Capítulo 6
627palabras
2022-08-08 16:56
"¡Estás usando la ropa interior de la familia Lance!". Eleonora no se imaginó que Quentin dijera algo así. ¿Qué quiso decir? ¿A poco esperaba que ella se fuera completamente desnuda?
Estaba en lo correcto. Eleonora sabía que su sostén era de la marca Victoria's secret y que costó miles de dólares. De hecho, Quentin era tan extravagante que se daba esos lujos, incluyendo a una esposa de la que podría divorciarse en cualquier momento.
Una fría sonrisa apareció en el delicado y hermoso rostro de la chica. "Oh, ya entiendo lo que me quieres decir...".

Inmediatamente después, Eleonora abrió el cierre lateral de la falda, se la quitó y luego se quitó también la ropa interior, hasta quedar completamente desnuda.
Quentin estaba muy enojado pero se quedó estupefacto.
Solo estaba buscando un pretexto para evitar que ella se fuera esa noche, sin embargo, nunca se imaginó que de pronto estaría desnuda ante sus ojos.
La miró detenidamente. Su tierna piel de porcelana estaba cubierta de moretones, como racimos de flores en la clavícula, el pecho, la parte inferior del abdomen y los muslos. Por supuesto, se dio cuenta de que eran los que él le había ocasionado. 
El hombre miró esos impactantes moretones y su corazón se estremeció. Era demasiado cruel con ella.
"Si no debo usar esta ropa. ¿Puedes prestarme aunque sea una toalla?", dijo Eleonora mientras entraba al baño. 

Ella tomó la primera toalla que encontró y,  sin nada en las manos, se dirigió a la puerta, pero en ese momento Quentin la detuvo cogiéndola del brazo.
Eleonora miró hacia atrás con una sonrisa triste en su rostro. "¿Por qué eres tan tacaño? ¡Es solo una toalla!".
Quentin estaba furioso. Levantó la mano y quiso abofetearla, pero Eleonora levantó la cabeza y se acercó a él. "Si quieres pegarme, hazlo. Si gustas, puedes quitarme la vida. Después de todo, la familia Balton se lo debe a tu familia ¿no?".
El hombre la miró, Eleonora tenía cerrados los ojos y había levantado la carita para dejar que la golpeara.

Ella fue muy intrépida. Ya no le importaba nada, por lo que simplemente levantó  su rostro con aplomo.
Quentin sintió que su corazón se encogía.
Eleonora escuchó su respiración acelerada a causa de la ira. Estaba esperando que volviera la tormenta, pero la palma de Quentin no tocó su rostro.
La chica abrió los ojos y se encontró con esa mirada profunda con la que estaba familiarizada.
Hubo un destello de dulzura.
Esa suavidad hizo que se sintiera halagada. Sus ojos habían estado llenos de frialdad durante más de un año. ¿Estaba mal que ella viera algo de dulzura?
Sin embargo, mientras lo pensaba, esa sensación desapareció en un instante y volvió a la frialdad de siempre. Agarró el cabello de Eleonora, levantó su cabeza y luego la besó con fuerza.
Fue un beso tan largo y apasionado que Eleonora casi se asfixiaba.
Trató de empujarlo, pero sus manos eran como un par de tenazas de hierro, sosteniéndola con fuerza. El beso era cada vez más y más profundo.
"¡Suéltame maldito b*stardo!". Eleonora mordió los labios de Quentin hasta que la soltó de mala gana.
Sintió un líquido cálido escurriendo por su boca. Se lo limpió con la mano y se dio cuenta que era sangre.
El hombre alargó la mano para limpiarse la sangre de la comisura de los labios. Sus ojos ardían de ira. "¿Cómo te atreviste a morderme? ¡Eleonora, ahora sí te pasaste de la raya!".
Aunque ya estaba harta, contestó temerosa: "Ya nos vamos a divorciar. ¡Por favor, compórtate!".
"¿Comportarme? No olvides que aun sigues siendo mi esposa. ¡Esta noche  todavía estás obligada a darme lo que yo quiera!". La voz de Quentin no era fuerte, pero estaba llena de un poder irresistible.