Capítulo 64
1271palabras
2022-08-28 00:00
Al escucharlo, Eleonora decidió luchar hasta el final.
Para esto, era necesario dejar en claro quién era ella en la familia Lance. Ante la sociedad, y de manera correcta, ella era la ex esposa del Joven Lance. Mas, el rol que cumplía ahora era el de una mujer que tenía una inusual relación con él, una simple amante clandestina. Por lo tanto, teniento tal identidad, era ridículo acompañarlo a un baile.
"¡He dicho que no iré! ¡Espero que no me obligues!".
Quentin se sentó en la cama y levantó las cejas. Luego, usó la punta de su dedo índice para acariciarse la nariz suavemente mientras miraba a la mujer de forma pensativa.
"¿Qué? ¿Te refieres a la cama?", dijo en tono provocativo.
Ella le lanzó una mirada fría. ¿De qué estaba hablando?
En seguida, una sonrisa discreta apareció en los labios de Quentin. "Así es, me lo has recordado".
Mientras hablaba, él se desabrochó elegantemente la camisa.
"¿Qué? ¿Qué vas a hacer?", le preguntó sorprendida.
"Nada, solo digo que tienes dos opciones y me gustaría que elijas. Anda, ¿por qué no escoges lo que no terminaste ayer? Te desmayaste a la mitad, y como ahora tienes tiempo, ¡creo que tengo que apagar el deseo de la noche anterior!".
Él se levantó y caminó lentamente hacia Eleonora, quien retrocedió rápidamente y estiró la mano para bloquear el ataque.
El cuerpo de Quentin se pegó fuertemente al suyo, lo que hizo que se pusiera nerviosa.
"¿Es esto lo que un joven maestro es? Porque yo solo veo a un verdadero rufián", pensó ella.
"Espera, dijiste que tenía dos opciones, ¿verdad? Bueno, elijo la segunda. Supongo que esa es ir obedientemente al baile. ¡Iré contigo!".
El hombre acercó su cabeza al lóbulo de la oreja de Eleonora y dijo con arrogancia; "Ves, ¿no es bueno comprometerse desde un inicio? No hay por qué molestarse".
De repente, ella lo apartó de un empujón.
"Puedes irte ahora, me cambiaré de ropa", le contestó.
"¡De acuerdo! Te espero abajo". Entonces, se dio media vuelta y se fue.
En ese momento, Eleonora respiró profundamente y templó su estado de ánimo, pues se sentía muy indefensa.
A continuación, caminó hacia la cama y abrió la elegante caja de regalo solo para ver un hermoso vestido blanco.
El diseño del tubo estaba decorado con perlas rosadas, y la parte trasera tenía un diseño hueco, que solo podía mostrar la suave curva de la espalda. Además, la falda no era larga y solo llegaba hasta la rodilla.
Ella se sacó la ropa que llevaba y se puso el vestido nuevo, el cual le quedaba muy bien, como si estuviera hecha a su medida.
Al ponerse el vestido y mirarse frente al espejo del tocador, sintió que de repente brillaba como una princesa.
Dentro de la caja, había otra caja mucho más pequeña, la cual ella se dispuso a abrir.
El contenido resultó ser un conjunto de adornos de perlas rosas, que combinaban perfectamente con ese vestido.
Eleonora se puso las joyas una a una, luciendo un hermoso rostro en el espejo.
Entonces, se maquilló de manera sencilla, lo que la hizo lucir mucho más encantadora.
Cuando estuvo lista, bajó las escaleras de inmediato, pues temía que su ex esposo perdiera la paciencia.
Mientras bajaba lentamente las escaleras, los ojos de Quentin estaban fijos en ella.
Había que decir que, aunque ella solo se puso pocas joyas, era imposible no apreciar su belleza.
No obstante, al ver que él se quedó mirándola sin reparo, Eleonora se sonrojó.
"¡Vaya, está increíble!", exclamó inconscientemente.
Aquello la tomó por sorpresa, ya que era la primera vez que escuchaba algún elogio de su parte en todo el tiempo que lo conocía.
