Capítulo 59
1673palabras
2022-08-30 00:00
Los eventos relatados por Dina.
¡Afortunadamente, ya estaba en casa!
Aparentemente, Michael se había vinculado mentalmente a Levi una vez que se había despertado, diciéndole que le daría un tiro en la cabeza a Lucian. Definitivamente, nadie se había dado cuenta de lo que sucedía, porque el Rey vampiro se había robado nuestra atención.

Era un plan arriesgado, pero lo admito, fue ejecutado magistralmente.
Una vez que Levi y yo estuvimos solos, finalmente conseguí calmar los efectos de la estúpida droga que Lucian me había inyectado. Y por la sonrisa en el rostro de Levi, diría que estaba a punto de arrepentirse de haberlo matado antes de que le diera el nombre de aquel estimulante.
Habíamos estado así durante dos días seguidos antes de que mis necesidades finalmente disminuyeran.
—Probablemente, fue algo que provocó tu calor —murmuró Levi contra mi nuca, frotando mi dolorida espalda—, y solo le respondí incoherencias, disfrutando la presencia de mi pareja.
En tanto, la luz de la luna inundó la habitación y de repente, mi compañero se movió de la cama para alejarse de mí.
—No puedo creer que no lo haya notado antes —dijo, trazando patrones a lo largo de las líneas, y estaba segura de que estaba hablando de los contornos de mi tatuaje.

—¿Mi tatuaje? —Pregunté, al instante, habiendo notado que eso era lo que había captado su atención bajo la luz de la luna—. Mi mamá me lo hizo la primera vez que me transformé. Ella dijo que me iba a develar lo que significaba cuando creciera...—me encogí de hombros, todavía me dolía pensar en no tenerla aquí conmigo, especialmente ahora que tenía tantas preguntas...—,  pero ella ya no estuvo cuando fui mayor.
—¿Sabes lo que significa?
—Lo juro —fruncí el ceño antes de voltearme para mirarlo—. Si dices "Lobo Huargo" te romperé el cuello.
—¿Por qué nombras al "Lobo Huargo"? —preguntó, su rostro aún permanecía sin emociones, absolutamente inalterable, por lo que fruncí el ceño más profundamente. ¿Estaría hablando en serio?

