Capítulo 58
1789palabras
2022-08-29 00:00
Los eventos relatados por Dina
—¡Devuélvemela!
Inevitablemente, la voz de Levi rugió a través del complejo, sacudiendo a todos los que se encontraban allí, y definitivamente fue lo mejor que pudo haberle pasado a mi núcleo. Por lo cierto, al ver a mi pareja dar un paso adelante entre la multitud, sentí una oleada de alivio en mi cuerpo. Él estaba completamente cubierto de sangre, ya que, a diferencia del resto de los guerreros, no recurría a pistolas o armas ¿Quién las necesitaría, cuando tu cuerpo es tu propia arma?

Extrañamente, mi lobo comenzó a ronronear de admiración al verlo de esa manera, y seguramente, si la situación no hubiera sido tan grave, habría estado de acuerdo con ella. Pero, cuando el vampiro se dio cuenta lo que había venido a buscar, me sujetó aún con más fuerzas, por lo que Levi se detuvo al instante, ya que el Rey me usó como un escudo humano.
—Claramente, necesitas un curso de actualización en negociaciones, amigo mío —respondió el rey con calma, y podría haber jurado que había una sonrisa en su rostro. En consecuencia, Levi solo gruñó, e inmediatamente aplastó la cabeza de un vampiro que tenía atrapado en sus manos, como si fuera de porcelana, mientras la sangre y los residuos cerebrales goteaban de sus dedos, ensuciando el piso.
Y, eso era exactamente, lo que él pensaba de las negociaciones...
—¿Dónde está Michael? —La voz de Rita resonó de repente en aquel agonizante silencio. En ese momento, mi corazón se desplomó. ¡Michael! ¡Dios mío! ¿Cómo podría enfrentar a mi mejor amiga, sabiendo que su pareja había sido asesinada por mi culpa?
—¿Michael? —cuestionó el vampiro, fingiendo que no tenía idea de lo que estaban hablando— ¡Vaya! ¿Te refieres al otro perro que capturamos? —Rápidamente, Levi gruñó en señal de advertencia y Rita le enseñó los dientes— ¿Su compañero, supongo? —El rey sonrió entre dientes como si fuera una broma. Mientras tanto, yo continuaba luchando para soltarme, mientras mi corazón se sentía absolutamente pesado en mi pecho. ¡Oh, no! ¡Esto los iba a destruir! —Jamás me imaginé que lobos recién apareados eran tan posesivos …
—¿Dónde está él? —Levi interrumpió sus divagaciones—. No estoy de humor para esto...

—Oh, está muerto —el vampiro se encogió de hombros y en ese preciso instante, mi corazón se desplomó.
¡Muerto!
Aquella palabra, esta vez, pareció golpearme con el doble de intensidad. Todavía podía recordar, sus ojos sin vida, su sonrisa inmóvil y su carácter tan juguetón.
Sin embargo, se había ido para siempre..., porque él no quería lastimarme, ni tampoco quería herir a su compañera y su hermano. Seguramente, había sido el único lobo en la historia, que había ido en contra de sus instintos naturales. Jamás imaginé que estaría en una posición en la que hubiera deseado que un hombre me hubiera violado antes que ser testigo de su propia muerte. De pronto, las lágrimas comenzaron a deslizarse por mis mejillas.

Michael estaba muerto por mi culpa.
En ese momento, Rita se tambaleó hacia atrás, con su rostro absolutamente pálido ante la noticia y repentinamente murmuró —no —sacudiendo la cabeza.  A continuación, Levi apretó los dientes y sus puños con fuerzas, mientras sus uñas se clavaban en su piel casi hasta sangrar. De pronto, un gruñido amenazante retumbó en su pecho mientras todo su cuerpo se tensaba, y enseguida sus ojos se oscurecieron, cambiando de color azul a negro, con manchas rojas que brillaban en aquellos orbes oscuros, reflejando su terrible ira.
