?".
"Mamá, ¿qué estás haciendo? Ella no es una mala persona". Al ver que su madre estaba siendo grosera con Anna, Jason se puso un poco ansioso y se acercó a la muchacha.
"Esto no es asunto tuyo". Petty le ordenó al ama de llaves con severidad: "¡Trae de vuelta al joven maestro!". 
El ama de llaves no se atrevió a refutarla. "¡Joven maestro Jason, regresemos de inmediato!".
"Mamá, Anna...".
Petty se dio la vuelta y miró a Jason con cariño. "Sé un buen chico y regresa ahora. Solo quiero decirle algo. No te preocupes".
Jason no le creyó y le dijo: "Mamá, aunque esté aquí, puedes hablar y decir lo que quieras".
"Hay cosas entre mujeres que los hombres no deberían escuchar. No te preocupes, mamá será buena". Petty acarició suavemente la cara de Jason.
El chico miró a su madre con confusión.
"Sé bueno y métete a la casa. Después de que mamá y Anna terminen de conversar, regresaré de inmediato". La voz de Petty era tan suave como el agua.
Jason se tranquilizó y le dijo a Anna: "Mi mamá solo va a hablar contigo. Ya me voy. Tío, quédate y cuida a mamá. Por cierto, ustedes dos también regresen. ¡No la toquen!", Jason le ordenó a los guardaespaldas.
El muchachito parecía todo un hombre cuando se enfadaba.
Finalmente el chico entró a la casa con el ama de llaves Tian.
Tan pronto como se fue, la ternura en el rostro de Petty se transformó en crueldad.
Esa expresión hacía que se viera horrible a pesar de que era hermosa.
Se acercó a Anna poco a poco.
La chica la miró con recelo.
Ella debía ser noble y elegante. Sin embargo, la frialdad reflejada en sus ojos era suficiente para asustar a cualquiera.
"¡Anna!". Petty dijo con tono sarcástico frunciendo la nariz.
"Señora Lance", le respondió Anna.
Los labios de Petty se curvaron en una sonrisa burlona. Antes de que Anna pudiera reaccionar, le metió una fuerte bofetada.
El inesperado e inconfundible sonido, retumbó en medio de la noche.
Con una mirada muy dura, Petty le advirtió: "Esta bofetada es para darte una lección. Ayer te advertí que te mantuvieras lejos de mi hijo. Hoy lo secuestraste. Lo creas o no, ¡podría enviarte a prisión!". 
El elegante hombre de mediana edad, a quien Jason llamaba 'tío', habló en ese momento: "Petty, olvídalo. Jason está bien, eso es todo lo que importa. No necesitas discutir con ella. Ten cuidado, tu ira podría afectar tu salud".
"Sheehan, no te preocupes por mí. Este demonio y Eleonora son idénticas. Ella vino a la casa ayer mientras estábamos en el hospital. ¡Se llevó a Jason! Si no le doy una lección, ¡seguramente lo seguirá enredando!".
Anna no le tenía miedo y la confrontó directamente: "Señora Lance, ¿quién te dio el derecho de pegarme? ¿Quién te dio derecho para hablar así de mí? No me importa si tu familia es rica y poderosa ¿crees tener derecho de volverte loca como un perro y lastimar a la gente? Tu hijo llegó a mi casa solo. ¡A mí no me culpes!". 
"¡Qué derechos ni qué nada!". Petty se burló: "¡Sedujiste a mi hijo! Creo que tu eres el perro salvaje. ¡Si no te doy una lección, no entenderás que estás equivocada! ¿Mi hijo tomó la iniciativa de ir a buscarte? ¿Cómo pudo saber tu dirección? ¡Fuiste tú quien lo sedujo deliberadamente! ¿Qué es lo que están haciendo ahí parados? ¡Vayan a golpearla!" Tras la orden de Petty, los dos guardaespaldas se acercaron.
Uno de ellos dobló el brazo de Anna detrás de su espalda como si torciera una masa frita, mientras que el otro levantó la mano. Sin embargo, sintió que no era bueno golpear a una mujer, y a pesar de la orden, no lo hizo.
"Petty, creo que deberíamos dejarla ir. ¡No es bueno hacer un escándalo!". El hombre de mediana edad intervino de nuevo tratando de disuadirla.
"¡Sheehan, tengo que darle una lección a la gente que es como la p*rra Eleonora! ¡Golpéala fuerte!".