—Porque eso era lo único de lo que hablaba ese vampiro —le expliqué, sintiendo que mi corazón se encogía al pensar en aquel monstruo—. Además, mencionó algo sobre crear un ejército de Lobos Huargos y concebir híbridos…—y en ese instante, como si hubiera advertido mi incomodidad, Levi me rodeó con sus brazos, acercándome hacia él, por lo que suspiré, respirando su aroma terroso que instantáneamente calmó a mi loba.
—Estaba completamente loco —dije, tratando de convencer a Levi, y a mí misma.
—¡Loco, sí! —respondió Levi, dibujando círculos en la parte baja de mi espalda— ¿Pero no estaba para nada equivocado, no?
—¿Qué?
De inmediato, le dirigí la mirada, ya que apenas podía creer lo que había escuchado, y mis ojos estaban completamente abiertos de la sorpresa, pero Levi solo me observó con una expresión tierna, casi suplicándome que le creyera.
—Ese tatuaje —dijo en voz baja, sosteniéndome con firmeza, como si tuviera miedo de que me escapara—. Es el símbolo de un Lobo Huargo. 
—¡Es solo un tatuaje! —exclamé, negándome a creerle— ¡Esto debe ser una broma! Una retorcida, estúpida y enfermiza broma.
—No lo es, y puedo probarlo —continuó, pero esta vez su tono de voz se volvió firme y severo. De pronto, se levantó y sacó un bolígrafo de su escritorio, para luego sentarse frente mío. Seguí su ejemplo y me senté, observando cómo dibujaba el símbolo en sus brazos. Por lo cierto, no pude evitar suspirar en estado de shock, ya que en el momento en el que el símbolo empezó a tomar forma, las líneas comenzaron a sangrar, por lo que Levi se quejó de dolor, pero siguió dibujando.
—D...detente —respiré con voz temblorosa, no podía creer lo que estaba viendo, aunque él continuó dibujando sobre la sangre. —¡Para! —grité lanzándome hacia él, tomé el bolígrafo y lo tiré, y de prisa corrí al baño, empujando a Levi detrás mío. A continuación, abrí la canilla del agua y casi frenéticamente lo lavé. —¿Qué demonios fue eso? —Exclamé mientras la tinta y la sangre se mezclaban. Mi corazón latía contra mis costillas como si se estuviera tratando de escaparse, y mi loba gemía y aullaba. ¡No podía ser verdad! Sin embargo, Levi mantuvo la calma.
—Es el símbolo del Lobo Huargo —me explicó y se secó, antes de voltearse hacia mí—. En cualquier persona, que no tenga sangre de Lobo Huargo, ese símbolo arderá…
—¿Y tú sabías eso? —le contesté, prácticamente gritando, sin saber si realmente estaba asustada, confundida o furiosa— ¿Y lo dibujaste en tu brazo, de todos modos? ¡Estás loco! Podrías haberte lastimado…
—Tenía que convencerte de alguna manera —se encogió de hombros, y en ese momento, me sentí tentada a hacerlo entrar en razón—. Tienes sangre de Lobo Huargo en tus venas.
Definitivamente, respiré profundo, y contuve el aire por un instante, ¡Un Lobo Huargo! ¿Yo? ... ¿Todo lo que había sucedido era tan solo porque yo era "Un Lobo Huargo"?
Necesitaba detenerme, por lo que pasé junto a Levi y me senté en el inodoro.
—P... pero los Lobos Huargos… —tartamudeé, mirando las rodillas de mi compañero, que estaba justo frente mío—. Son solo una leyenda.
—Ya no —dijo, como si simplemente estuviera afirmando que la hierba es realmente verde.
—¿Pero, qué significa eso? —Lo insté casi desesperadamente como si él hubiera sabido la respuesta. ¡No quería convertirme en una leyenda de lobos! ¡Yo no quería ser un animal carnal, e incluso mi lobo había comenzado a protestar...!
En consecuencia, él solo suspiró, pasándose la mano por el cabello.
—No lo sé —confesó, antes de levantarse. Por una fracción de segundo, me pregunté si él estaría arrepentido de haberme marcado. ¡Un monstruo de lobo…!—. Pero lo único que sé ... —continuó y antes de que me diera cuenta, me recogió al estilo nupcial, me llevó de regreso a nuestra habitación y me bajó suavemente, para luego acostarse a mi lado—. No importa lo que pase, Dina Ridley —susurró amorosamente en mi oído—. Siempre te querré.
Ciertamente, suspiré del alivio ¡Deja que Levi sea romántico!
—Yo también te amo, Levi Stone —susurré, acurrucándome en sus brazos, e incluso mi loba ronroneó, al volver a estar tan cerca de su pareja. En ese preciso instante, al estar acostada allí a su lado, todo lo que había sucedido parecía nada más que un mal sueño.
Sin embargo, mi mente divagaba de un lado a otro, ya que mi hermano me había vendido a los vampiros porque yo era un Lobo Huargo. No obstante, encontré algo de consuelo al pensar que ese había sido su último recurso, luego de haber vendido todo lo que tenía ¿verdad? ¡Mi loba se burló, la lealtad de mi propia sangre se había ido! Y no pude evitar sonreír, supongo que ese era mi método para lidiar con todo eso y tratar de ver lo bueno en un hermano de mier**... De hecho, él no se lo merecía, pero me hacía sentir mejor, así que, ¿a quién le importaría?
—Dina Stone —Levi de repente irrumpió en mis pensamientos— ¡Eso suena mucho mejor! Deberíamos casarnos para que puedas cambiarlo.
—¿Qué? —solté y miré a mi compañero, pero su rostro inalterable no tenía ni una sola expresión, haciéndome pensar, que seguramente lo estaría imaginando— ¿Fue un patético intento de propuesta?
—¿Y si lo fuera? —continuó, todavía sin mostrar ninguna emoción— ¿Dirías que sí?
—¡No! —Exclamé y golpeé su hombro, para luego revolear mis ojos y sumergirme furiosamente entre las sábanas. ¡Estúpido alfa! Hizo que en mi estómago revolotearan mariposas y mi corazón se desplomara... —¡Pregúntame como corresponde! —Resoplé y le di la espalda—. ¡Imbécil!
—¿Así que dirás que sí? —me contestó de prisa, e inmediatamente fruncí el ceño. ¡Hablaba en serio…!
—Depende —me encogí de hombros, sin poder comprender qué había poseído a mi compañero aquella noche. ¿Me casaría con él si me lo pidiera en serio? ¡Sí! Éramos pareja, así que no nos deshaceríamos con tanta facilidad, y yo quería una boda humana, pero... ¿Quizás después de graduarme...?
—¿Así que te casarás conmigo? —Continuó molestándome. Entonces, gruñí nuevamente, ya que no me resultaba para nada gracioso.
—A menos que estés de rodillas con un anillo, yo... —expresé, lista para entregarle una gran parte de mi mente y mi corazón herido, cuando de repente se levantó y salió de la habitación. En efecto, me quedé allí sentada, mientras escuchaba que revolvía los cajones en su oficina, hasta que finalmente apareció, caminó hacia la cama y se arrodilló con un anillo entre sus dedos...
—¿Leví? —Intenté preguntarle, pero aquella palabra apenas sonó como un susurro.
—Era de mi mamá, pero te compraré uno nuevo si lo prefieres —dijo con su habitual voz severa y ronca, provocando que mi corazón se acelerara. —Dina Ridley —de pronto, me dirigió la mirada, y sus ojos azul océano brillaron bajo la luz de la luna, desbordados de amor y pasión.
—¿Quieres casarte conmigo?
Seguramente, todas las mujeres, alguna vez soñamos, como nos gustaría que fuera nuestra propuesta de matrimonio, aunque este no fue mi caso. Mi compañero estaba semidesnudo, apoyado sobre una rodilla, frente a nuestra cama, y yo completamente desnuda sobre ella. De hecho, no era como lo había imaginado...
Y, sin embargo... era mucho mejor de lo que yo podía haber deseado...
—¡Sí! —Exclamé y lancé mis brazos alrededor de su cuello, besándolo profundamente— ¡Sí, me casaré contigo, idiota persistente!
En ese momento, reclamé nuevamente sus labios, mientras sentía que él me llevaba a la cama. 
—¿Yo un idiota persistente? —Levi sonrió entre besos, tratando de acusarme—. Si todo este tiempo pensaste en decirme que sí, podrías haber...
—¡Levi! —Lo interrumpí, colocando un dedo sobre sus labios—. Solo cállate y bésame.
Enseguida, él sonrió con picardía, antes de colocar el anillo en mi dedo.
—Cualquier cosa por ti, mi amor —respondió, mientras la sonrisa que se asomaba en su rostro se extendía casi hasta sus oídos. Luego, se inclinó y me besó apasionadamente. De hecho, aquel beso, pronto se convirtió en un fuego ardiente de lujuria y amor, que finalmente culminó en una larga noche de intensa pasión.