Capítulo 12
667palabras
2022-08-09 16:50
Anna pudo conocer bastante bien a Eleneora a lo largo del año en que estuvo casada con Quentin Lance.
Cada vez que la veía, notaba una ligera preocupación en sus ojos, lo que hizo que la gente se diera cuenta que tenía problemas de corazón sin tener que preguntar. Antes, solía ser una linda chica vivaz, optimista e inteligente, pero, desde el momento en que se casó con un miembro de esa familia y su madre tuvo que irse con odio, su actitud cambió radicalmente.
Hoy, tras firmar el acuerdo de divorcio, sintió que aquella Eleonora parecía estar de vuelta.
Anna vio a Eleonora tan feliz que se le quitó el enojo. Se dio cuenta de que lo que le pasaba era que de verdad ya no quería tener nada que ver con la familia Lance.
A regañadientes le dijo: "Bueno, entonces aceptaré tu invitación. Es tu regalo y con gusto yo pagaré la cuenta. Dime, ¿qué quieres comer?".
"¿Recuerdas el restaurante de comida casera al que siempre íbamos cuando estábamos en la universidad? Es limpio y la anfitriona es entusiasta. No he ido en años. ¡Se me antoja mucho!".
Anna negó con la cabeza y con una sonrisa dijo: "Pensé que íbamos a tener una gran comilona. Eso es una petición pequeña".
"¡Anna, recuerda lo felices que éramos en aquel entonces!".
"Sí, lo recuerdo, también íbamos con Yvonne. No me acuerdo bien si fuimos ahí para celebrar cuando obtuvimos una beca o a un cumpleaños. A menudo nos encontrábamos con aquel anciano guapo que siempre se adelantaba y nos pagaba la cuenta. Éramos muy felices”, recordó Anna emocionada.
Sin embargo, no escuchó la respuesta de Eleonora. Se dio la vuelta y vio que una leve tristeza había oscurecido su rostro.
Anna inmediatamente guardó silencio.
Tanto Yvonne como Henric Lance habían sido los causantes del dolor que Eleonora tanto deseaba olvidar.
Pero Eleonora tomó una bocanada de aire y cambió de tema abruptamente: "Anna, ¡vayamos a otro lado! De repente se me antojó una sopa picante".
Anna sabía que había cometido un error garrafal, así que hizo como que todo estaba bien y dijo: "Claro, vayamos a comer un Chongqing hot pot. Sé que te gustan mucho. Son tan picantes que hasta vas a llorar de lo ricas que están!".
Eleonora miró a su amiga y dijo: "Hermana, hoy solo quiero reír, nada de tristezas. ¡Estoy divorciada! ¡Soy libre! ¡Qué felicidad!".
Obviamente se dio cuenta de que su amiga estaba tratando de aparentar que todo estaba bien.
Así que Anna le sacó la lengua, supo que lo que dijo estuvo mal pero no valía la pena engancharse con eso.
Eleonora estaba sensible, por lo que era mejor no irritarla.
Anna la llevó a un famoso restaurante típico de comida china.
Eleonora pidió una olla de dos sabores y le pidió al mesero que le trajera unos chiles súper picantes.
Anna se quedó estupefacta.
Sin embargo, no se atrevió a decirle nada a Eleonora.
Y como era de esperarse, cuando se comió los chiles, estaba llorando y casi gritaba, definitivamente se metió una buena enchilada.
Los palillos de Anna se quedaron en la olla de sopa transparente. No se atrevió a probar la sopa extremadamente picante, tenía miedo de que su boca se hinchara como una salchicha pues al día siguiente tenía que ir a trabajar.
Eleonora pidió una botella de vino blanco, pero Anna no quizo beber porque debía conducir.
La joven se comió la sopa super picante y además se bebió el vino de más de 50 grados. ¿Cuanta amargura sentía esta chica? Realmente se estaba torturando a sí misma.
Anna estaba acongojada, pero no sabía cómo detener a su amiga.
Después de comer, Eleonora ya estaba borracha.
Era verdaderamente raro que perdiera la compostura de esa manera.
De hecho, un poquito más y tendría que entrar a su departamento con Eleonora a cuestas.
"Anna, soy libre. ¡Por fin soy libre! ¡Ya no me torturará ese demonio!".
Eleonora repetía y repetía lo mismo, simplemente estaba borracha.