Capítulo 3
666palabras
2022-08-08 16:31
La indiferencia de su esposa molestaba profundamente a Quentin.
Se puso en cuclillas y extendió la mano para agarrarle la barbilla.
Ella levantó la cabeza, pudo ver en su mirada que estaba extremadamente enojado.

Sus ojos, tan profundos como gemas negras, parecían atravesar a Eleonora. Con un tono sarcástico, le dijo con desdén: "¡Seguro que por dentro me estás maldiciendo! Mujer, solo dime algo, no tienes que ser tan hipócrita. ¿La hipocresía es sinónimo de la familia Balton? ¡Eres igualita a tu padre!".
Era tan agresivo, que la mujer rompió en llanto.
Sus lágrimas lo hicieron enfurecer, por lo que le apretó el mentón con más fuerza. Eleonora sintió que casi se lo arrancaba.
"¡Te he dicho que odio verte llorar! ¡Me molestan tus lágrimas hipócritas! Todavía estoy vivo y no necesito que llores", dijo Quentin sin piedad. Sus ojos eran como bestias sedientas de sangre, como si fuera a destrozarla si se atrevía a desobedecerlo.
Eleonora lamentaba haberlo hecho enojar.
Sollozó y dijo: "Si me odias tanto, déjame ir por favor. No quiero estorbarte en tu camino". 

"¿Con que esas tenemos? Finalmente me dices tus verdaderos pensamientos. ¿Quieres tu libertad? ¡De ninguna manera!".
Quentin la empujó. Ella retrocedió débilmente y extendió la mano para apoyarse en el suelo. Pero su palma fue atravesada por un pedazo de porcelana de la taza rota. Al instante, comenzó a sangrar.
Eleonora sintió un gran dolor.
Quentin se dio la vuelta y vio que estaba sangrando. Su corazón tembló ligeramente. Su primera reacción fue ayudarla extendiendo su mano, pero se arrepintió.

En vez de eso, dijo con voz fría y pesada: "Date prisa y limpia este desastre. Ya sabes que no soporto el desorden".
Eleonora se puso de pie. Soportando el dolor fue por el botiquín. Después de limpiarse la herida, simplemente vendó su mano.
Inmediatamente fue a recoger el desorden de la sala.
Quentin se hizo a un lado. Mientras observaba la escena sintió que se le encogía el corazón.
¿Pero cómo podría sentir pena?
¡Impensable!
 
Él se casó con ella porque quería torturarla. ¿Solo quería vengarse de ella?
Ni siquiera le preocupó que se hubiera lastimado.
Comparándolo con su padre, eso no era nada.
El hombre tenía sentimientos encontrados, sin embargo, al pensar en todo esto, cualquier rastro de compasión desapareció en un instante.
De manera muy determinante exclamó: "¡Nos divorciaremos mañana!".
Ella escuchó la voz fría de Quentin, era como un sonido proveniente del infierno.
'¿Divorcio?', pensó.
¿Estaba finalmente dispuesto a dejarla en libertad?
"¡Vaya!". Eleonora respondió sin pensarlo.
En el mundo de Quentin, ella tenía que acatar incondicionalmente las decisiones que él tomara.
Estuvo de acuerdo sin dudarlo. Ese era su más grande anhelo.
Aunque Quentin estaba indignado, lo pensó por un momento y dijo:
"Antes de casarnos notariamos esta propiedad, por lo que tendrías que marcharte sin nada. Pero considerando que has sido la señora Lance durante todo un año, estoy dispuesto a dejarte esta mansión!".
Eleonora estaba tan enojada que dijo obstinadamente: "¡No, no quiero nada!". 
Quentin sonrió con desdén y dijo: "¿No quieres nada? ¡Ahora resulta que eres tan noble!".
Eleonora sabía que, a sus ojos, los miembros de la familia Balton no eran de su agrado.
"Te había dicho hace mucho tiempo que si nos divorciábamos, me iría de la casa sin nada". Las palabras de la muchacha tenían un dejo de terquedad.
Eleonora no esperaba obtener nada de este corto matrimonio. Era suficiente con recuperar su libertad. 
Quentin se burló y dijo: "¡Eres peor que mis otras mujeres!". Ella había sido su amante y lo había atendido incondicionalmente durante todo un año.
Por ello, esas palabras la incomodaron profundamente.
Para Quentin, su esposa era solo una marioneta y una herramienta para que él descargara su ira. 
Durante ese tiempo, la tortura física y mental había sido como una larga pesadilla. Eleonora había estado rezando para que ese sufrimiento se terminara lo antes posible.
Finalmente había dicho lo que ella quería escuchar.
Tras oír la palabra divorcio, Eleonora se sintió relajada.