"Me siento halagada, pero todo es gracias a la ropa que pediste. ¡Está increíble!", respondió malhumorada.
"¿Cómo sabes que estoy hablando del vestido?", preguntó él con seriedad.
Al escucharlo, la mujer puso los ojos en blanco en seguida.
"¿Qué? ¿A qué se refiere? No, no puede ser, él solo está bromeando conmigo. Esto es contra la voluntad del cielo", pensó.
Ayer por la noche, fue un lobo rabioso que perdió la cabeza y se volvió loco.
¡Tenía que estar hablando del vestido!
"Allí hay zapatos y bolsos. ¡Date prisa y póntelos!", dijo señalando las dos cajas elegantes que estaban sobre la mesa que tenía delante.
Eleonora sabía que aquellos objetos eran de una marca mundialmente famosa.
A continuación, la Sra. Ree sacó los zapatos de la caja y se los entregó a Eleonora.
Cuando los vio, notó que era un par de ejemplares sencillos, de color blanco, con tacón alto y tenía perlas incrustadas.
"Es verdad. ¡Se refería a todo este conjunto!".
"No sé cuánto dinero ha gastado el Joven Amo en mi ropa. ¡Pero se nota que está realmente dispuesto a invertir en mí, a pesar de ser una ayuda temporal para su negocio!".
Eleonora tomó los zapatos y tuvo que admitir que no solo se veían bien, sino que también les quedaban perfectos.
La mujer se sorprendió de que él supiera cuál era la talla exacta de sus zapatos. En el pasado, siempre era el Sr. Sampson quien se ocupaba de su ropa, alojamiento y transporte en la familia Lance. Por lo tanto, no esperaba que su ex esposo supiera aquel dato.
En ese instante, fue como si Quentin disfrutara de una obra de arte. La miró de pies a cabeza y mostró una sonrisa de satisfacción en su rostro.
"¡Si estás lista, vámonos ahora!".
Eleonora notó que él vestía una camisa de color marfil hecha a mano, un pantalón beige y un par de zapatos casuales de color claro.
Los huesos de sus tobillos estaban expuestos, lo que le daba un aspecto travieso y a la vez sexy.
Por supuesto, como él tenía una figura perfecta, todo tipo de ropa quedaba sumamente impecable en su cuerpo.
El hombre tomó el bolso LV de edición limitada que estaba sobre la mesa de centro y se lo arrojó.
"Ve a preparar tus cosas para irnos de una vez".
"¡No tengo nada que poner! Estoy lista".
Al segundo siguiente, tomó el bolso y se sintió un poco incómoda. De hecho, en el más de un año en que fue la Señora de la familia Lance, hubo muchos bolsos de edición limitada en su guardarropa, pero nunca las había usado. Incluso algunos de ellos todavía estaban en sus empaques.
No obstante, a ella no le importaban estas cosas.
"¡De acuerdo, vamos!".
Quentin salió por la puerta, seguido de cerca por su ex esposa.
Para ese momento, la empresa ya había enviado a su secretario y a su chofer para recogerlos.
Ambos entraron juntos a la parte de atrás y se sentaron muy cerca.
Sin embargo, al estar tan pegados, Eleonora se alejó sutilmente, tratando de mantener la distancia con él.
Por su parte, Quentin alargó la mano y la sujetó del hombro con aire autoritario.
Ante esto, ella luchó con toda sus fuerzas, pero la mano del hombre la tomó mucho más fuerte también.
Ella levantó la vista y se encontró con los ojos de Quentin, los cuales estaban llenos de felicidad por la lucha que estaban teniendo.
Eleonora le indicó con la mirada que lo mejor era mantenerse a distancia.
Mas, él le respondió con sus ojos prepotentes. "Será mejor que seas una buena chica".
"Esta debe ser la Joven Señora, ¿no es así? ¡Es muy hermosa!". El secretario que estaba en frente se giró y la elogió con sinceridad.
Al escucharlo, Quentin sonrió y no lo negó.
"Joven Señora, la maldita Joven Señora... Solo soy un chivo expiatorio para él", pensó ella con amargura.