Capítulo 44
1293palabras
2022-08-11 11:50
"Es un perturbado. ¿De verdad no va a subir?". Pensó Yvonne.
Mientras su rostro de se puso rojo al instante. ¡Hizo todo lo posible para guardar la compostura, ya que él era un idiota!
Petty vio que Jason había vuelto, así que lo primero que hizo fue darle un golpecito en la cabeza y le dijo: "Jason, ¿por qué no dejas de ser tan travieso? Si vuelves a hacer algo así, se te acabarán las vacaciones y te enviaré de regreso a la escuela".
En el momento en el que escuchó que su madre lo enviaría de regreso a la escuela, Jason se volvió muy obediente.
"Mamá, no, no me envíes de vuelta a la escuela, por favor. Seré obediente. ¡Seré muy obediente, te lo prometo!" Mientras hablaba, subió al piso de arriba lo más rápido que pudo.
Petty dejó escapar un suspiro de alivio y sacudió la cabeza. "¡Ah, a este niño no se acostumbra una!"
"Yvonne, no te enfades. Ya lo conoces...", dijo Petty con las lágrimas saltadas.
"Tía, no te preocupes por eso. ¡Es muy lindo!" dijo Yvonne de forma forzada.
"Sí, Yvonne, en realidad es un niño tan bueno, ¿cómo podría alguien ser mezquino con él?" En cuanto pronunció estas palabras, Petty no pudo contener el llanto y le contó lo que le pasó a Jason cuando era un adolescente, a lo que Yvonne la consoló.
¡Resultaba una contradicción que tuviera el coeficiente intelectual de un niño de diez años y un rostro extremadamente hermoso!
En ese mismo momento, pero en otro lugar, Quentin había llegado a la unidad de cuidados intensivos del Great Love Hospital.
En cuanto llegó, su estado de ánimo se volvió alicaído.
Cada vez que veía a su padre, un hombre que había conquistado la industria comercial y que, en ese momento, yacía tranquilo e indefenso en la cama, el odio de Quentin hacia la familia Balton aumentaba un poco más.
La puerta de su habitación estaba abierta, así que Quentin entró sin más.
Pero, de repente, vio una figura que le resultaba familiar.
"Tío, no te preocupes. No consideraré la opción de dejar el hospital, como dice mi padre. Yo seré el que te atienda. Te pondrás bien". Henric estaba consolando a Wilson mientras masajeaba con suavidad sus extremidades.
Quentin sintió un pinchazo en el corazón cuando miró a Henric.
Cuando Wilson vio venir a su hijo, toda su atención se centró en él.
Henric, al ver que su tío miraba a alguien, miró hacia atrás y vio a Quentin. Le sorprendió un poco su visita y le preguntó: "¿Cuándo has llegado?".
Henric se levantó mientras hablaba.
"¡Acabo de llegar! ¿Es cierto que solicitaste ser interno en este hospital?" preguntó Quentin rotundamente.
"Bueno, creo que, mientras trabaje duro, la enfermedad de mi tío mejorará".
Quentin no le respondió. Se acercó a Wilson, se inclinó despacio y le dijo con dulzura: "Papá, ¿cómo has estado estos días?".
Wilson abrió la boca para hablar y sus ojos rebosaban ansiedad. Tenía muchas ganas de preguntarle por qué quería divorciarse de Eleonora. Pero cuando miró a Henric, que estaba de pie a su lado, Wilson contuvo sus palabras. No podía dejar que los demás supieran que, en realidad, había recuperado la capacidad de comunicarse o que sus manos y pies se movían con normalidad. De lo contrario, su seguridad se vería seriamente afectada.
Al ver los ojos ansiosos de Wilson, Quentin supo que tenía algo que decirle.
"Papá, ¿qué me quieres decir?".
Wilson miró a su hijo y frunció los labios. Quentin se dio cuenta de que se esforzaba por pronunciar "Eleonora".
"Papá, ¿te refieres a ella? ¡Ella y yo nos divorciamos!".
Efectivamente, cuando él lo escuchó, sus labios temblaron y sus ojos se llenaron de resentimiento.
