Capítulo 50
847palabras
2022-08-21 00:00
Punto de vista de Levi
Yo traté de establecer una relación cordial con Rita, pero ella siempre terminaba haciéndome rabiar. Mi carácter no es precisamente dulce, así que resulta fácil despertar mi ira. Encuentro su actitud verdaderamente insoportable. Y mi lobo la odiaba intensamente, pues según él nuestra prolongada separación de nuestra pareja era culpa suya. Si el aroma de Dina no se hubiera mezclado con el de ella, no habríamos pensado que Mick estaba viendo a Dina.
Caminamos sumidos en un silencio embarazoso de vuelta al hogar de la manada. Ninguno de nosotros podría llegar allí pronto y esperábamos que Mick se reuniera con nosotros al cabo de poco tiempo. Pienso que fue gracias a su mediación que llegué a aceptarla como mi mujer Beta.
Gruñí y froté mi cuello. Jamás le haría algo así a mi hermano, pues ella le hace feliz y además es la mejor amiga de mi pareja. Dina es una buena persona y si bien no es experta en juzgar el carácter de las personas, no tolera un comportamiento abusivo. Si a ella el comportamiento de Rita le pareciera desagradable, entonces no serían amigas. Confío en el instinto acertado de mi hermano a la hora de hallar una buena pareja.
Mi lobo me miró volteando los ojos y se burló. Pero no me riñó, lo cual es una buena señal.
"¡Rita!" Dejé de caminar y me volví hacia la pareja de mi hermano. Ella se detuvo y me miró con desprecio. Mi lobo estaba listo para saltar a su yugular, pero logré tranquilizarlo. Como de costumbre, la Dina desnuda lo había conseguido. Casi sonreí con satisfacción antes de concentrarme en la conversación que debía sostener. "No vamos a ser amigas", señalé, al tiempo que le dirigía una mirada a aquella hermosa y alta morena que tenía frente a mí.
"Por favor, Sherlock", se burló ella, cruzando los brazos en un ademán defensivo. Durante una fracción de segundo, un destello de dolor y temor brilló en sus ojos y me sentí culpable. Ella probablemente pensaba que me disponía a ... ¡Santo Dios!, suspiré.
"Pero te respetaré", proseguí, y ella me miró con desconcierto mientras yo gemía, frotándome la nuca. "No sé cómo decirte esto. Eres la mejor amiga de Dina; le guardas lealtad y ella te tiene en alta estima", dije con una sonrisa. Ambos sabemos que ella jamás mentiría, aunque su vida estuviese en juego. Mi hermano jamás había sido tan feliz y es gracias a ti", declaré y luego suspiré, esperando que ya lo peor hubiera pasado.
"Puede que no estemos de acuerdo, pero pienso que posees todas las cualidades necesarias para convertirte en una excepcional Hembra Beta. Bien, pues muchas gracias por acogernos e incorporarte a nuestra familia", dije. Ella me miró estupefacta por un instante, pero al cabo de un rato una sonrisa iluminó su rostro.
"Eres muy amable, Alfa Stone. Tus palabras me hacen sentir profundamente emocionada, así que procuraré estar a la altura de tus expectativas", dijo ella al advertir que mi declaración era completamente sincera. Yo respiré con alivio al ver que ella hablaba con toda seriedad. Bien, al menos podríamos trabajar mancomunadamente en el futuro. "En cuanto a tu hermano, si hubieras visto el tamaño de su pito, seguramente entenderías por qué estoy obsesionada con él", declaró ella con una sonrisa.
Me guiñó un ojo y luego se dio vuelta para dirigirse de regreso al hogar de la manada. Parpadeé un par de veces al percibir que ellos definitivamente eran el uno para el otro. "Es un comentario inoportuno", murmuré y rápidamente le di alcance. Algunos lobos asintieron respetuosamente y me felicitaron por mi pareja. Se los agradecí, aunque me molestó que se enteraran de nuestra relación. Dina quería mantenerla en secreto y yo quería respetar su deseo.
Pero existía un benefactor secreto, así que aún no tendría que compartirla con la manada. Deseaba dominarla por completo, sin preocuparme por un heredero. Ahora yo estaría en problemas con el Consejo. Cuando fuera dada de alta del hospital, debería comenzar su adiestramiento, como las Lunas que la habían precedido. Pero yo sabía que ella aún no deseaba comenzar este proceso. Llevábamos demasiado tiempo separados, ella ocupada con sus deberes escolares y yo con mis propias responsabilidades.
Lamentablemente, ahora todos lo sabían, y además todavía había vampiros y pícaros tras mi pareja. Ahora sabíamos que Dylan era quien había estado revelando información sobre las fronteras y permitiendo que ellos se infiltraran, pero deseaba saber sus motivos. Los informes relativos a la noche del intento de secuestro de Dylan y del ataque de los vampiros que había solicitado por fin me habían sido suministrados. Ahora debía revisarlos minuciosamente en busca de algún indicio del paradero de Dylan.
"¿Le puedo servir en algo?", preguntó Rita desde el sofá. La miré, dispuesto a contestarle que no necesitaba su ayuda. Pero entonces me asaltó un pensamiento: Rita y Dina se conocían desde hacía mucho tiempo. Era probable que Rita supiera algo sobre Dylan que Dina ignoraba o que hubiese advertido algo fuera de lo común que Dina no hubiera mencionado.