—Bueno, ¿vamos a ser civilizados con esto, Alfa Stone? —el Rey sonrió— ¿O tendré que usar la fuerza? —Y suspiré cuando sentí un dolor punzante justo debajo de mi oreja, mientras un líquido tibio se deslizaba por mi cuello. Rápidamente, me di cuenta de que me había pinchado la piel, para sacarme sangre. Instantáneamente, los vampiros se dieron cuenta de mi calor, por lo que algunos susurraron, otros sonrieron y algunos lobos gruñeron, luchando contra su naturaleza.
¿Y Levi?
De pronto, un rugido atronador provocó que todos se callaran, por lo que levanté la vista y me encontré con sus ojos rojos como la sangre. Su cuerpo estaba parcialmente transformado, con su camiseta desgarrada entre de sus músculos ya abultados, sus dedos se habían convertido en garras filosas y sus caninos estaban alargados. ¡Estaba listo para destrozar al Rey!
—¡Bueno, bueno, bueno, qué tenemos aquí! —el rey reflexionó, de repente, ya que su transformación había llamado claramente su atención— ¡Un lobo sediento de sangre! —Exclamó, inclinando la cabeza con curiosidad— ¡Eso no es algo que se ve todos los días! —De inmediato, Levi dio un paso amenazador hacia adelante e instantáneamente, él clavó aún más la aguja en mi garganta, haciéndome estremecer de dolor. —¡Abajo, perro! —exigió el rey, aunque para aquel momento la alegría de su voz ya se había ido—, o tu pareja se convierte en mi prisionera personal.
En tanto, Levi gruñó, pero no continuó avanzando, y enseguida me di cuenta de que sus ojos momentáneamente recorrieron el lugar, y luego de mala gana dio un paso hacia atrás. 
—Dina, cariño —escuché su voz tranquilizadora en mi cabeza. Mentalmente, gemí de alivio, sintiéndolo conmigo otra vez—. Voy a tener que pedirte que te quedes quieta. ¿Puedes hacer eso?
—Buen perro —expresó el Rey, satisfecho con aquella pequeña victoria.
—¡Solo haz lo que estés planeando! —Respondí mientras los escalofríos de disgusto lentamente me provocaban náuseas— ¡Ya no soporto a este tipo!
—Ahora…
De repente hubo un fuerte estruendo, y se escuchó un disparo.
Definitivamente, el Rey estaba a punto de aprender la lección, puedes ganar la batalla, pero aun así perder la guerra...
Me tomó alrededor de un segundo darme cuenta de que ahora había un enorme agujero en la cabeza del vampiro, y suspiré ante mi repentina liberación, y de alguna manera mis reflejos se activaron. Rápidamente, me solté, le di una patada en la rodilla y lo tiré por encima de la barandilla, directo a los brazos de mi compañero.
En cuestión de segundos, Levi tenía al vampiro inmovilizado contra la pared.
—Si vas a matar a alguien —gruñó en voz alta— ¡Asegúrate de hacerlo bien! ¡Como esto!
Sin dudarlo, sacudió su brazo hacia adelante y sus garras comenzaron a atravesar la carne y los huesos fríos, mientras la sangre se acumulaba y derramaba por la herida, goteando como un espeso líquido rojo. Repentinamente, el Rey Vampiro hizo un sonido de encogimiento, una mezcla entre tos y jadeo, aunque fue sofocado por la sangre que llenaba sus entrañas, y bloqueado por la mano que todavía estaba dentro de su pecho. Aquel extraño ruido era similar al de una persona que se estaba muriendo ahogada. 
Seguidamente, Levi tiró su mano hacia atrás, sosteniendo el corazón del vampiro en ella. Aquel bulto rojo de carne, teñía su mano de un rojo espeluznante, como el líquido dador de vida, que se deslizaba por su brazo y goteaba hasta el suelo. Mientras tanto, aquellos fríos cuerpos frente a él parecían estar mirándolo con sorpresa, antes de que su cuerpo sin alma se entumeciera y cayera al suelo de un golpe, provocando un particular sonido que parecía reverberar a través de los pasillos, sacudiendo a cada lobo y vampiro hasta la médula, aunque de formas muy diferentes...