Al ver que el padre y el hijo tenían cosas que decirse, Henric dijo: "¡Primo, te espero en la oficina!" A continuación, se dio la vuelta y se fue.
Quentin agarró la mano marchita de su padre y la sostuvo en silencio junto a sus labios. Pensó que el resentimiento en sus ojos también se debía a que su padre odiaba a la familia Balton. Quentin reprimió el dolor de su corazón y consoló a su padre: "Papá, sé que tú también los odias. Simon ha desaparecido y su hija no puede vivir tranquila". Su voz estaba llena de odio.
"Eleonora, no me culpes por ser cruel. ¡Deberías pagar por lo que ha hecho tu padre!".
Wilson contempló la ira contenida en la mirada de su hijo y se sintió muy incómodo. Sacudió la cabeza con dificultad e hizo un gesto de querer hablar. Quería decirle a su hijo que no era lo que pensaba, Eleonora era inocente. Al instante, a Wilson le brotaron las lágrimas de los ojos.
No sabía si la desaparición de Simon era ficticia o no. Tampoco sabía si Simon seguía vivo.
Él quería contárselo todo a su hijo. Abrió la boca y se esforzó por decirle que tuviera cuidado. Pero antes de que pudiera hacer que sus cuerdas vocales emitieran algún sonido, Sheehan apareció detrás de Quentin.
Así que Wilson se tragó lo que le quería decir.
"No, no puedo decirle que he estado mejor con mi enfermedad". Pensó.
Quentin escuchó un leve sonido proveniente de la garganta de su padre, por lo que rápidamente acercó su rostro al de su padre y le preguntó con ansiedad: "Papá, ¿tienes algo que decirme?".
Quentin se mordió el labio y se quedó esperando sin decir nada.
"¡Quentin!".
La voz de Sheehan provino de detrás de Quentin.
"¡Tío!" Quentin se dio la vuelta y vio a Sheehan, que apareció de pronto en la habitación.
"Quentin, tu padre se está recuperando poco a poco. Es hora de que venga la enfermera de cuidados especiales para la rehabilitación. Creo que será mejor que..."
"Oh, está bien, tío". Quentin se dio la vuelta y le dijo a su padre con amabilidad: "Papá, espero que tu tratamiento vaya bien y te recuperes lo antes posible. Me tengo que ir al extranjero para un proyecto importante. Me temo que no podré venir aquí hasta dentro de una semana. Cuídate mucho. ¡Iré a verte en cuanto regrese!".
Los ojos de Wilson estaban desganados. Tenía muchas cosas que decirle a su hijo, pero su cuerpo y su tiempo no se lo permitieron.
Además, conocía el temperamento de su hijo. Temía que pudieran lastimarlo si supiera toda la verdad. Y no quería que su hijo estuviera en peligro.
Wilson yacía en la cama, ansioso, pero no podía hacer nada al respecto.
"Quentin, pensé que te habías ido temprano en la mañana. Vi a Yvonne y me dijo que estabas en el aeropuerto".
"Quería venir y hablar con mi papá, así que retrasé mi vuelo. ¡Pero me tengo que ir ya! Por favor, ocúpate de la compañía, tío".
"Quentin, ¿qué dices? ¡Pues claro, no te preocupes!".
"Bueno, Henric me acaba de pedir que hablemos en privado. Iré a su oficina". Acto seguido, el hombre dio media vuelta y salió de la habitación.
Al irse Quentin, la expresión amable de Sheehan se reemplazó por una expresión fría y sin sentimientos.
Se acercó hasta Wilson y le dijo sin piedad: "Hermano mayor, ¿es que quieres quedarte ahí y no moverte? ¿De verdad quieres hablar con Quentin?". Alargó la mano y acarició el rostro de Wilson.
Wilson volvió la cara como pudo y le mordió la mano. Le mordió tan fuerte que Sheehan gritó de dolor.
Al escuchar esto, la enfermera de cuidados especiales se acercó a toda prisa.
"¿Qué le ocurre, señor Lance? ¿Se encuentra usted bien?" La enfermera se percató de que había solo dos personas en la habitación y el ambiente era tenso. Al ser una simple enfermera de cuidados especiales, no se atrevió a preguntar nada más.