De pronto, un ruido sordo sonó en la parte posterior de su garganta, y en ese momento, me di cuenta de que había estado conteniendo la respiración. Mi cuerpo temblaba y mi corazón latía erráticamente contra mi pecho. Finalmente, suspiré aliviada.
¡Todo había terminado!
—Cualquiera que quiera salir de aquí es libre de hacerlo —gruñó, sin necesidad de levantar la voz—. O morirá en manos de mi manada —El intenso poder que irradiaba, dejó en claro sus intenciones, era capaz y estaba dispuesto a asesinar a cualquiera que se cruzara en su camino.
Luego, Levi apareció en mi línea de visión y sin dudarlo, corrió y saltó, aterrizando justo a mi lado. Quería llorar de pura alegría y felicidad, y no dudé en lanzarme a sus brazos. ¡No me importaba la sangre, el olor o cualquier otra cosa, en ese momento, lo único que quería era estar junto a él! ¡Mi compañero! ¡Él estaba aquí! Él había venido por mí...
—¿Estás bien? —Levi arrulló en voz baja, mientras la habitación lentamente comenzaba a cobrar vida de nuevo. Los vampiros se alejaban sigilosamente, mientras los lobos tomaban sus armas con más fuerza, e incluso algunos enseñaban sus dientes, ante la desconfianza de que los vampiros se revelaran.
—Ahora lo estoy —suspiré en su hombro.
—¡Michael!
Mi corazón se estremeció cuando escuché la voz de mi mejor amiga, por lo que miré hacia abajo y no pude evitar contener un grito ahogado cuando vi que Michael caminaba hacia Rita.
—Oye, nena —dijo en su tono habitual, con una sonrisa a medias— ¿Me extrañaste? —De repente, se envolvieron en un abrazo y sus labios fueron rápidamente reclamados por Rita. De alguna manera, había puesto sus manos en un par de jeans rotos, pero la sangre en su estómago todavía estaba allí y se estremeció levemente cuando Rita lo tocó.
Parpadeé varias veces para asegurarme de que no estaba soñando. ¿Cómo...? ¿Qué...? ¿Ah...?
—¡Michael! —Exclamé antes de que pudiera detenerlo— ¿C...cómo---?
En tanto, él se dio la vuelta al oír mi voz, pero en lugar de dar explicaciones, solo sonrió y nos saludó con la mano, mientras sostenía una arma, además estaba demasiado ocupado siendo maltratado por Rita.
—Puede que no sea el alfa —Levi sonrió a mi lado, empujándome hacia él—. Pero se necesita más para matar a un lobo nacido alfa que simplemente romperle el cuello.
No pude evitar, suspirar, sonreír y sollozar del alivio al mismo tiempo. ¿No lo estaría imaginando? ¿Él realmente estaría aquí? ¿Él estaría vivo? Nuevamente, sentí los brazos de Levi sigilosamente a mi alrededor y me dejé atraer por su aroma a madera y pino, experimentando la calidez y el confort de un recién nacido. Todavía no lo podía creer...
De repente, salté, cuando se oyó un tiroteo a lo lejos y pude observar los ojos de Levi echar un vistazo a su alrededor, antes de que me asegurara que no había nada de que preocuparse. Su ejército tenía la ciudad rodeada y en un par de minutos, ya no habría Ciudad del Pecado, o al menos ya no pertenecería a los vampiros.
Ahora era suya...
—¿Podemos ir a casa? —Pregunté, sintiendo que los efectos de las drogas me invadían nuevamente, mientras la adrenalina disminuía—. Me estoy cansando un poco de este lugar.
Inmediatamente, miré a Levi y sus tormentosos ojos azules se encontraron con los míos, llenos de amor y pasión.
—Vayamos a nuestro hogar, entonces —y me sonrió antes de que sus labios se apoderaran de los míos.